—¿Quién es?
Miro a Zacky con confusión. Acabo de llegar de ver a mi mejor amiga y claramente ya he entrado a la casa, así que no entiendo a qué se refiere con su pregunta.
—¿Perdón? —replico mientras dejo mi bolso sobre el sillón a un lado del que ocupa él.
—¿Quién es ese chico con el que has estado saliendo, Nat?
Mi temor de días anteriores se ha hecho realidad. Sé que debo de hablar con él sobre esto, pero no me siento muy preparada. De hecho, aún me encuentro debatiendo entre decirle toda la verdad o no. Finalmente, opto por lo segundo.
—Se llama Anthony, lo conocí mediante una aplicación hace unas semanas —respondo, causando un enojo visible en el rostro de Baker.
—No deberías seguir saliendo con él —dice con voz firme, mirándome directo a los ojos.
Me quedo en silencio, tratando de procesar lo que ha pedido y asegurándome de que he escuchado correctamente. No puedo creer que me esté prohibiendo ver a Anthony cuando él mismo ha visto a Vanessa cada vez que tiene un viaje de "negocios".
—¿Por qué?—No nos podemos arriesgar a que se sepa la verdad.
—¿Entonces no puedo salir con ningún amigo? —Me cruzo de brazos, esperando a que diga una excusa mejor que esa. Al no escuchar algo más de su parte, agrego—: Además, no soy la única que ha estado saliendo con alguien más, ¿o sí? Admítelo, nunca te preocupaste por mi educación; sólo no querías que te acompañara porque estaría Vanessa allí.
Sus ojos se abren un poco más de lo normal por la sorpresa, pero no cambia el tono de su voz—. Conocí a Vanessa la última vez que tuve que salir de la ciudad. Aunque ella asegura que su contador llegó a ceros al verme, yo no puedo dejar de pensar de que hubo un error.
Bufo—. Ninguna persona en el mundo parece haber sufrido de un error con respecto a su contador. —Cada palabra que he escuchado me ha enfadado aún más. Ni si quiera estoy consciente de todo lo que digo, pero eso no me detiene—. Aceptémoslo: Vanessa es tu alma gemela. Anda, finge que morí en un accidente y construye un imperio con ella como el de tus padres.
Él calla una vez más. A pesar de que ahora puedo ver sus pupilas, me es imposible leer en ellas algo más que confusión.
—No aparentaré que moriste, dios. —Baja la mirada y peina su cabello castaño con ambas manos. Su tono de voz ha bajado considerablemente. Sin embargo, ya no hay algo que pueda apaciguar mi enfado—. Seguramente nunca podré explicarlo, pero estoy casi seguro de que hubo algo mal.
—Por supuesto que hubo algo mal, nuestros contadores se averiaron. Afortunadamente, ya hemos encontrado a las personas correctas. Sigamos adelante como si nada hubiera pasado.
Zacky frunce el ceño, pero mantiene los ojos fijos en sus manos.
—¿Crees que Anthony es tu alma gemela?Trago saliva. Ni si quiera sé cuál es la verdad y la mentira para esa pregunta.
Como él parece haber sido honesto conmigo, decido hacer lo mismo, aunque esa repuesta no sirva de mucho.
—No lo sé.Baker levanta el rostro casi de inmediato—. Pero, ¿decides irte con él? —presiona, realizando una conclusión de casi todo lo que he dicho durante los últimos veinte minutos.
No estoy segura de que Anthony sea mi alma gemela, pero la forma en que Vanessa hablaba de Zacky... Ellos, sin duda, son tal para cual.
—Sí —digo, manteniendo cualquier duda fuera de mi mente.
—¿Por qué? —Se levanta de su asiento para acortar la distancia entre nosotros—. Estoy seguro de que él nunca podrá darte lo que yo sí.
Sacudo la cabeza, incrédula de lo que acabo de escuchar—. A mí no me importa ni el dinero ni las joyas, Zachary —replico con enfado—. Demonios, ¿en verdad creíste que podías comprarme?
—No, Nat, yo... —intenta retractarse, pero el suspiro que escapa de sus labios denota que ya no tiene algo más que argumentar. No le toma mucho tiempo el admitir que estoy en lo correcto. Sin embargo, no pensé que lo hiciera de una manera tan drástica—: Conserva todo lo que te he dado o véndelo. Si quieres irte con Anthony, hazlo. Será, como si nunca me hubieras conocido.
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Soulmate | Zacky V ✔️
Teen FictionSe supone que conocemos a nuestra alma gemela cuando el contador en nuestro antebrazo llega a cero. Para mi infortunio, el mío ha alcanzado esa cifra y nunca encontré al dichoso "amor de mi vida", así que supuse que jamás lo encontraría. He mantenid...