XXII

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Acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja antes de entrar a mi nuevo hogar. A pesar de que ya llevo unos días viviendo con Baker, ha sido la semana en la que he pasado menos tiempo con él. Sí, vivimos bajo el mismo techo; sin embargo, hemos decidido dormir en recámaras separadas.

Como hoy me la he pasado muy bien con mis amigas, quisiera sólo llegar a descansar. Desafortunadamente, quien me espera en casa no me permite si quiera tener un poco de tranquilidad.

—¿Puedo saber por qué me has estado evadiendo últimamente? —cuestiona Zacky desde la sala en cuanto cierro la puerta principal detrás de mí.

Frunzo el ceño, actuando como si no supiera exactamente de lo que habla—. ¿Desde cuándo te importa si tengo otros planes o no? Espero no hayas olvidado las veces que me hiciste cancelar salidas con mis amigas por estar contigo.

Mi reclamo lo hace callar y, probablemente, reconsiderar su queja.

—Lo siento —dice, negando con la cabeza mientras inclina su torso hacia adelante, su mirada ahora fija en el piso de madera debajo de sus pies—. Sólo quería saber si aún estabas dispuesta a continuar con esto.

No puedo evitar soltar una corta risa llena de ironía—. No es como que simplemente pueda terminar con esto de un día para otro.

—Claro que no, no podemos admitir públicamente que fue un engaño —decreta, levantándose del sofá con lentitud. Sus calculados movimientos me llenan una vez más de aquella fascinante inquietud que descubrí cuando nos conocimos. Trago saliva con cierta dificultad, escuchando sus callados pasos acercarse a mí—. Sin embargo, yo sí me puedo ir de un día para otro. Sólo pídelo y lo haré.

Tomo una bocanada de aire fresco, lo cual resulta ser un grave error puesto que sólo permito que su esencia se filtre en mi organismo.

—De acuerdo —respondo después de varios segundos en silencio, estando segura de que mi voz suena lo suficientemente firme.

Mantengo mis ojos alejados de los suyos porque, aunque muero por saber la emoción que hay en ellos, sé que estoy mejor en la ignorancia.

—No me he disculpado apropiadamente por mis acciones el día del cumpleaños de mi madre. Sólo no quiero obligarte a tomar responsabilidades sólo por aparentar ser mi alma gemela. —añade, agachando la cabeza una vez más—. Lo siento mucho, Nat.

—Entiendo mi lugar, Zacky —replico con frialdad, dando lo mejor de mí por ignorar los sentimientos que él desata en mí—. Sólo soy un negocio para ti, así que soy yo la que debería disculparse por esperar algo más que paga por mi compañía. —Siento sus órbitas esmeralda sobre mí y continúo evadiéndolas—. Si me disculpas, necesito descansar.

Me pregunto dónde quedó el Zachary James Baker que me detendría antes de llegar a mi habitación, aquel que ni si quiera me habría dejado dar la vuelta sin antes tomar mi brazo con firmeza.

Aunque me siento un poco aliviada por estar en soledad por un momento, no puedo negar que habría preferido que Baker me obligara a verlo a los ojos. De haber sido así, tal vez el dolor en mi pecho sería inexistente.

Siempre que estoy lejos de él me es tan fácil adoptar la idea de que no lo necesito en mi vida. Sin embargo, me cuesta sólo unos segundos en su compañía para asegurarme de que hay algo más entre nosotros. Tristemente, puede ser que esto sólo sea mi imaginación o algún deseo que nunca se cumplirá.


Soulmate | Zacky V ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora