XI

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Sabía que aunque no les agradara a los padres de Zacky, no podrían hacer algo para separarnos. Después de todo, somos "almas gemelas". Sin embargo, el hecho de que he logrado llevarme bien con sus padres me hace sentir mucho más cómoda con la situación.

Además, la cena me permitió saber un poco más acerca de los Baker.

Ellos son una familia adinerada que tuvieron la fortuna de que su contador llegara a ceros justo al conocer a una persona con el mismo poder y la misma influencia. A mi parecer, usaron toda la suerte en su linaje, puesto que Zacky parece estar en un camino completamente distinto.


—Gracias —murmura en cuanto subimos a la camioneta— prometo comer con tus padres lo antes posible.

Presiono los labios hasta formar una línea delgada. En realidad, a mí no me importaría si el día de la dichosa cena con mis padres nunca llegara; al contrario, es un momento que estoy dispuesta a evitar lo más que se pueda.

—No te preocupes por ello.

Le escucho soltar un suspiro profundo antes de que encienda el auto. Abrocho el cinturón de seguridad.

Comenzamos a avanzar y no es hasta que hemos llegado a mi casa que me atrevo a girar el rostro para verlo.

La felicidad que su rostro expresa me hace sonreír en un acto reflejo. A pesar de que hemos permanecido en silencio desde hace tiempo, no me siento incómoda en lo absoluto.

—¿Pasa algo? —pregunta con interés, mirándome de reojo por tan sólo un par de segundos antes de regresar su atención al espejo retrovisor para poder estacionarse.

Sacudo la cabeza. No fui lo suficientemente rápida para esconder mi expresión y estoy segura que Zacky disfruta demasiado ver todo lo que causa en mí sin realizar grandes esfuerzos. Yo, por otro lado, lo odio; odio el efecto que tiene en mí una simple palabra suya.

—No —respondo en un intento de cortar el hilo de pensamientos que, seguramente, terminaría enredado en mi mente—. Es sólo que nunca pensé que llegaría a hacer algo como esto.

Desvío la mirada en cuanto él gira el rostro hacia mí. El motor se ha apagado y eso le da la oportunidad de poner toda su atención en mí; una oportunidad que él no duda en aprovechar ni un momento efímero.

—¿A qué te refieres con "esto"? —Escucho el clic que emite el cinturón de seguridad al ser desabrochado, lo cual indica que Baker se ha puesto más cómodo en su asiento.

Lo que no esperaba es que su rostro se encontraría tan cercano al mío cuando decidiera continuar la plática.

Sus pupilas esmeraldas me atrapan sin que pueda evitarlo. Contrario a lo que sucedía antes, ahora me envuelven en un cálido sentimiento de comprensión. No es necesario escucharle decir que una situación como esta nunca había aparecido en su mente, ni en sueños.

Opto por respirar de manera profunda, retomando la respuesta que pensaba dar y meditándola un poco más antes de dejarla escapar de entre mis labios.

—Cuando mi contador llegó a ceros, pensé que estaría destinada a mendigar amor toda mi vida —explico con calma. No entiendo por qué, pero justo ahora me siento capaz de confesarle hasta mis más oscuros pecados a la persona frente a mí.

Esto también lo odio un poco hasta que observo el cambio en las facciones de mi acompañante.

Esperaba un comentario sarcástico, una pequeña señal de burla al menos. Sin embargo, su sonrisa denota todo lo contrario.

Sus gruesos labios a penas se curvan hacia arriba y, aunque este gesto es un poco triste, no rompe la silenciosa conexión creada entre nuestras miradas.

—Entiendo perfectamente, Nat —dice de manera lenta pero sin titubear—. Agradezco mucho el hecho de que hayas aceptado mi oferta —Entonces, un bufido de su parte resuena en el ambiente—. Tal vez no lo creas, pero me haces sentir un poco menos miserable.

Mi boca permanece ligeramente abierta durante varios segundos después de su confesión. Me he quedado sin palabras no por lo que ha dicho, sino porque fue algo que yo nunca habría admitido en voz alta.

Desabrocho sin prisa mi cinturón de seguridad en un intento por aminorar la tensión en el ambiente—. Yo jamás consideré la idea de fingir que alguien es mi alma gemela —respondo al notar que el silencio se ha prolongado demasiado—, y agradezco que al menos deba hacerlo contigo.

Entonces, esa maldita expresión que esperaba desde hace unos minutos se hace presente.
Aunque conserva la calidez, su mirada tiene un brillo que me hace perder noción de absolutamente todo lo que sé por un momento.

—¿Hacer qué? —Cuestiona en tono burlón, arqueando una ceja mientras espera que interprete lo que quiso decir con paciencia excesiva.

A veces no entiendo cómo es que puede pasar de ser un ángel a portarse como un patán en cuestión de segundos.

—Olvida lo que dije.

Soulmate | Zacky V ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora