Capítulo 53

30 3 4
                                    



Los días transcurrieron.

Ale comenzaba a caminar con normalidad, se le había quitado el tratamiento, cambió por vitaminas y algunas píldoras para el dolor (si se presentaba). Carlos, por otro lado, mantenía siempre una sonrisa para ayudarla en el proceso.

Él se encontraba mejor de lo que todos esperaban, eso significaba que no estarían en cima suyo así que eso estaba bien.

A veces iba y compartía con ella, recordaban algunas cosas y en otras ocasiones, compartían la lectura de algún libro.

-¿Sabes que nos iría bien? -Le preguntó. Ale cerró el libro y se lo quedo observando. -Hagamos un pie de manzana.

-¿Te provoca eso? -Frunció el entrecejo.

-El clima es soportable. -Se asomó por la ventana. -Eso significa que pronto llegará verano.

-Ah, ¿quieres celebrar los cambios climáticos? -Sonrió.

-¡Así es! -Le sonrió. -También porque seguimos aquí.

-Bueno, -Se apoyó con cuidado en sus piernas. -no es mala idea.

-Horneemos temprano, los demás saldrán por la noche.

-¿Alex y Jhon saldrán otra vez? -Enarcó una ceja.

Carlos negó.

-Noah y los otros. -Respondió.

-Pero, ellos no deben salir... ¿Qué pasa si él los encuentra y los relacionan conmigo? Se supone que él vio a Noah salir de mi casa...

-Tarde o temprano debemos salir. -Noah respondió la pregunta de Ale. Había entrado a la habitación y ninguno se había percatado de ello. -No tienes de qué preocuparte. -Le indicó.

-Pero...

-Él tiene razón. -Le interrumpió. -Carlos no deja de hablar sobre como cocinas, quisiera probar.

-Yo... Es decir, voy a salir un momento. -Señaló hacia la ventana. -Mota se encuentra limpiando afuera y él es algo alérgico, las flores, el polen, el aire, ustedes saben... -Comenzaba a mover las manos con nerviosismo, se acercó hacia la puerta... -Y bueno, adios. -Para luego abandonar el lugar.

-Escuché que me tiene miedo. -Cerró la puerta.

-Uhm, sé porque te tiene miedo. -Ale acomodó el libro en la mesita de noche.

-¿Si? -Se cruzo de brazos.

-Pero es un secreto, así que no te diré. -Le guiño un ojo.

Ale comenzaba a recuperar el humor.

-¿Qué hablamos de ocultarnos las cosas?

Implementó aquel tono profundo que tanto le hacía temblar.

-Que no debo ocultarte nada. Pero, tú me ocultaste lo de hoy. Dime, ¿qué mas me ocultas?

-Es, distinto. -Confesó al cabo de un rato.

-¿Por qué es distinto? -Inquirió.

Noah se acercó hasta ella y se sentó a su lado. La observó nuevamente, esta vez con ternura, acarició su mejilla para luego esbozar una pequeña sonrisa. Sus labios comenzaban a teñirse de un hermoso rosa natural.

¿Cómo saber sí es el chico correcto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora