El Demonio

218 23 13
                                    

No podía ser posible...

Tenía que existir una explicación más racional. No estaba dispuesta a creer que la razón por la cual la puerta de su paciente estaba abierta, de par en par, era porque el demonio se había aparecido. Simplemente, no era posible que Zareck estuviera diciendole la verdad.

Pero, entonces... ¿Qué explicación podía darle a lo que estaba viendo en esos momentos?

O quizás, sólo estaba imaginando cosas. Quizá aún estaba a mucha distancia para poder confirmar plenamente que la puerta estaba completamente abierta.

Sí, eso debia ser. La escases de luz estaba jugando con su vista. Cuando se acercara, confirmaría que la puerta había estado cerrada todo el tiempo, tal y cómo debía ser. Porque...

Si la puerta de verdad estaba abierta, no sabía que encontraría dentro... O afuera. Quizás, el lunático de su paciente había encontrado alguna forma de escapar. Podía ser que estuviera a sus espaldas, sonriendo de manera escalofriante con ese brillo insano destellando en sus ojos azules.

No pudo evitar que un escalofrío recorriera rápidamente la espina dorsal al pensar en lo desprotegida que estaría en una situación como esa. Su paciente era capaz de todo y Zareck gozaba de una fuerza sobrenatural.

Sin atreverse a mirar atrás, caminó hacia la habitación, intentando que sus pasos fueran seguros. Seguía repitiéndose a sí misma una y otra vez que cuando estuviera frente a la puerta se reiría por haber sido tan estúpida de permitir que un simple espejismo le trajera tanta inseguridad.

Sin embargo, ese pensamiento fue derrumbándose de manera estruendosa, cuando al acercarse notó que la puerta seguía abierta.

Zareck podía estar en cualquier lugar en esos momentos. ¿Cómo diablos había logrado salir?

No podía ser un demonio. No iba a admitir algo tan descabellado, su profesión y su sentido común no se lo permitía. El joven debía haber encontrado una manera de salir de la habitación, quizás engañando al guardia.

 Un repentino sentimiento de temor inundó todos sus sentidos. Su mente le dijo en esos momentos que encontraría, tal vez, el cuerpo ensangrentado del guardia al mirar dentro de la habitación. Y que cundo mirar atrás, con la intención de salir, se encontraría de frente con el responsable de una masacre ocurrida seis años atrás.

Eso era lo que parecía tener más sentido. Sin embargo, al acercase más, sus oídos captaron un sonido. Parecía ser el de alguien al respirar de manera agitada. Eso también tenía sentido. Las personas respiraban de esa forma al estar heridas.

No le gustaba admitir que sentía inseguridad, pero tuvo que tomar una respiración profunda para calmar sus nervios. Necesitaba llegar a la entrada de la habitación. Su mente le mostró una imagen de una persona cubierta de sangre. La realidad, sin embargo, le mostro algo completamente diferente.

Su paciente estaba boca abajo sobre el suelo. Sus manos se unian por encima de su cabeza. La bata que solía usar el chico estaba enredada entre su cuerpo. Todo lo que estaba abajo de ella estaba descubierto.

Había otra persona con él, quien estaba a medio vestir. Ésta le abría las piernas al menor y por la menera en la que movía las caderas contra su paciente, era fácil percatarse de que había sexo de por medio. Y no solo eso, por la posición de Zareck, era muy fácil darse cuenta de lo que sucedía.

Era una violación. Finalmente lo entendía. Por fin entendía quien era el demonio al que Zareck tanto le temía.

En los siguientes segundos, muchas cosas sucedieron en su interior. Sintió náusesas, ese sabor asqueroso de la bilis subiendo por su garganta. Su estómago pareció, de pronto, una lavadora, debido a todas las vueltas que parecía dar. Por unos momentos, llegó a sentir ganas de salir de ahí y olvidar lo que había visto.

Sonatilla De Muerte(Libro N°1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora