🍀챕터 30🍀

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Después de la no tan cálida bienvenida del rey de los demonios, Jisung y Chenle se dispusieron a sentarse en dos, de las tres únicas sillas vacías de la mesa.

Esta última, estaba llena de ricos y deliciosos manjares que sólo invitaban al expectador a querer llevarse un buen bocado de cada cosa a su estómago, reacción que en realidad fue inevitable para el pequeño Jisung.

No era un secreto para nadie, que de los siete chicos Jisung era el que siempre se comía todo, pesé al hecho de que era el más tímido del grupo.

Por otro lado, Chenle no podía parar de pensar en el increíble estado en el que se encontraba el resto de sus amigos:

Jeno estaba dormido en su silla, Haechan se observaba a sí mismo a través de un espejo, Jaemin golpeaba todo con impaciencia y Mark estaba tirado como si estuviese muerto (aunque técnicamente si lo estaba, pero no del todo).

Repentinamente, el toque de alguien sobre su hombro acaparó toda su atención hacía el rey de las bestias infrahumanas, quién le habló:

--Deberías estar agradecido de que aún mantengo a tus amiguitos con vida. Porque de lo contrario, ya los hubiera botado como basura inservible-- susurró el mayor en su oído, con su típico tono malévolo.

En respuesta a aquellas palabras, el menor simplemente tragó en seco mientras observaba como el rey demoníaco se retiraba hacía su asiento, en el extremo de la mesa. Por consiguiente, el monarca oscuro se sentó y se cruzó de piernas con una sonrisa que reflejaba toda su maldad y astucia.

--Me alegro que todos estén aquí presentes. Debo admitir que me tomó mucho trabajo el simple hecho de tener que traerlos aquí, aunque con algunos fue más fácil que otros, claro-- el demonio tomó una pausa para luego, tomar un cáliz con vino que estaba servido al frente suyo. Finalmente, el rey maligno continuó:

--Pero eso no importa ahora, lo que importa es que todos estamos aquí con un sólo propósito: ¡Tomar el mundo humano y hacerlo nuestro para siempre!-- concluyó Taeyong, con su típica sonrisa macabra. Sus palabras, hicieron que la mayoría de los presentes celebraran; alegres.

Las acciones de la gran mayoría, sólo provocaron que Jisung y Chenle se miraran mutuamente con nerviosismo. Ellos no eran los lindos chicos con los que se habían criado desde pequeños en aquel orfanato que fue testigo de tantos chistes y bromas. ¿Por qué el tiempo había pasado tan rápido?.

Jisung observó con timidez al rey, quién lucia feliz al ver como todos empezaban a comer y a disfrutar de la cena de forma tranquila. Sabía que tal vez, muchos estaban pasando hambre y toda clase de penurias fuera del palacio.

Y esa idea tan deprimente hacía que sus ojos se cristalizaran; no quería imaginarse qué pasaría si es que el rey demonio llegaba a tomar el mundo humano.

No supo cuándo ni en qué momento, el monarca de las bestias malévola había llegado a su lado con unas intenciones no tan buenas, las cuáles eran muy notables en sus ojos.

--Hola chiquitín~-- saludó Taeyong mientras acariciaba la mejilla del menor, quién simplemente tragó en seco.

--Ho-Hola... Señor-- contestó el más joven, mientras observaba de reojo al gran hombre el cuál se encontraba a un lado suyo.

--¿No tienes hambre? Ordené que hicieran la comida especialmente para ti niño bonito-- cuestionó y explicó el mayor, mientras hacía un falso puchero.

--N-No tengo hambre... Señor-- volvió a responder el menor, mientras empezaba a temblar en su lugar producto a que sentía la respiración y la cercanía del mayor en su cuello.

ֆɛʋɛռ ֆօʊʟֆ [NCT Dream]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora