Capítulo 58: Adiós al sufrimiento

226 23 2
                                    

(Narra Max)

Cuando escuché las palabras del doctor pensé que era una broma. Pero no, Jack estaba despierto verdaderamente. 

-¿Qué significa eso?- preguntó Ricky- ¿Podemos verlo?¿Hablar con él?

-¿Recuerda todo?- preguntó Sam a mi lado. 

-Es algo así como un milagro, pero Jack recuerda todo: quien es él, quienes son ustedes, como caminar, escribir, recuerda palabras difíciles, el lugar en el que trabaja... Lo primero que preguntó fue por su esposa y su hijo- Caroline dejó escapar un sollozo y abrazó a Albert a su lado-. Estuvimos haciendo algunas pruebas, por eso tardamos demasiado, pero todo está bien. Debe quedarse aquí unos dos o tres días para más controles, pero está bien y pueden entrar a verlo, de a uno- aclaró al ver que éramos muchos.  

-Gracias- dijo mi padre y los profesionales se despidieron con asentimientos de cabeza. 

Después de varias opiniones, acordamos que mi madre sería la primera en entrar, luego mi padre y luego Caroline con Albert a escondidas ya que no podían entrar más de una persona. En cuarto lugar entraría yo. 

Cuando mi madre desapareció por la puerta, todos volvieron a sus lugares para esperar por su turno pero Sam y yo nos quedamos parados en el mismo lugar. Intercambiamos una sola mirada y ella saltó hacia mis brazos para abrazarme con fuerza. Sabía que ella se sentía un poco culpable por todo lo sucedido con mi hermano, desde nuestra pelea hasta el accidente, pero no lo era, ella no era culpable de nada, en todo caso yo tenía la culpa de haberme peleado con Jack. Pero lo del accidente fue cosa del destino, o del camión que venía de frente, o del tipo conduciendo el camión, pero nadie era culpable. 

-Se terminó el sufrimiento- dijo Sam cerca de mi oído. Noté que su voz estaba apretada, como si quisiera llorar, y eso hizo que la abrazara con más fuerzas. Se separó de mí ya con lágrimas en los ojos, no había podido retenerlas demasiado, y me miró con cara de niña pequeña y asustada. Se veía tan linda con su nariz más roja de lo normal, con su cabello más rubio y corto, su cuerpo pequeño entre mis brazos, su pequeña sonrisa adornando su rostro y sus mejillas rosadas. 

-Yo no estaría tan seguro de eso. Ahora debemos organizar la fiesta y creo que me harás sufrir bastante- bromeé. Ella no pudo evitar reír y volvió a ubicar su mejilla en mi hombro. Noté que al tenerla cerca respiraba con más facilidad porque ella me tranquilizaba-. Sí, se terminó el sufrimiento- aseguré-. Nada malo pasará, ya estamos juntos. 

Mi turno de entrar llegó antes de lo esperado ya que ninguno tardaba más de diez minutos ahí adentro, pero todos salían con lágrimas en los ojos. Sam me besó en la mejilla y me dirigí a la habitación. Suponía que Jack ya estaba algo cansado de hablar con tantas personas, si es que hablaba, pero aún así entré. Allí estaba, después de tantos días que parecieron siglos: Jack acostado en la camilla del hospital sin tantas máquinas a su alrededor y mirando el techo, la cama estaba algo reclinada de manera que estaba más sentado que acostado. Al escuchar mis pasos, giró lentamente la cabeza y me miró con sorpresa en sus ojos. 

-Bienvenido- dije cuidando el tono de mi voz, como si hablar un poco más fuerte pudiera darle dolor de cabeza. Me acerqué lentamente bajo su mirada y me senté en la silla de al lado de su cama-. ¿Cómo te encuentras? ¿Puedes hablar?

-Estoy... bien- su voz sonó áspera, como si no la usara desde hacía años, pero aún así era entendible-. Puedo hablar aunque... me cuesta un... poco- carraspeó. 

-Jack, yo... Lamento tanto lo que pasó, hermano. No pretendía que...

-Max- me interrumpió-. También lo lamento. ¿Podemos simplemente... olvidarlo, y ya?- sonreí ante la actitud tan típica de mi hermano- Fue... un accidente pero aún así... yo iba a... disculparme- carraspeó otra vez- y también lo lamento. 

