Capítulo 39

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Especial (2/4)


Se sorprendió por su reacción. Era la primera vez que le propiciaba una cachetada a su hermano. Pero, ¿acaso era tan malo sentirse tan bien? Volteó y lo observó por el rabillo del ojo, estaba cansada que en cada pelea él hablara sobre sus sueños o su estado mental, como si de verdad sufriera alguna enfermedad...

Tomó las llaves del auto y salió de la casa, no le importo que la puerta se hubiera cerrado con fuerza.

Tampoco le importo salir con la ropa que llevaba puesta. Necesitaba alejarse de él por un momento y aclarar sus ideas o al menos el torbellino de emociones que sentía.

¿Eso era?, ¿un torbellino de emociones? No se había liberado de todo el enojo y aún seguía allí pero, por otro lado, estaba tranquila por lo que hizo.

Manejó, no le importó a donde pero quería alejarse. Tomó la autopista y se dirigió a la montaña. Justo donde Jhon la había llevado hace unos meses atrás.

Eso habían sido, solo pasaron algunos meses y había ocurrido muchas cosas. Todos los sucesos venían acompañados de sentimientos fuertes.

Acelero, esta vez más fuerte. Le gustaba como sonaba el motor del auto. Veía como la aguja de la velocidad aumentaba y sonrió, desde hace mucho no sentía ese poder dentro de si.

"-No puedes hacer eso. -Alex bajó del auto y cerró la puerta del copiloto con fuerza.

-¿Por qué no puedo? -Le cuestionó.

-No puedes y ya, punto. -Espetó.

Ale se cruzó de brazos e infló sus cachetes. Le molestaba que Alex pudiera participar algunas veces en carreras clandestinas pero ella no podía. ¿Qué diferencia había? Quería probar y saber que se sentía estar detrás del volante a una gran velocidad.

-¿Por qué supones que no puedo? -Insistió.

-Eres mujer. -Se volteó hacia ella y la observó con molestia. -¿Qué sucede si te llegara a pasar algo? -Le preguntó.

-No sucederá nada. -Murmuró. -No me interesa participar en las carreras, solo quería probar.

-Y luego lo intentarías. -Le interrumpió. -Es un maldito vicio."

Un vicio.

Tomó la palanca e hizo el cambio exacto para que el auto le respondiera. Volvió a avanzar con más prisa y no le importo si saltaba algunas señales de "alto" o semáforos en rojo. ¿Qué podía suceder? Tomo la curva hacia las montañas y prosiguió su camino, esta vez bajo el ritmo y las ventanas del auto. El aire puro de aquel lugar le gustaba.

Alex tenia razón, la adrenalina era un vicio. Uno muy malo.

Subió un poco más, sabía que había un lugar para estacionarse y poder ver la ciudad desde las alturas. Luego de unos cuantos minutos había llegado a su destino. Estacionó y apago el motor del auto.

Dejo que su cabeza se apoyara en el asiento y suspiró con pesadez. Su pecho subía y bajaba con agite. La adrenalina que le había generado la situación en su casa, la reacción que tuvo y el haber manejado a gran velocidad era mucha.

Entonces recordó el carnaval. La sensación que le produjo el toque de Noah, sus besos, el momento...

-Maldición. -Cerro sus ojos y balbuceó. Lo sentía aún y quería más.

Noah era un vicio. Un maldito vicio que sabía mejor que la adrenalina.

Subió el volumen del reproductor y trato de relajarse con lo que sonaba. Le gustaba la voz de Adam Levine, era como escuchar a los mismos dioses cantar. Su cuerpo comenzó a ceder y suspiró nuevamente.

¿Cómo saber sí es el chico correcto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora