...Mientras tanto, en un sitio desconocido...
Los ojos de Donghyuck se empezaron a abrir lentamente, mientras que fuertes mareos y unas intensas ganas de vomitar hacían que el menor, simplemente jadeara y se quejara, sobre la fina cama de telas negras en donde se encontraba.
-Ah... Ay...- se quejó el menor de tés morena, para luego llevar una de sus manos hacía su cabeza. Mientras hacía eso, empezó a levantarse con lentitud, mientras intentaba recordar que había pasado y donde estaba.
-¿¡Dónde demonios estoy!?- preguntó el menor, mientras miraba todo a su alrededor. El sitio en donde se encontraba, consistía en una habitación con estilo gótico y elegante. Los muebles eran finos, y habían espejos por todas partes. ¿Quién podía ser tan vanidoso como para tener tantos espejos?.
Intentó ponerse de pié, pero se cayó en su lugar al sentir que sus piernas estaban atadas, al igual que sus muñecas. ¿Que estaba pasando?. El sonido de la puerta de la habitación abriéndose, hizo que los ojos del chico de piel canela se posaran sobre un recién llegado.
-¡Vaya! Por fin despertaste, bello durmiente. Se nota que mi amigo te dejó bien noqueado- dijo el desconocido, quien luego entró a la oscura y tenebrosa habitación, la cual solamente estaba iluminada por velas.
-¿Quién eres tú, niño raro?- preguntó el menor.
-¡Oye, más respeto!- regañó el chico, haciendo que sus ojos brillaran de un intenso verde, los cuales aterraron a Donghyuck. Luego el desconocido prosiguió- Mi nombre es Chittaphon Leechaiyapornkul, pero para la pandilla soy Ten. Así que llámame Ten, ¿entendido?- preguntó el muchacho.
-Ok, Chittaphon Lochaiyapornokul... O como sea que se diga- respondió el menor; entre risas.
-¡Eres realmente irrespetuoso! Pero bueno, ya quiero ver tu actitud cuando llegue mi jefe- dijo Ten.
-¿Jefe? ¿Cuál jefe? Por cierto, ¿dónde estoy?- preguntó el joven.
-¡Uy si lo olvide! Bienvenido al inframundo, hogar de los de mi especie: los demonios, de toda la maldad y el pecado que existe. Vivimos bajo el mandato de nuestro rey y amo: Lucifer, al cual ustedes conocen como: "Demonio blanco"- respondió Ten, haciendo al menor; palidecer.
-¿¡Q-Qué!? ¿¡Entonces esta habitación de quién es!?- preguntó el menor; aterrado.
-Ah, es de mi amo- respondió Ten, con simpleza.
-¿¡QUÉ!? ¡AIUDA, ME VAN A MATAR!- gritó Donghyuck; alterado mientras corría en círculos por toda la habitación.
-¡Oye relájate! Mi jefe ni siquiera está aquí... Ojalá estuviera aquí para sabrosearmelo... Di-Digo... Para saber como van todos los planes- exclamó Ten; sonrojado. Para los demonios, era normal sentir lujuria todos los días y a todas horas, ya que así era su naturaleza; el placer es parte de su ser.
-Espera... ¿Qué planes?- volvió a preguntar el de tés morena.
-Unos planes que tienen que ver mucho contigo y con el asolamiento de todo tú pueblo-.
-¿¡Pe-Pero!? ¿¡Por qué quieren destruir mi pueblo!?- preguntó Donghyuck; nervioso.
-Mi amo ya ha destruido un pueblo que era vecino del suyo. Simplemente utilizó a los niños de aquel lugar para alimentarse y hacerse más fuerte, y vaya que lo consiguió. Aunque a decir verdad, a pesar de que en vida fue linchado y quemado vivo, él aún sigue disfrutando de las almas de los pobres infantes. Y utilizándolos a ellos, haremos a tú pueblo perecer... Y eso sólo es el comienzo niñito; pronto hordas de demonios pisaran la tierra y junto con nuestro poderoso amo, obligaremos a toda al mundo a inclinarse ante nosotros por el resto de sus vidas- dijo aquel demonio, con sus colmillos expuestos, además de que sus ojos eran intensamente verdes.
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ֆɛʋɛռ ֆօʊʟֆ [NCT Dream]
FanfictionSiete almas, siete sueños, siete corazones, siete latidos, siete sufrimientos, siete lágrimas, siete muñecos; un asesino, un demonio descorazonado. No creas en la falsedad de los espejos, no creas en lo que te muestre porque tú propio reflejo puede...