-Esto no tendría que haber pasado, nunca. Todos estamos muy tristes, fue un momento horrible- los ojos de Jack se cerraban lentamente y volvían a abrirse de la misma manera como si no pudiera mantenerse despierto-. Aunque supongo que ya sabes eso- murmuré. 

-Sí, las tres personas que viniveron dijeron lo mismo- sonrió con dificultad, algo parecido a un borracho-. Estamos bien, hermano, descuida- dijo con un hilo de voz-. Todo está bien para mí- y después terminó en un profundo sueño. 

Salí de la habitación con una sonrisa en mi rostro y no con lágrimas. Sam se acercó a mí y volvió a abrazarme por unos segundos. 

-Se durmió- les informé a todos, sobretodo a Thomas quien había estado esperando su turno para verlo. Lo miré y noté la decepción en su rostro. Me acerqué bajo la mirada de todos y lo abracé. Tardó unos segundos en responder pero finalmente lo hizo-. Gracias- susurré, de manera que solo él me escuchara. Cuando me separé, vi sus ojos a punto de llorar pero pudo ocultarlo-. Jack está bien- les dije a los que no habían entrado-. Pero necesita descansar, al igual que todos nosotros. 

-Coincido- dijo Caroline. 

Nos despedimos entre todos y nos marchamos, dejando a Jack al cuidado de una enfermera por primera vez desde el primer día de internación. Caroline quería pasar otra noche en el hospital pero no era necesario porque Jack estaba bien y los doctores nos aseguraron que con todos los calmantes que estaba recibiendo dormiría, como mínimo, doce horas seguidas. 

-Fue muy lindo lo que hiciste con Tom- dijo Sam al subir al jeep, con Charley conduciendo adelante-. Él es una buena persona. 

-Supongo que lo es- coincidí- a pesar de sus errores. 

-Por estas cosas te quiero- se estiró y me besó en la mejilla otra vez-. Sabes olvidar los errores de los demás, aunque te hayan dolido muchísimo. Lo mismo hiciste conmigo- sonrió tímidamente, luego miró por la ventana las calles de Londres-. Tienes un corazón enorme, más grande de lo que crees- agregó. 

Cuando llegamos a la casa y entramos, nos encontramos en un absoluto silencio. Charley se retiró para dormir, Kim ya estaba durmiendo desde hacía mucho tiempo, y Sam y yo debíamos hacer lo mismo. Tomé su mano y caminamos hacia la habitación que ahora compartíamos. Era tan lindo tenerla conmigo. Nos cambiamos la ropa de calle en silencio y nos acostamos uno en frente del otro. 

-Quería algo de diversión esta noche, pero supongo que podemos dejarlo para otro día- dijo con una sonrisa de niña pequeña que me hizo reír-. No pensaba que Jack despertaría tan rápido. Estoy demasiado cansada. 

-También yo- acepté suspirando y la estreché más contra mi cuerpo-. Es tan lindo que vivas aquí- expresé. 

-¿En verdad lo hago?- preguntó de repente, fruncí el ceño mirando su rostro iluminado por la poca luz que entraba de afuera- Me refiero a vivir aquí. Pensé que tal vez era algo pasajero... Ya sabes, hasta que consiga un apartamento o algo así- mi ceño se frunció aún más-. De acuerdo, por la expresión de tu rostro entiendo que sí quieres que viva aquí- rió. 

-Claro que sí, Sam, ¿por qué no habría de querer que vivas conmigo? Es todo lo que siempre quise. Tú vives aquí, fin de la discución. 

-Supongo que el hogar es en donde está el corazón- susurró. 

No podía creer que Samantha pensara algo así. Mis sentimientos eran claros, en Nueva York le había pedido que regresara conmigo, suponía que se entendía que era a vivir conmigo, pero al parecer no. 

-Apropósito, ¿quién te llevó al hospital hoy después del trabajo?- dije, aunque ni siquiera había pensado en ello, simplemente salió. 

-Derek. Se ofreció a llevarme al notar que no tenía auto... ¿Lo ves? Necesito comprarme uno- dijo con una sonrisa de niña después de ganar un juego de cartas- Aunque no tengo fuerzas para discutirlo ahora, sinceramente. Además, mañana debemos comenzar con los preparativos para la fiesta, no lo olvides. 

-Claro- respondí. 

Sam se durmió antes de que yo lo hiciera. Me quedé pensando en Derek y en lo bueno que era. Sam tenía suerte en tenerlo de amigo. 

GRACIAS POR LAS 20.000 LECTURAS!! 

Always Together - You and I 2 (Max George)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora