XXIV

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—¿Por qué no simplemente te lleva a donde sea que va? —pregunta Amelia una vez que se ha quedado sin ideas respecto al regalo que le pediré a Baker.

—Tiene algo que ver con que no me distraiga de mis estudios —miento de inmediato, considerando su pregunta hasta que mis labios se vuelven a juntar.

Supongo que no hay mucho en qué pensar, él nunca permitirá que sea parte de sus negocios familiares. Sólo soy una imagen, una apariencia.

—Ah, entiendo —dice, aunque en realidad no suena muy convencida—. ¿Ya te decidiste por alguna opción? Me he quedado sin ideas.

Suspiro profundamente, repasando la corta lista entre mis dedos. Sólo escribí algunas de las ideas, puesto que me parece bastante tonto pedirle a Zacky cosas como "un tatuaje sobre mí", o "una serenata de mi artista favorito". De hecho, hasta me tomé la libertad de cambiar algunas de las propuestas originales: en lugar de pedirle un viaje con él, me iría con alguna amiga.

—No he decidido nada aún, pero supongo que el viaje en globo aerostático no suena mal —reflexiono, es algo romántico, vistoso y, más importante, no durará mucho.

Mi amiga aplaude con entusiasmo—. Me encanta, bueno, tengo algo de tarea. Quisiera seguir platicando, pero será mejor que deje de distraerme.

—Claro, Am, muchas gracias por tus ideas.

—No hay de qué. Sé que ustedes se la pasarán muy bien, se ve que para él vales más que la fortuna de su familia entera.

Niego con la cabeza, tratando de evitar que esa idea haga un hogar en mi mente—. Nos vemos mañana, Am.

—Adiós, Nat. Suerte.

Terminamos la llamada y dejo mi celular sobre la cama. Más o menos a la mitad de la llamada escuché que Zacky llegó, así que me parece lo más correcto decirle pronto lo que he decidido respecto al regalo.

—¿Cómo te fue? —Sus brillantes ojos esmeralda me miran con curiosidad, casi nunca le pregunto acerca de sus reuniones o salidas de trabajo.

—Bien, gracias. ¿Ya decidiste qué es lo que quieres? —pregunta, dejando su celular en la mesa al centro de la sala para poner su atención en mí.

Me siento en el sillón junto a él, jugando con el post-it que pegó en mi puerta hace algunas horas.

Reconsidero rápidamente las opciones sugeridas por mi amiga, concluyendo una vez más que he elegido la mejor—. Un viaje en globo aerostático.

Zacky frunce el ceño, pero no sé si es porque no esperaba algo tan romántico de mi parte o si sus expectativas eran muy distintas a lo que acaba de escuchar.
—No quieres un globo aerostático, sólo quieres el viaje —repite con algo de incredulidad—. Dije que pidieras algo grande, como una isla, un guardarropas del tamaño de tu cuarto, un avión privado...

—Bueno, ya has gastado suficiente con el departamento y la camioneta, no me pareció que debías gastar demasiado esta vez —interrumpo con honestidad.

Sus ojos atrapan los míos sin que pueda evitarlo. Ahora sé que hay algo más que escepticismo en su mente y habría preferido no notarlo.
—De acuerdo. Prepararé todo para dentro de ocho días. ¿Estás segura de que no quieres algo más? —Arquea una poblada ceja mientras se acomoda en el sillón para verme de frente. Aunque esta vez no está insinuando algo más, me cuesta respirar al estar tan cerca de él.

Niego con la cabeza, aprovechando el movimiento para alejarme discretamente de su rostro—. Muy segura —respondo con una sonrisa nerviosa antes de levantarme lentamente del asiento—. Gracias por la comida china, por cierto. —Le doy el pequeño trozo de papel azul y él lo toma con delicadeza.

—No hay de qué. Puedes ir eligiendo la comida para mañana.

—Claro.

Sin más, me dirijo hacia mi habitación, deseando más que nunca que Zachary se vaya desde mañana para tener algo de tiempo que pueda dedicarme sin estar pensando en su extraño comportamiento y en los estragos que causa en mi mente.

Soulmate | Zacky V ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora