XXIX

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Entrego mi trabajo justo un minuto antes de que la clase termine. No precisamente porque lo he acabado y estoy satisfecha con el resultado, sino porque no puedo concentrarme en la tarea.

Han pasado ya varios días desde el vuelo en globo aerostático y aún me es imposible mantener a Zacky fuera de mi mente. Es por eso que he decidido hacer planes con el tal Anthony.

—Nat —Astrid interrumpe mis pensamientos, llamando mi atención en cuanto salgo del salón-. Creo que necesitas un gran respiro —agrega sin siquiera molestarse en preguntar cómo me fue.

Supongo que mi rostro muestra lo lejos que estoy de este mundo.

—Sí —replico antes de tomar una gran bocanada de aire en un acto reflejo.

Mi amiga sonríe—. Dile a Baker que te quedarás toda la tarde en mi casa.

Pongo los ojos en blanco, recordando que debería actuar como si nada para que la farsa no caiga tan rápido. Eso sin mencionar que realmente no tengo un compromiso con Zachary al terminar de comer con mi amiga.

—Claro, seguramente no querrá llevarme a la fuerza sólo porque se trata de ti.

—Anda, tengo un par de litros de helado —comenta arqueando una ceja, ignorando el sarcasmo en mi comentario.

Río sin poder evitarlo—. Lo siento, Astrid, creo que será otro día. Sólo espero Matthew esté bien con recibir a una intrusa de vez en cuando. Por cierto, hace unos días que no lo veo, ¿está bien?

Los ojos de Astrid se iluminan al mencionar a su alma gemela—. Sí sólo que ha decidido entrar a trabajar, así que ya no tiene mucho tiempo libre.

—Espero no deba pasar mucho tiempo así.

Una vez libres del colegio, Astrid y yo caminamos por el estacionamiento hasta mi camioneta.

Algo emocionada, subo al lado del conductor y me acomodo en el asiento. Me parece extraño que mi acompañante tarde un poco en subir, pero no giro el rostro hasta que ella habla—: ¿Puedo mover a tu acompañante al asiento trasero?

Frunzo el ceño, únicamente entendiendo su pregunta cuándo miro al pequeño peluche de zorro sentado en el asiento junto a mí.

—Aww, Zacky debió traerlo mientras estaba en clase —digo, tomando el juguete y mirándolo con falsa emoción.

—Qué tierno —susurra Astrid con dulzura mientras sube al vehículo.

Acomodo al zorro lo mejor que puedo en la parte de atrás antes de comenzar nuestro camino a la casa de mi amiga.

Las dos comemos con tranquilidad la comida que acabamos de preparar y, aunque ella aún puede notar mi inquietud, no dice algo más al respecto. En cuanto llegamos al postre, vamos hacia la sala para ver alguna película antes de irme.

—¿Cualquiera está bien? —cuestiono desde el sofá mientras Astrid termina de servir el helado.

—¡Sí! —responde con entusiasmo.

Estoy por elegir una película cuando la puerta principal de la casa se abre y Matthew entra casi como un zombi. Subestimé cuando Stockley dijo que el amor de su vida ya no tenía tiempo libre; el joven tiene gruesas ojeras alrededor de sus ojos verdes y su piel se encuentra mucho más de lo que recordaba.

—Hola, Nat —saluda sin mucho ánimo mientras cierra la puerta.

Escucho los presurosos pasos de mi amiga acercarse a Sanders. Aunque ella es lo suficientemente atenta como para entregarme mi ración de helado antes de recibir a su pareja, no la habría culpado si hubiera olvidado por completo el postre en la cocina.

Soulmate | Zacky V ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora