Eh de empezar esta carta con una disculpa creo yo. Una disculpa que dejaré que tu intérpretes en el modo que mejor te convenga, una disculpa que desvanezca mi peor falta.
Eh recibido tu mensaje anunciando una despedida prematura y me eh sentido realmente enfadada.
Te has alejado como si nunca hubieras existido. Y honestamente eh llegado a dudar de tu tangibilidad.
No me ha dolido de una forma correcta. No eh sentido un desgarron que divida todo lo que soy ni tampoco me eh tirado a llorar por horas.
Pero eh comprendido algo. Tal vez tu y yo no estamos hechos para estar juntos por siempre. Si no para ser esa ilusión perfecta de lo que pudo ser.
Como Axel Fersen y Maria Antonieta y honestamente creo que es mejor dejar que la ilusión se eleve. Porque si seguimos insistiendo con este capricho endulzado no seremos menos trágicos que Anna Karennina y el conde Vronsky.
No se me encoge el corazón al pensar en partir. Porque se que encontrarás a alguna chica cuyos pasos suenen como la lluvia y cuyo corazón tenga el ritmo de las canciones de los pájaros. Una chica de números y no de letras. Alguien que te complemente de la forma que necesitas, que no es la que yo puedo ofrecer.
Lo que yo ofrezco no encaja en lo que tu deseas. Y tu no tienes ya nada que yo quiera. Te quiero a ti. Pero prefiero tu recuerdo, como una hoja de papel bañada de cafe.
Te amo y amo lo que dejaste en mi.
Espero que me Ames y que no me olvides.
Me despido corazón mio. Porque se que es lo correcto.
Bienvenido a la sala de mis fantasmas mi cielo.
