3 días después...-Maldición. -Murmuró molesta, ¿dónde se había metido aquella mujer? Volvió a tocar la puerta, esta vez con mas fuerza pero no tuvo respuesta alguna. Tomó el teléfono y llamó a su amigo.
-Hola.
-¿Dónde has estado? -Le preguntó. -¿Has sabido algo de Ale? No me responde.
-Ocupado. -Carraspeo. -¿No esta en su casa?
-He venido hasta acá pero no he sabido nada desde que Alicia recobro...
-Lo siento, debo irme. -Comentó distraído.
-Pero, ¿qué es lo que le pasa a las personas? -Molesta, dio unos pequeños saltos. Ale no aparecía y ella era quien la ayudaría con los papeles de traspaso de su mejor amiga, Alex se había marchado al día siguiente del suceso y Aaron solo aparecía en pequeños momentos; estaba sola. De pronto, su teléfono sonó. -¡Sabes bien que no me gusta que me cuelgues de la na...
-¿Esta todo bien? -La voz de Alex se escuchó al otro lado de la línea.
-No, vine a buscar a Ale pero no esta en casa y no me responde los mensajes o las llamadas. -Respondió.
-A mi tampoco, tengo un extraño presentimiento. -Confesó él. -¿El estúpido apareció?
-No. -Frunció sus labios.
-Voy camino a casa, no me he sentido bien al respecto, te veré allá. -Acto seguido, colgó.
¿Qué más debía hacer? Detestaba hacer las cosas sola y, a duras penas, Alicia tragaba su mera presencia. Suspiró con pesadez, debía ir por ella al hospital y llevarla a un lugar de rehabilitación. Volvió a observar la casa, con la esperanza de que ella saliera y se asomará por su pequeño balcón pero nunca sucedió.
Subió al auto y condujo hacía el hospital, los doctores le habían informado que ella saldría al medio día.
Aún, después de que ella siguiera diciendo cosas hirientes, no podía odiarla. Sabía perfectamente por todo lo que había pasado y recordaba perfectamente que le había prometido quedarse a su lado, pasara lo que pasara, ella se quedaría para recoger todos los pedazos que ella no pudiera. Pero, ¿dónde quedaba Coral?
Se había divisado, en un tiempo no muy lejano, compartiendo una pequeña casa lejos de aquel lugar con la persona que amaba y, tal vez, dentro de ese tiempo, tener en sus brazos un pequeño bebé con la mirada de su padre.
Si, eso era lo que ella quería y en ninguno de sus pensamientos, por primera vez, se encontraba Alicia. Pensó que ella sería la tía perfecta para sus hijos, pensó que los mimaría y los llegara a querer con todo su corazón pero, Alicia no solía amar a otra persona que no fuera ella misma, a excepción de su difunto abuelo; pero, ¿ella la amaba?, ¿Alicia amaba a su mejor amiga?
A veces, y solo a veces, dudaba de eso.
Coral la amaba con todo su corazón y no quería perderla pero, en algún punto de su subconsciente, sabía que debía soltarla, dejar de preocuparse tanto y dejar que ella resolviera sus propios asuntos y, aún así, estaría allí para cuando más lo necesitara.
Llegó al hospital y la vio, sentada en la silla de ruedas con una expresión neutra. Estacionó al frente de la entrada, solo serían algunos minutos. Se acercó hasta donde se encontraba ella, al lado de Alicia estaba una enfermera. El cabello de su mejor amiga estaba suelto, algunas hebras cruzaban levemente por su rostro pero, en sus ojos, la expresión de vacío era notoria.
-¿Lista? -Preguntó amablemente pero no recibió nada de ella.
-Aquí tiene las cosas de la señorita. -La enfermera se acercó y le tendió un pequeño morral con las pertenencias de Alicia.
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¿Cómo saber sí es el chico correcto?
Mystery / ThrillerCreyeron que, tal vez, sufría de una enfermedad mental pero no era así. Sus sueños le mostraban lugares, sucesos y personas que ella no recordaba, pero lo que más la atormentaban eran unos ojos de color intenso. ¿Por qué?, ¿quién era?, ¿qué quería...