XXXVI

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Brian me mira con sorpresa al verme entrar a su estudio de tatuajes. Hoy decidí no ir al colegio, aunque en dos semanas son los exámenes.
Me he estado sintiendo horrible desde mi pelea con Zacky. Él intenta aparentar nunca haber existido en mi vida al desaparecerse, sin saber que ya no parece haber forma de borrarlo.

Soy una estúpida. Me quedé parada frente al dragón con la esperanza de que lanzaría el fuego suficiente para mantenerme cálida. En cambio, él terminó quemando todo a su paso.

—¿Qué te trae por aquí, Nat? —pregunta con una sonrisa, sacándome de mis sombríos pensamientos.

—Mi tatuaje, necesita un retoque —informo, tratando de sonar lo más alegre posible—. Definitivamente te ves mejor con el cabello corto.

Él pone los ojos en blanco y continúa hojeando la carpeta frente a él. Me acerco al escritorio, mirando la colección de tatuajes prediseñados que conserva como referencias.

—¿De por aquí sacaste el tatuaje de Zacky?

Él ríe—. Si te refieres al dragón, yo no tuve nada que ver con eso —confiesa con completa honestidad, empujando un poco la carpeta como si dijera "puedes comprobarlo tú misma".

Decido creer en él, aunque probablemente esa información hubiera servido más hace unos meses, cuando todavía tenía la esperanza de que había algo en el destino que me uniría con Baker.

Brian lidera el camino hasta la habitación contigua.

—Por cierto, ¿qué hay de Zacky? No he oído de él últimamente —comenta mi mejor amigo mientras prepara todo lo necesario para hacer su trabajo.

Sabía que lo preguntaría, pero aún así me cuesta esconder la nostalgia que me invade al escuchar su nombre.

Aprieto los labios hasta formar una delgada línea—. Se fue. —Me acomodo sobre la silla de piel.

Desafortunadamente, Haner no capta a lo que me refiero—. Pensé que lo acompañarías en sus siguientes viajes.

—No. Terminamos. Nunca volverá.

Siento los ojos castaños de mi acompañante sobre mí, pero decido ignorar su mirada dudosa. Él interpreta pronto mi silencio y se dispone a tatuar. Sin embargo, no tarda mucho en regresar al mismo tema de conversación.

—Nat, lamento que se haya ido.

Niego con la cabeza, aguantando el dolor de la aguja contra mi piel—. No tienes por qué lamentarlo.

—Sí —se apresura a decir antes de bajar su mano derecha y limpiar el exceso de tinta con la izquierda—. La última vez que estuve en tu casa, vi que te llegó un mensaje de un tal Anthony y puede que le haya dicho a Zacky...

Lo miro con incredulidad. Debí saberlo. Haner es un maldito chismoso. Calmo la molestia en mí al recordar que nada importa en lo absoluto.
—De cualquier forma se habría ido.

—No sé cómo puedes estar tan convencida de eso —comenta tras regresar a su trabajo.

—Sabes perfectamente que no somos almas gemelas.

Él lo piensa por un momento—. Lo único que sé es que sus contadores no coincidieron. Nat, nunca había visto a Zacky tan interesado en alguien. Y ¿qué decir de los regalos? El esfuerzo que ponía en cada uno era demasiado.

—Brian, se acabó. —Le pongo un alto antes de que continúe diciendo cosas sin sentido—. Él tiene a su alma gemela, yo tengo a mi alma gemela. ¿Qué más da lo demás?

—¿Crees que Anthony es tu alma gemela? —Arquea una ceja, alejando la aguja de mi brazo para mirarme fijamente.

Sin desearlo, viene a mi mente sólo una frase: "Debes creer tu propia mentira para que alguien más lo haga."
Aunque no es del todo algo falso, tampoco puedo asegurar la veracidad de lo que digo a continuación—: Lo es, Brian. Anthony es la persona a quien amo.

Soulmate | Zacky V ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora