XXIV

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Con los ojos clavados en sus manos, Aslan mira al notario cerrar la carpeta llena de papeles que minutos antes han sido firmados por él y su padre. Golzine se encuentra junto al hombre, con las manos entrelazadas y un gesto de clara satisfacción en su rostro. No es para menos, ha obtenido todo lo que ha querido de él, y a cambio, le ha entregado unos cuantos bienes que, desde que se enteró que no le queda más de dos años de vida a causa de una enfermedad terminal, para él significan nada.

El hombre recoge sus cosas y las pone todas dentro del maletín de cuero con el que ha llegado. Dino, por su parte, no se molesta en despedirle cortésmente. Se limita a agitar una de sus manos arrugadas en su dirección, como corriéndolo sin que el abogado pueda ofenderse en absoluto, porque hacerlo significaría tener que enfrentar a uno de los alfa más poderosos del mundo y sin embargo, por su gesto, Ash puede saber lo muy disgustado que se siente.

Cuando ambos se encuentran completamente a solas, tras haberse cerrado la puerta de nuevo, ambos hombres simplemente se miran con la tensión a flote porque saben, ambos saben que el juego ha terminado, pero parece que no les queda más que seguir aparentando que son lo que nunca han sido: una familia. Un padre y un hijo.

—Felicidades, muchacho —le dice entonces con esa sonrisa que Ash siempre ha odiado, porque aunque parece sincera, él sabe que no lo es—. Estoy muy orgulloso de ti. Sé que llevarás la compañía por buen camino, justo como yo —el ojiverde le devuelve la sonrisa, tensa, porque él sabe lo que esa última frase significa—. Tan sólo mírate, eres joven y tienes todo lo que se necesita para ser feliz; una fortuna, bienes, un esposo hermoso y pronto un bebé que no dudo será un alfa tan fuerte como tú, dominante. No me equivoqué en hacerte mi hijo.  

Una desagradable sensación de asco sube desde su estómago hasta su garganta al escuchar esas palabras, pero lo soporta de la misma forma en que lo ha hecho por años y años. Siempre ha sabido que para Golzine no es más que un trofeo el cual presumir, el hijo perfecto del padre perfecto, alguien digno de permanecer cerca. Sin embargo, es la primera vez que lo escucha tan explícitamente y no puede evitar pensar en lo mucho que le detesta. Si él hubiera sido sólo la mitad de fuerte o la mitad de brillante, seguramente habría terminado en la calle, siendo un don nadie. Ya demasiada decepción se había llevado Dino cuando supo que él no era un omega y que no podría ser su esposo.

—Espero no decepcionarte, papá —se une al juego porque ya ha jugado todas sus cartas y la victoria es prácticamente suya. Le ha tomado una vida entera, pero ahora, sólo es cuestión de tiempo para ver el final del viejo, la caída de su trono. Así que no entiende porque no se siente realizado.

¿No era eso lo que tanto anhelaba?

—Sé que no lo harás. Ahora, si me disculpas, me retiraré a descansar. La sesión con el notario me ha fatigado más de lo que creí. ¿Vienes a casa? Celebraremos tu nueva posición.

Ash niega y piensa con ironía que, para ser la última vez que se encuentra con él, se está portando bastante decente, aunque claro, Dino no lo sabe. Él no sabe que está por hacer su último movimiento.

—Ahora que la compañía es mía tengo que hacer algunos arreglos —arroja, cínico.
Golzine le sonríe.

—Oh, claro. Apuesto a que tienes muchas cosas que hacer. De acuerdo. Ven a visitarme pronto.
Ash piensa: Ni, aunque mi vida dependiera de ello. Pero responde:

—Por supuesto.

Golzine sale de la habitación apoyándose en el lujoso bastón de cuero y plata que antes cargaba únicamente como accesorio, pero que ahora le permite andar. Afuera se encuentra su enfermera y sus dos guardaespaldas que le esperaron pacientes durante toda la sesión. Ahora que le mira desde allí, Ash se percata de que luce más viejo y desgastado que nunca, pero no siente una pizca de lástima, sino todo lo contrario. Piensa que estar enfermo de muerte y en prisión será duro, pero no la mitad de complicado de lo que fue para todos los omegas que por culpa de su avaricia, fueron violados y brutalmente asesinados.

Hana no kaori.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora