Sentía la cara destrozada, mi labio estaba reventado al igual que mi mejilla izquierda y podría haber una posibilidad que mi ceja derecha se encontraba igual. No podía abrir el ojo derecho, él había realizado un buen trabajo.Respire hondo, eso era todo lo que necesitaba, eso y un maldito cigarrillo. Habían algunas cortadas en mis brazos, pecho y piernas, algunas debían ser profundas. Mi ropa se encontraba totalmente destruida y ensangrentada, necesitaba un baño.
-¿Brandon? -Pregunté, aún mantenía los ojos cerrados. Pude escuchar como se quejo. -¿Cuánto hemos estado aquí?
-Cinco días. -Tosió. -Puede que una semana.
Trate de moverme pero no pude, mis brazos estaban levantados y mis manos atadas, no los sentía.
-¿Cada cuánto tiempo vienen? -Pregunté.
-No lo hacen desde hace días. -Respondió.
-Si que Atom esta molesto. -Reí amargamente. Trate de abrir mis ojos, al menos uno de ellos. Al principio costo, el dolor era grande. Luego de unos cuantos intentos pude observar un poco nuestro alrededor, era una asquerosidad, Brandon se encontraba en la misma posición en la que yo estaba. Marcelo, por otra parte, estaba sentado en una de las esquinas de la habitación, ¿seguía con vida?
-Oye, -Brandon llamó mi atención. -cuando salgamos de esto, quiero un maldito helado.
-¿Qué te hace creer que saldremos? -Pregunté.
-Somos indispensables y lo sabes.
Reí ante aquella respuesta.
De pronto, se escucharon ruidos.
-Maldición. -Pronuncié en voz baja. La puerta se abrió con brusquedad, cerré los ojos de igual manera, la luz entraba con mucha intensidad. Un grupo de hombres entraron para luego colocarse en posición, abriéndole el paso a algo o a alguien.
-Lo mejor de lo mejor. -Pronunció una voz gruesa con mucho sarcasmo, esa misma que hace estremecerte.
-Atom. -Respondí.
-Jefe. -Pronunció Brandon.
Él nos observo por un momento, luego dirigió la mirada hasta donde se encontraba Marcelo.
-¿Qué paso con ese? -Señaló.
El matón se le acerco a paso veloz, era un maldito lame bota.
-Era el encargado de la niña, mi señor. -Respondió. -Le dimos una lección por eso. -Comentó con aire de superioridad.
Atom enarcó una ceja, llevando sus dedos a la comisura de los labios mientras asentía con delicadeza.
-Buen trabajo. -Respondió, llevó su mano derecha a un extremo de su chaqueta. -Te ganaste tu recompensa. -Sonrió. Él sonrió y cerro los ojos, tal y como un niño pequeño; Atom frunció el ceño, sacó su arma favorita y disparó. A muchos les daba miedo, yo me encontraba acostumbrado a él. -¡Era un maldito castigo!, ¡¿para ustedes esto es un castigo?! -Señaló. -¡¡Aún veo a los tres muy conscientes!! -Gritó. Brandon y yo debíamos tener grandes cortadas, posiblemente algunas fracturas ya que en uno de los costados de él se podía apreciar lo morado que estaba, un poco más y se volvía negro. -¿No pueden hacer nada bien? -Preguntó. -No tengo tiempo para estas estupideces. -Comentó en voz baja. -Tú, -Señalo a Tony. -arregla este maldito desastre, desatalos y fíjate que ese este con vida. -Ordeno mientras señalaba a Marcelo. Acto seguido, paso sus manos por su cabello. -Necesito el área desocupada, debo atender otros asuntos.
Tony obedeció. El primero sería yo.
-A él me lo dejas de último. -Comentó.
Paso a Brandon, cayendo al suelo luego de que lo desataran, tosió con brusquedad, no pudo evitar escupir gran cantidad de sangre. Tony le dedico una mirada a otros dos sujetos, ellos se acercaron hasta donde estaba Marcelo.
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¿Cómo saber sí es el chico correcto?
Misterio / SuspensoCreyeron que, tal vez, sufría de una enfermedad mental pero no era así. Sus sueños le mostraban lugares, sucesos y personas que ella no recordaba, pero lo que más la atormentaban eran unos ojos de color intenso. ¿Por qué?, ¿quién era?, ¿qué quería...