5. "Nueva vida"

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Llegué a la ciudad, estaba muy nerviosa, iba a comenzar una nueva vida, pero a pesar de todo va a ser una buena experiencia para poder crecer sola.

Entré a la casa con mis padres, no era una mansión pero era cómoda para estar entre familia. Era de dos pisos, y contenía dos habitaciones. Me gustaba mucho porque era sencilla. Agradecí infinito a mis padres por todo su esfuerzo. Habían ahorrado por mucho tiempo para poder comprarla.

Ellos se iban a quedar una semana acompañándome con mis hermanas, así que estaría bien por un tiempo. Comimos en un centro comercial, ya que no compramos nada de comida para la casa por ahora, y me fueron a dejar a la universidad. Rogaba con encontrarme con alguien conocido para que me guíe un poco ya que no soy fácil haciendo amigos. Soy divertida y algo amable, pero siempre dependiendo de la persona. En resumen, no cojo confianza rápidamente.

La universidad era hermosa, muy grande, con muchas canchas y áreas verdes, tenía varios sitios para comer y edificios bastantes elegantes. Sin conocerla, ya me había gustado mucho.

-Averigua todo lo que puedas, hija. -dijo mi madre cuando ya iba a bajar.

-Si mami, no te preocupes. Me vienen a ver temprano. -me despedí y bajé del auto.

Habían varios estudiantes charlando entre sí, pero no veía ni una sola cara conocida. Caminé hacia a un patio de comida cercano y pedí una botella con agua, así recorría el lugar acompañada con algo. Cuando la estaba bebiendo, una chica con cabello negro, ojos verdes y con una estatura igual a la mía se me acercó.

-Disculpa, ¿Conoces el departamento de secretaría?

-No, yo también acabo de llegar, soy nueva aquí.

-¿Quieres ir a buscarlo? -asentí y tomamos rumbo a hacia allí, mientras íbamos conversando sobre nosotros hasta que lo encontráramos.

Llegamos, registramos nuestros nombres, recibimos nuestros casilleros y nos guiaron a nuestras respectivas aulas para todo el año. Lo bueno de todo es que me aceptaron de inmediato aún sin rendir la prueba indicada, y aparte de eso, me felicitaron por mis notas. Y me dieron la noticia de que si seguía así podría ser becada. De tanta emoción, le escribí a mi mami y ella respondió con el mismo entusiasmo.

-Bueno Amelia, deja ver tu horario. -dijo mi nueva amiga. Sí, se llama Liliana, y parece que en pocas horas, ya le iba cogiendo confianza. Se lo entregué y empezó a chequearlo. -¡Oh! No tenemos las mismas horas....pero igual podemos ayudarnos en ciertas tareas. -asentí sonriendo. -¿Vives sola?

-Por ahora no, mis padres con mis hermanas se van en una semana hasta que me adapte.

-Entonces Amelia, en una semana eres libre de hacer lo que sea. -me guiñó el ojo. -Me refiero al salir. Iremos a fiestas los fines de semana ¿no? -estábamos llegando al patio de comidas.

-No me gustan. -dije con una sonrisa tímida, ya que sabía cuál iba a ser su respuesta.

-¡¿No te gustan?! Mentirosa. ¿No bebes tampoco?

-No. Bailar en ocasiones, pero no tomar ni fumar.

Mis amigas, además de mis compañeras de curso y primas, en Oxford, siempre me insistían en salir, me decían que eran divertidas y te sacaban del aburrimiento, pero yo cargaba la excusa en la punta de la lengua para no ir. No sé si tal vez soy una especie de adolescente extraña, pero prefiero quedarme en casa sola a que ir a fiestas a emborracharme.

-¡Estás loca! Igual te invitaré a una en estos días.-reímos, hasta que luego ella se quedó callada viendo detrás de mi.

-¿Qué pasó? ¿A quién miras?

-Amelia, hay un chico guapísimo detrás tuyo. Por lo visto es nuevo y anda solo.

Me volteé y vi a alguien que no me esperaría ver. Tal vez debí percartarme en las palabras de Sabrina cuando dijo que había posibilidades que me encuentre con él. Estaba muy sorprendida, de tantos lugares existentes alrededor del mundo para estudiar, no esperaba encontrármelo aquí. No esperaba reencontrarme con Oliver Stone.

El mejor reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora