La campana anuncia el final de las clases del día, lo cual significa que en unos minutos veré a Zacky de nuevo. Hubo problemas con su vuelo de regreso, es por esto que llegó más tarde de lo planeado.
Honestamente, no me afecta en lo absoluto. He pasado el fin de semana más tranquilo en meses y eso se lo debo agradecer a mis amigas. Nunca me sentí sola o preocupada con pensamientos inadecuados y, aunque mantuve contacto con Anthony, ni él y yo sugerimos vernos o salir en los próximos días. Tal parece que su primera invitación fue un simple impulso y que está dispuesto a esperar hasta que nos conozcamos al menos un poco más para dar el siguiente paso, lo cual agradezco.
—Creo que alguien te está esperando con impaciencia —comenta Astrid en a penas un susurro mientras termino de guardar mis cosas en mi casillero.
Niego con la cabeza, haciendo caso omiso a su voz y tomando todo el tiempo del mundo para acomodar mis libros.
—Adivina quién consiguió los últimos panditas de la máquina expendedora —dice el recién llegado Matthew mientras abraza con cariño a mi mejor amiga.
Sonrío para mí, esperando a que dejen de darse amor para cerrar la puerta de mi casillero y despedirme.
Le digo a Astrid que nos pondremos de acuerdo para salir nuevamente en la semana y les digo adiós rápidamente antes de dirigirme al estacionamiento.
Aunque quise ignorar el comentario, no puedo evitar concluir que Shockley tenía razón: Zacky se ve algo distinto. Él deja de recargarse a un costado de mi camioneta en cuanto me ve, dedicándome una amplia sonrisa, como si yo fuera esa gran amiga a la que no ha visto desde hace años.
—¿Te picó un mosquito radioactivo durante tu viaje? —pregunto en tono de burla antes de abrazarlo para mantener apariencias frente a los pocos estudiantes que se encuentran cerca.
Baker pone los ojos en blanco, regresando el efímero saludo—. No exactamente —admite, ladeando la cabeza antes de extender su mano frente a mí—. ¿Conduzco?
Frunzo el ceño. Normalmente simplemente exigiría que le diera las llaves del vehículo. ¿Qué pretende hacer ahora?
—Claro. —Sacudo la cabeza, deseando no pensar mucho en la situación y creer que, tal vez, este es el auténtico Zachary Baker y que todo lo que presencié antes era sólo un personaje.
Acepta las llaves que le ofrezco y me acompaña hasta el lado del copiloto para mantener la puerta abierta para mí. Decido no preguntar de manera directa qué es lo que le ha hecho cambiar su actitud, aunque estoy casi segura de que tiene algo que ver con su viaje.
—¿Cómo te fue? —pregunta mientras enciende el motor del vehículo—. ¿Te gustaron los anillos?
Asiento de manera lenta, abrochando con cuidado el cinturón de seguridad—. En especial este. —Levanto mi mano para señalar la pieza de joyería en mi dedo anular—. Y me fue bien, aunque parece que los segundos exámenes parciales serán más pesados.
—Si necesitas estudiar, dime. Aunque seguramente sea de menor ayuda que Astrid, haría lo posible por ayudarte. —Sus ojos no se despegan ni un momento del camino, haciéndome dudar un poco si lo dice en tono de broma o si el tono serio en su voz es legítimo—. Por cierto, ¿planeas salir con ella esta semana?
—Aún no lo planeamos bien, ¿por? —Arqueo una ceja con curiosidad evidente en mi rostro.
—Debes buscar ropa adecuada para el viaje en el globo aerostático y pensé que tus amigas serían de mejor ayuda que yo —responde sin pensarlo demasiado, la sonrisa aún en su rostro tranquilo.
Me encojo de hombros—. Podría sólo usar algún vestido de los que compraste para el cumpleaños de tu madre.
Él ladea la cabeza antes de aprovechar una luz roja para voltear a verme—. Como tú decidas.
Sus ojos tienen un brillo que no había visto antes. ¿Será que su familia ha cerrado un importante negocio?
Tardo un poco en contestar—: Lo pensaré.
Esta vez la duda en mi respuesta no le parece entretenido; en realidad, parece que ni si quiera procesó lo que dije. Nunca creí extrañar las burlas de Baker pero ahora que ha ignorado por completo el titubeo en mi voz me siento con algo de ansiedad.
Estoy tan inmersa en mis extraños pensamientos que no me doy cuenta de que él no ha conducido a casa; en cambio, ha entrado al estacionamiento de un restaurante de comida brasileña.
Desabrocho mi cinturón de seguridad en cuanto Zacky gira la llave para apagar el motor. Sin embargo, él evita que abra la puerta al colocar su cálida mano sobre mi brazo.
—Espera, Nat.
Oh aquí viene.
Levanto el rostro para verlo de frente—. ¿Sí?
Baker aprieta los labios, pensando en lo que dirá mientras mis ojos intentan adentrarse más en el bosque esmeralda captado en sus pupilas.
—Me he comportado como un idiota contigo, así que te debo una disculpa. Tardé en comprender que, aunque no seamos almas gemelas, al menos podemos ser buenos amigos... Si tú quieres, claro.
Parpadeo un par de veces, deseando que su mano se hubiera quedado más tiempo sobre mi piel para asegurarme de que lo que veo y escucho es real.
Definitivamente pasó algo que lo hizo cambiar. Sin embargo, ahora no sé si tiene algo que ver con el viaje.
Sacudo la cabeza. Esto es justo lo que quería, ¿no? Que Baker entendiera que nunca habrá romance entre nosotros, que todo esto es una farsa... ¿Por qué, entonces, me siento tan vacía al considerar su propuesta?
Vamos, Natalia, eres un negocio. Una amistad es lo máximo que deberías esperar de él.
—Claro.
ESTÁS LEYENDO
Soulmate | Zacky V ✔️
Novela JuvenilSe supone que conocemos a nuestra alma gemela cuando el contador en nuestro antebrazo llega a cero. Para mi infortunio, el mío ha alcanzado esa cifra y nunca encontré al dichoso "amor de mi vida", así que supuse que jamás lo encontraría. He mantenid...