El fotógrafo presiona el disparador. El lente enfoca a la modelo que de mala gana posa para el catálogo del mes. Es la tercera vez que Eiji tiene que repetirle que baje un poco la barbilla, pero parece que ella no escucha. Es demasiado obvio que ha accedido a trabajar con él por la misma razón que muchos de sus colegas antes y es que, al parecer, que Ash y Yut hayan posado para él al inicio de su carrera en New York, era todo lo que necesitaba para ser reconocido.
Los modelos alfa y omega, acceden a trabajar con él únicamente por ese detalle, pero no tienen el compromiso suficiente para acatar sus instrucciones. Tal vez piensan que un beta cualquiera no tiene la autoridad, esperan que mostrando los colmillos Eiji agache la cabeza y les deje hacer su voluntad y eso definitivamente no va a ocurrir, no mientras el japonés tenga la dignidad suficiente para hacerles cerrar la boca con un par de filosas palabras.
—Escucha, Evelin —le dice a la modelo, apartándose de la cámara con claro cansancio en su voz y los ojos un poco irritados—. Estoy tan cansado de ti como tú de mí. Pero si queremos terminar rápido, tendrás que hacer lo que te pida, ¿de acuerdo?
Los chicos de luces aprietan la boca en un intento por no echarse a reír. Parece que les gusta cuando el nipón pierde la paciencia. La modelo, por su parte, abre la boca incapaz de creer que le ha hablado de esa forma, que se ha atrevido a hablarle así y es tanta su conmoción que simplemente atina a asentir. Su asistente, una beta, luce genuinamente complacida con que alguien, por fin, la haya puesta en su lugar y mira al pelinegro como si pudiese besarlo de pura gratitud.
La sesión continúa de forma más fluida a partir de ese punto. Eiji piensa que es una lástima tener que recurrir a esa actitud tan descortés para poder trabajar en paz, pero con los meses se ha acostumbrado casi por completo. Por supuesto, siempre podría recurrir a Max o a Jess para solucionar el problema pero eso sólo le haría sentir como en debilucho y él no lo es. De cualquier forma lo tiene todo bajo control; ya se ha adecuado por completo a su equipo de trabajo que sí lo respeta y lo respalda, ha aprendido a manejar alfas, betas y omegas por igual e incluso ha mejorado su técnica fotográfica y de retoque, pero lo más importante es que contrario a lo que creía, se siente a gusto con su trabajo y eso es más de lo que siempre ha deseado.
El equipo hace una pequeña pausa en lo que la editora le explica a la modelo la siguiente sección de vestuarios en los camerinos. Es un respiro que todos toman con agradecimiento, reuniéndose alrededor de la mesa de café y galletas con rostros cansados pero satisfechos por el buen trabajo que han hecho. Las charlas no se hacen esperar y llenan el estudio volviéndolo un poco menos rígido y formal. Todo es normal conforme a la rutina que poco a poco han ido estableciendo y lo único que parece estar fuera del patrón es la mirada de la asistente de la modelo que no lo deja en paz y que Eiji ha estado ignorando con maestría desde hace varios minutos.
—La señorita asistente viene hacia acá —le alerta uno los técnicos.
—Es porque el jefe es muy popular —agrega una de las chicas y todos sonríen discretamente.
El beta siente una presencia nueva detenerse a su lado. No es invasora o incómoda en ningún sentido así que la deja ser, manteniendo su atención en la charla que no se ha detenido y con su taza de café caliente entre las manos. No parece que las intenciones de la asistente vayan más allá de tomar un par de galletas y colocarlas en su platito de porcelana, lo que hace a Eiji pensar que tal vez se ha imaginado las miraditas y que todos han malinterpretado sus expresiones. Es un alivio porque, aunque sabe muy bien cómo tratar con mujeres (creció rodeado de ellas), tampoco es que sea un experto y a veces, comete el error de considerar demasiado sus sentimientos, hundiéndose en el camino.
—Lamento mucho los inconvenientes que Evelin le ha causado —le dice en voz apenas audible, parece que trata de ser discreta—. No es una mala chica, pero necesita ser corregida de vez en cuando.
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Hana no kaori.
FanfictionBanana Fish. OMEGAVERSE. Ash cree que es el destino. Eiji no piensa igual. Advertencias: Angst, drama, romance.