-¡Coral! -Una voz a lo lejos resonaba, no dejaba de llamarme.-Uhm. -Me quejé, tomando mi cabeza. -¿Qué..? -Aún me encontraba aturdida, ¿qué era lo que había sucedido?
-¡Coral! -Volvieron a gritar. -¡¡Responde, Coral!!
-Maldita sea, deja de gritar. -Respondí en voz baja, más para mi que para aquella persona. Quería que dejara de hacerlo, la cabeza me estallaría. Lleve mis manos a mi cabeza, trataba de abrir los ojos pero me resultaban pesados.
-Señorita. -Se escucho, esta vez fue más claro. Alguien estaba a mi lado o cerca de mi. -Señorita, ¿se encuentra bien? -Preguntó.
¿Qué pregunta es esa? Obviamente no, me siento como si tuviera diez resacas y escuchara a mucha gente martillar en todos lados.
-¿Dónde..? -Trataba de ubicarme, intente nuevamente incorporarme, abriendo lentamente mis ojos. Entonces caí en cuenta, había tenido un accidente. -Yo... -Busque desesperadamente a mi al rededor, todo era humo y una maldita bolsa de seguridad al frente de mi, no podía ver nada.
-Señorita. -Volvieron a llamarme, ¿de dónde provenía esa voz?
-Yo... estoy, aquí. -Articule lentamente cada palabra, el golpe debió haber sido fuerte, sentía que me faltaba la respiración. Me percate que seguía sujetando mi cabeza así que baje mis manos para darme cuenta que estas tenían sangre. -¡¡MALDICIÓN!! -Exclame. -¡Alguien que me ayude a salir de esta porquería! -Volví a gritar, el cinturón de seguridad se había atascado y no respondía la puerta del piloto.
-Señorita, aquí el cuerpo de bomberos, pronto la sacaremos. -Pronunció el bombero, asomando un poco su cabeza por encima de la bolsa para que lo pudiera ver, me limite a asentir.
Busque mi teléfono, ¿dónde había quedado? Metí mi mano por debajo de la bolsa de seguridad, esta abarcaba un gran espacio, me limitaba en movimiento y visión.
-¡¿Coral?! -Esa voz, esa maldita voz no dejaba de sonar, debía provenir de mi teléfono.
-Sigue gritando desconocido, -Pronuncié en voz alta. -así puedo ubicar mi teléfono. -Lo encontré, justo debajo del equipo de sonido del auto. Llevé el auricular del mismo a mi oído. -¿Aló? -pregunté.
-¡Oh Dios mio! -La voz de Alex se escuchaba alarmada. -¡¿Qué sucedió?! Escuche un fuerte golpe y mucho alboroto.
-Estoy... estoy bien. -"No, no lo estas, tu cabeza esta sangrando." -¿Puedo, puedo llamarte cuando sepa que fue lo que ocurrió? -Pregunté, el dolor de cabeza iba en aumento.
-Llama a Ale o a Aaron. -Sugirió. -Pídeles que vayan por ti. -Su tono era de suplica.
-Esta bien, lo haré. -Apoye mi cabeza en el respaldar del asiento, ¿a quién debía llamar? -Estaré bien, te llamo cuando haya terminado este desastre.
Pude escuchar como suspiró, un suspiro cargado de un gran peso.
-Esta bien, te quiero ángel. -Acto seguido, colgó.
Respire profundamente, ¿a quién debía llamar? Mi madrina haría un gran escándalo por aquello y Bertha de seguro le daría un ataque no más le diera la noticia. Suspiré, marque nuevamente su número, debía dejar el orgullo, esta vez, de lado.
-¡Así te quería agarrar, puerco! -Aaron reía con todas sus fuerzas. -La gran Coral Bress me a llamado, ¿lista para la revancha?
Moje mis labios.
-Aaron... -Fruncí el ceño, la cabeza dolía y al parecer la sangre no se detenía.
-Coral. -Su tono había cambiado. -¿Pasa algo? -Preguntó. -¡¿Alicia esta bien?!
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¿Cómo saber sí es el chico correcto?
Misterio / SuspensoCreyeron que, tal vez, sufría de una enfermedad mental pero no era así. Sus sueños le mostraban lugares, sucesos y personas que ella no recordaba, pero lo que más la atormentaban eran unos ojos de color intenso. ¿Por qué?, ¿quién era?, ¿qué quería...