Cambios de humor

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- Bueno... Tal vez Dominique tenga razón, Scorpius. Su extraña forma de actuar cuando la vio, ella es de Gryffindor, hija de muggles... - Albus iba enumerando las cosas con sus dedos - ¡Okey suficiente! - interrumpió alterado el rubio - No podemos estar seguros todavía. Necesitamos sólo unas pistas más y listo! Pero aún no podemos decir que Hermione Granger es la "Leona". Mañana lo veremos ¿Entendido? - termino de hablar y sus dos amigos asintieron

- Si, tengo que admitir que es raro saber que mi TÍA, estuviera enamorada del padre de mi mejor amigo - dijo el castaño perdido y con Dominique rieron pero Scorpius los vio con el ceño fruncido y mordía sus uñas - Scorpius!! Deja de comerte las uñas - regañó la rubia a su mejor amigo.

Al día siguiente

Scorpius no había podido dormir muy bien anoche por pensar sobre qué tal vez Hermione Granger fuera la enamorada de su padre. En realidad no tenía nada contra ella, es más se podría decir que admiraba su gran inteligencia y valentía, pero las cosas empezaban a parecerle extrañas, además de que era la madre de SU enamorada, y el planeaba en que apenas se enterará sobre la Leona de su padre, viajaría en el tiempo para cambiar las cosas.

Pero ahora saber que era la madre de Rose le hacía creer que era algo raro, por qué tal vez Rose quería mucho a su madre y el se la arrebataría, y no le agradaba mucho la idea, ya que la pelirroja era muy importante para el y siempre le ha importado.

Comenzaba a arrepentirse de su plan.

No se quedó a esperar a sus amigos, así que fue directo a desayunar.

Cuando llegó al Gran Comedor, vió que su padre hablaba con Snape, así que se acercó a ellos, cuando vieron que se acercaba pararon de hablar y Draco le sonrió mientras Snape lo miraba serio. - Buenos días Padre - saludo a Draco con una sonrisa y luego miro al profesor
- Profesor Snape - saludo cortés.

- Buenos días hijo - saludo Draco
- Buenos días Scorpius. Si me disculpan - Snape se fue a paso acelerado como siempre y Draco se fue a su mesa mientras Scorpius lo seguía, se sentó junto a él y hablo
- ¿Irás hoy a Hogsmade? - preguntó el rubio apoyando sus dos brazos sobre la mesa y el mayor daba un sorbo a su café - Si, con Blaise y Theo. ¿Que clase tienes ahora? - preguntó ahora Draco
- Historia de la Magia - sonrió - Ohg es un asco esa clase - hizo una expresión de desprecio - A mí me gusta - levantó sus hombros desinteresado - ¿Tu logras poner atención a todo lo que dice? - preguntó sin creer el mayor
- Sip - seguía sonríendo con orgullo y contagio a Draco - Vaya me sorprendes, había alguien más que siempre ponía atención a su clase... - sonrió mientras veía su taza Draco.

- ¿Quien? - preguntó Scorpius algo preocupado por saber la respuesta
- Mira ahí están tus amigos, mejor ve y desayuna hijo - empujó suavemente a Scorpius para que se fuera - Has tus tareas y... No me decepciones - dijo imitando la voz de Astoria y Scorpius carcajeo por eso; el se fue junto a sus amigos.

- ¿Por que no nos esperaste? - preguntó Dominique que se sentó junto a él y Albus en frente de ellos
- Es que me levanté temprano y baje a ver a mi padre - tomó unas tostadas y las metió a su boca para no tener que hablar más.

Albus comía de su cereal mientras terminaba de completar su tarea con la de Dominique, ella le explicaba algunas cosas al castaño; Scorpius parecía perdido y cuando giró a ver a la puerta, entraba Rose con su cabello suelto, que hacía que varios rizos cayeran sobre sus ojos y debía guardarlos tras su oreja, el rogaba por qué no viniera a su mesa pero ella vió que la observaba y le regaló una tierna sonrisa, que al parecer término arrepintiéndose, así que se puso sería.

Scorpius antes no hubiera evitado devolverle la sonrisa, pero ahora lo único que logró hacer fue voltearse rápido. Además de lo extrañado que quedó por su actitud. Rose empezó a ir hasta la mesa de las serpientes. Así que Scorpius termino su desayuno y se fue medio corriendo y medio caminando
- Crees que este así por lo de anoche - preguntó Albus que señalaba con su lápiz por dónde se había ido Scorpius, pero Dominique solo levantó los hombros por no saber que decir.

El rubio fue el primero en llegar al aula y se sentó en una de las primeras mesas, empezó a tantear sus dedos sobre la mesa para esperar a que todos llegarán y para que llegará el profesor así diera su clase de una vez.

Escuchó que la puerta se abría pero no le dió atención así que el continuó con su mirada perdida en la ventana, de ese lado apareció Rose y el se sobresaltó al verla derrepente.

- ¡Rose que susto! - empezó a reír nervioso, ya que había planeado no verla en todo el día, pero la chica se lo hacía difícil - Quiero imaginarme que no creíste que no note como me ignoraste - la chica se cruzó de brazos, algo enojada - Y yo quiero imaginarme que no creíste que no ví como te volviste sería al verme - imitó a la chica y rápidamente ella se puso triste y nerviosa. A Scorpius se le rompió el corazón ver eso, había empezado a sentirse muy mal por lo que había hecho.

- Oh Rose, lo lamento - se levantó y la abrazó. Ella se acurrucó en su pecho, parecían encajar perfectamente y tenerla así de cerca le hizo sentir muy bien a el, como también a ella.

La alejo un poco para verla a sus ojos y así se quedaron un largo rato. Hasta que comenzaron a acercarse de a poco.

Sus alientos ya casi se mezclaban y Scorpius no pudo contenerse así que la besó, fue un tierno y dulce beso, un beso que ambos necesitaban, ya casi se quedaban sin aire así que tuvieron que separarse.

El secreto amor de Draco Malfoy [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora