Capítulo 26

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Una semana después.

Casa de Ale.


-Uhm, -Aaron entró por la puerta principal. -huele muy bien.

-Cierra la puerta, -Ordené. -el maldito frío cada vez es peor.

Él rió.

-¿Qué estás haciendo? -Preguntó mientras se acercaba a la cocina.

-Sopa de verduras, -Respondí. -¿quieres?

-¿Con este frío? -Se acercó hasta la mesa de la cocina. -Amiga, no siento mis bolas, claro que quiero.

Sonreí, él siempre tenía una respuesta para todo.

Ambos acomodamos la mesa. Últimamente él se la pasaba en casa, ayudaba con lo que podía y su compañía era lo mejor, la librería cada vez iba mejor así que aprovechaba de comprar comida cada veinte días.

-¿Coral por fin se encontró con su dios griego? -Preguntó él.

-Así es, -Sonreí, me alegraba que ambos se llevaran tan bien. -el fin de semana la pasaron juntos.

-¿Tú lo viste? -Preguntó.

Negué.

-Quise que pasará tiempo con ella, -Me encogí de hombros, quería restarle importancia a eso. -sé que me dejo algunas cosas con Coral, las recogeré luego.

-¿No te molesta que tu hermano pase tiempo con tu mejor amiga que contigo? -Volvió a preguntar.

Me giré y fruncí el entrecejo.

-¿Por qué debería molestarme? -Me acerqué hasta donde estaba sentado; acto seguido, le entregue el plato caliente. -Soy feliz por ambos, no había visto a Alex comportarse así y sé, por comentario de ustedes, que Coral no era de actuar así, no con un hombre.

Aaron asintió. Se acomodó en su silla, tomó la cucharilla y llevó un poco de sopa hacia su boca.

-¡Mierda! -Exclamó.

-¡Te dije que estaba caliente! -Le regañé.

-Istibi ciliinti. -Se burló. -Maldición, no siento mi lengua.

Sople mi cucharilla para luego darle un sorbo.

-Ve el lado positivo, al menos recuperaste la sensibilidad en las bolas, ¿no es así? -Pregunté con diversión.

-Ja, ja, ja, muy graciosa.

Luego de eso, el almuerzo transcurrió con normalidad, ambos intercambiamos algunas anécdotas y las risas no habían faltado en las mismas.

Su vida no había sido fácil,  se alejo de su mundo y llegó a manos de Alicia y Coral, eso había sido todo lo que dijo, el trayecto que pasó desde su salida y su llegada es un misterio pero, en sus ojos, se podía percibir vació y oscuridad. ¿Tan fuerte había sido lo que vivió? No quise preguntar, supuse que en algún momento estaría listo para hablar de ello o para hablarme de ello.

-Oye, -Llamó mi atención. -¿qué harás el último de este mes?

-¿El 31 de Octubre? -Pregunté con curiosidad. -¿Qué tal unas películas de terror y unos bocadillos? -Sugerí.

-Nah, -Él se inclinó en el respaldar de la silla. -vamos al carnaval que harán.

-¿Carnaval? -Fruncí el ceño.

-Es como una especie de fiesta, la gente va disfrazada, hay concursos, algunos juegos, -Comentó con entusiasmo. -luego de eso quedan los mayores y allí empieza la verdadera fiesta. -Movió sus cejas con picardia.

¿Cómo saber sí es el chico correcto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora