Me despido de Zacky antes de entrar a mi casa.
Justo como lo esperaba, mi hermana me habla antes de que pueda escabullirme hasta mi habitación.—¡Tenemos que hablar! —exclama desde el sofá de la sala que se encuentra justo detrás de un ventanal que da hacia la calle.
Pongo los ojos en blanco, de seguro me vio llegar con Baker, así que no hay por qué mentir al respecto.
—¿Sobre qué?Ella espera hasta que me he sentado a su lado para murmurar—: Dijiste que ya no saldrías con chicos que no fueran tu alma gemela.
Miro hacia la cocina, esperando que mi madre no le haya escuchado.
Afortunadamente, ella parece estar algo ocupada con la cena.—Sólo fuimos por un café —susurro, acomodándome en el sofá.
—Natalia...
Puedo sentir la presión de su mirada.
Entonces, recuerdo la oferta de Zacky y su razón para hacerla.—Bien, quería que fuera sorpresa. Ya encontré a mi alma gemela.
Audrey no puede contener un grito incluso aunque cubre su boca con un cojín cercano.
—¿Cuándo pensabas decirlo?—Hasta que llegara papá del trabajo. Pero creo que ya se enteró todo el vecindario, gracias —agrego al notar que mi madre ha salido de inmediato de la cocina.
—¿Alguien dijo "alma gemela"? —cuestiona con las manos en la cintura, lanzándonos una mirada curiosa.
Trago saliva y me levanto del sofá.
Tal vez este sea el error más estúpido de mi vida, pero ya no hay marcha atrás.
—Mi alma gemela se llama Zachary James Baker, mamá.—¡Oh por Dios! Mi niña ya ha crecido —dice, acercándose a mí para tomar su rostro entre sus manos—. Tiene que venir a comer el sábado —advierte, apretando ligeramente mis mejillas.
Asiento mientras doy un paso hacia atrás para liberarme de sus dedos.
—Está bien, madre.Ella aplaude un par de veces.
—Debo contarle a tu padre, se pondrá muy feliz.Aprovecho la distracción para ir escaleras arriba y encerrarme en mi cuarto.
Suspiro una vez que he logrado huir de la euforia por parte de mis familiares.
Vaya lío.Pongo el seguro antes de sentarme sobre mi cama y sacar mi teléfono celular.
Miro durante varios segundos el contacto que Zacky guardó a su nombre. Se tomó la libertad de guardar una selfie junto con el número y es justo la imagen la que capta toda mi atención.Él no sólo capturó su rostro, sino que decidió que yo saliera junto a él.
Tomó la foto sin avisarme, capturando un momento genuino en el que me encuentro observándolo.He visto muchas parejas destinadas a estar juntas y no cabe duda de que siempre se ven así el uno al otro.
De cualquier forma, ya no puedo retractarme. Mis padres esperarán a un chico el sábado aunque su nombre real no sea el de Baker.
—¿Ya te decidiste? —pregunta el chico de ojos verdes en cuanto responde a mi llamada telefónica.
—Mis padres quieren conocerte el fin de semana —informo, apretando el celular entre mis dedos—. Más te vale que no estés jugando conmigo.
—Oye, que esto salga bien me importa mucho más que a ti —asegura con voz calmada pero firme—. ¿Debo ir formal?
—No demasiado.
—Bien. ¿Pedirás algo a cambio?
Arrugo la nariz.
¿Debería aprovecharme de todas las ofertas que me hizo?
Después de todo, él técnicamente se aprovechó del hecho de que no tengo "amor verdadero".—Me gustan los anillos —respondo después de pensar unos segundos.
—¿Debo desechar el resto de las opciones que te di?
—No. —Mi respuesta inmediata hace que me ruborice—. Me refiero al dinero...
—Yo hablaba del sexo.
Me quedo callada. Aún no me acostumbro a que sea una persona tan directa. Jamás había conocido a alguien así.
—¿A caso eso es lo único que quieres?
Él ríe—. No, pero me gusta tu reacción ante ese tipo de comentarios. Disculpa, no hablaba en serio.
—Nos vemos, Zachary.
—Hasta mañana, linda.
Baker termina la llamada antes de que pueda preguntarle por qué intuyó que nos veríamos mañana y no hasta el sábado.
Afortunadamente, un mensaje de Astrid hace que mi atención se desvíe un poco. Aún tengo trabajos por entregar esta semana y, como las alumnas modelo que somos, decidimos terminarlos lo antes posible.
Es por esto que hoy nos quedamos hasta tarde haciendo una investigación.Nunca en mi vida había sido la ñoña del salón, pero debo admitir que Astrid lo hace ver demasiado sencillo y divertido.
—En verdad agradezco toda la atención que has puesto en mí —digo en cuanto logramos acabar.
—No hay de qué, Nat. Eres una chica muy linda en todos los sentidos —sonrío ante su cumplido—. Anda, hay que descansar. El profesor Thompson dejará leer en clase y no quiero quedarme dormida.
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Soulmate | Zacky V ✔️
Teen FictionSe supone que conocemos a nuestra alma gemela cuando el contador en nuestro antebrazo llega a cero. Para mi infortunio, el mío ha alcanzado esa cifra y nunca encontré al dichoso "amor de mi vida", así que supuse que jamás lo encontraría. He mantenid...