15. "Paz interior"

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Ibamos en el carro: Oliver, Liliana, Diego y Nicolás (dos amigos de él). La verdad es que estaba planeando una gran mentira para no tirarme al mar, no quería usar traje de baño. Desde muy niña he sido acomplejada por las criticas que he recibido al pasar el tiempo, he adelgazado un poco a comparación de antes pero igual, lamentablemente no logro superarlo.

Llegamos a la cabaña y Diego dividió las 3 habitaciones. En la primera iba el dueño, ósea Diego, en la segunda, Liliana con Nicolás, y en la tercera, Oliver y yo. Lo tranquilizante es que cada uno tenía su propia cama.

-¿Por qué no te cambias? Vamos afuera. -me dijo Oliver saliendo del baño vistiendo su bermuda con unas sandalias, dejando su torso desnudo. Pude notar su abdomen bien marcado, sus brazos musculosos y como la adolescencia lo cambió tanto.

-No...no puedo... eh... ¡Tengo asma!

-El mar es bueno para el asma. - y ahora qué me invento, ¡¿Qué me invento?! Suspiro leve y dejo que mis palabras fluyan diciendo la verdad.

-No quiero, nunca he venido a playas y si vengo, solo paso cubierta, por eso no me gustan, no uso trajo de baño desde los 8 años, yo... -y mis lágrimas querían caer pero yo las retenía fuertemente. -Anda báñate y yo te veo de aquí. -le dije tratando de fingir una sonrisa.

-Tu eres una de las personas más carismáticas que he conocido, no estés triste por favor, y no me voy a ir, me quedaré aquí contigo ¿si?

Me abrazó fuertemente, cogió mi cabeza con sus manos y me dio un beso en la frente, en ese momento sentí una paz interior enorme. Agradezco tanto por tener por lo menos una persona que me pueda entender. A veces pensamos que somos los únicos que padecemos problemas pero la verdad es que debemos aprender a expresarnos frente a personas que confiamos y luego se ve cómo todo tranquiliza.

-Vamos a la sala a ver que hacen los chicos. -asentí y fuimos. La sala estaba vacía, todos se habían ido dejando una nota en la refrigeradora "Salimos a tomar sol. Pd: No dañes a mi amiga, Oliver. " att: Liliana. Reímos ante la nota y luego me puse a pensar lo que podíamos hacer mientras quedábamos solos.

-¡Hagamos algo de comer! -le dije emocionada.

-Está bien, pero ponemos la música que yo quiero. -asentí y empezamos a preparar una torta a todo volumen.

Después de unos minutos Oliver se dirigió al baño y aproveché para poner Hips don't lie - Shakira. Amaba mucho esa canción para bailar, siempre soñaba con bailarla en el colegio con ropa de gitana pero era muy tímida. No puedo decir que bailo feo, de hecho, en varias ocasiones mi madre ha querido meterme en cursos de baile para profesionalizarme pero siempre se lo he negado.

-¿Hay alguna otra cosa que no sepa de ti? -me dijo Oliver apoyado en el mesón con sus brazos desnudos cruzados y una ceja enarcada. De inmediato me sonrojé y fingí no haber hecho nada para luego dedicarme a revolver los huevos con la harina. -Bailas muy bien, hasta mejor que Shakira.

-Cállate. -le dije riendo y seguí revolviendo. Me abrazó de sorpresa por detrás cruzando sus brazos por mi cintura.

-Cállame. -susurró en mi oído tan cerca que hizo que me estremeciera. Yo se lo negué y el me giró rápidamente quedando a centímetros su rostro con el mío. Lo miré a los ojos y pude ver un brillo especial en ellos, aproveché ese momento para inspeccionar cada factura facial que poseía, él era tan... hermoso.

Escuchamos que la música se detuvo y alguien tosía falsamente frente a nosotros para que podamos notarlo, así que nos giramos y vimos a Nicolás junto a alguien que menos querría que viniera aquí.

-Hola chicos, perdón por interrumpirlos pero vengo a presentarles una amiga que nos acompañará este fin de semana, ya le pedí permiso a Diego y aceptó. Ella es Ashley, Ashley Thorne, va en nuestro instituto.

No Nicolás, no me arruines estos días por favor, no.

El mejor reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora