XXXVII

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Siento la mirada de una chica a lo lejos. Si bien me incomoda demasiado, no quisiera crear un gran alboroto en el colegio. En cambio, me concentro en la tarea para la cual me reuní con mi mejor amiga en la biblioteca.

—¿Ya has arreglado algo con Zacky o Anthony? —Astrid pregunta en cuanto subimos a mi camioneta, listas para irnos a casa con los deberes terminados.

Ladeo mi cabeza hacia un costado. Ha pasado semana y media desde que Zacky se fue y sólo Brian sabe acerca de ello. Aunque sé que puedo confiar en Astrid, no quisiera que el rumor llegase al colegio.

Niego con la cabeza, respondiendo a su pregunta después de varios segundos—. Zacky decidió irse con Vanessa y yo le diré a Anthony lo del contador la próxima vez que salgamos.

Mi amiga levanta las cejas y parpadea un par de veces en señal de sorpresa.
—Genial, ¿cómo le dirás?

Y esta es la parte que me emociona. No me había estado sintiendo muy bien en esta casa desde que Baker se fue, pero no podía regresar con mis padres. Así que he utilizado gran parte de mi tiempo libre en desempacar algunas cajas que se habían quedado olvidadas durante la mudanza meses atrás.

Afortunadamente, Zacky sí cumplió su palabra y no dejó algo que le perteneciera. Esto me facilitó encontrar la caja donde guardé aquello que mi madre me obligó a mostrarle y que me hizo pasar un poco de vergüenza. Se trata de todos los dibujos y cosas que hice cuando era pequeña con el afán de ilustrar a quien creí sería mi alma gemela.

Al ver el muñeco de tela con mayor detenimiento, todo hizo click en mi mente. Por eso me parecía tan familiar... Sin embargo, aún había algo de duda.

Decidí llamarle a mi mamá ayer por la noche con la excusa de buscar algo que dejé en mi antigua habitación (aunque seguramente está en alguna de las demás cajas). Lo que quería saber, en realidad, es si mi papá resultó ser exactamente como lo había imaginado de pequeña. Su respuesta afirmativa fue todo lo que necesitaba escuchar.

Me sorprendió que no le pareciera extraño el tema. No parecía del todo interesada, a decir verdad. De cualquier forma, es mejor eso que tener que inventar más excusas al respecto.

Astrid escucha con paciencia todo lo anterior y parece amar la idea que tengo tanto como yo.

Anthony me invitó a su fiesta de cumpleaños en su casa. Ya le he comprado un par de libros que me parecieron interesantes, pero mi regalo para él incluirá la confesión acerca del contador.

Tengo algo de miedo respecto a cómo reaccionará, así que no le daré el muñeco que se parece bastante a él. En cambio, llevaré algunas notas que escribí hace años donde se menciona la fecha en que encontraría a mi alma gemela.

—Entonces, ¿estás convencida de que es Anthony? —mi acompañante cuestiona tras arquear una ceja.

Asiento sin titubear. Aunque cada vez hay menos duda de ello, no puedo deshacerme de la incertidumbre por completo... Tal vez sólo sea miedo de estar equivocada y tener que regresar a una vida para siempre solitaria.

Parpadeo para sacar la idea de mi mente antes de que se vuelva caótica. Sonrío.
—Él es justo como imaginé que sería mi alma gemela.

Soulmate | Zacky V ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora