Capítulo 40: Olvidando el pasado

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-Estoy nerviosa- le dije a Max ya sentados en una mesa de Burger King. Max me había llevado al hotel para cambiar mi ropa por algo más cómodo, el simplemente se había dejado los pantalones de algodón y la camiseta junto a un buzo, no importaba qué usara, seguía siendo el centro de atención para las mujeres.

-Son solo dos niños- dijo divertido a mi lado, los dos asientos de adelante libres para Caitlin y para Albert.

-Llamaré a Jace mientras tanto- le avisé levantándome de la silla, Max asintió sonriendo y me dirigí hacia el baño completamente vacío para hablar, llamaría a Connor pero no iba a decirle eso a Max para no arruinar las buenas vibras entre nosotros-. ¿Hola?- pregunté cuando sentí que la llamada era atendida pero nadie hablaba del otro lado- ¿Connor estás ahi?

-Si, hola Sam- saludó con voz apagada aunque estaba segura de que estaba intentando colocar su mejor voz para que yo no notara que él estaba triste-. ¿Cómo va el viaje?

-Todo va bien, ¿cómo estás tu?- pregunté apoyando mi mano libre en el lavamanos, estaba sola en el baño.

-Bien, de camino al departamento- dijo, escuché la puerta de su auto cerrarse a continuación.

-¿Estabas en el hospital?- sabía que la respuesta era no, solo quería escuchar si me decía la verdad. Pero si Connor no había estado allí, ¿de dónde venía?

-Si, allí estaba- cerré mis ojos y negué con la cabeza-. Fue un día tranquilo, mi jefe dijo que ya puedo regresar- explicó, asentí aunque él no pudiera verme-. ¿Dónde estás tú?

-Estoy en un Burger King, vine a comer com Caroline, su hijo y otra amiga junto a su hija- era gracioso pensar que es "otra amiga" era Max.

-Qué bien, Sam, me alegro de oír eso- me imaginé a Connor sentado frente al volante de su auto, triste-. Bueno no quiero quitarte más tiempo.

-Descuida, no lo haces. Te llamaré antes de tomar el vuelo hacia Nueva York el lunes.

-Claro, no te preocupes al respecto. Nos vemos- parecía apurado por cortar la llamada, tal vez solo le dolía escuchar mi voz.

-Adiós- colgué.

Me miré en el espejo, acomodé mi cabello, necesitaba un corte... Un cambio. Lo primero que haría al llegar a Nueva York sería cambiar mi cabello y volvería a Canadá renovada, una nueva Samantha lista para comenzar una nueva vida. Sonreí ante la idea aún mirándome. ¿Qué opinaría Max respecto al cambio? Tal vez sería mejor dejarlo como sorpresa. Si, eso, que se sorprendiera.

Cuando salí del baño, con el celular en el bolsillo trasero de mis jeans, busqué la mesa en la que había dejado a Max con la mirada. Seguía allí sentado y solo pero, justo cuando comenzaba a caminar hacia él para sorprenderlo con un beso desde atrás, se levantó con una sonrisa de su silla. Miré confundida hacia la puerta de entrada del local: Caitlin había llegado y atrás de ella estaba Charlotte. ¿Cuándo había sido la última vez que la había visto? Ocho años atrás. Max mencionó que tenía un novio pero, aunque no lo tuviera, ella ya no me preocupaba, sabía que su relación con max solo era por Caitlin, aquella niña los unía. Recordé el momento en el que Charlotte me dijo que tenía una hija con Max, recordé todo lo que pasó luego, yo había recurrido a Jay por eso y después me secuestró. Sin embargo sabía que no era la culpa de ella, lo sucedido había sido culpa de todos, la única diferencia es que la única lastimada físicamente había sido yo.

Max saludó a su hija con un abrazo y sonreí. Luego se acercó a Charlotte y la saludó con un beso en la mejilla. Comenzaron a hablar, Max señaló hacia la puerta del baño con la cabeza y Charlotte asintió concentrada en lo que decía. Suspiré y comencé a caminar hacia ellos colocándome al lado de Max, frente a Caitlin, al lado de la pequeña Charlotte que a su vez estaba frente a Max.

-Hola- dije llamando la atención de los tres. Charlotte me miró con los ojos bien abiertos, no había cambiado demasiado, su piel solo estaba más arrugada pero seguía siendo tan atractiva como la primera vez.

-Aquí estás- dijo Max sonriendo-. Supongo que no hace falta una presentación- dijo en voz baja como si fuera un murmuro.

-No, claro- Charlotte sonrió saliendo del trance-. Es un placer verte después de tantos años, Samantha- dijo ella sonriendo hacia mí.

-Igualmente, te ves bien- ante mi cumplido ella sonrió con sinceridad-. Hola, Caitlin- le dije a la pequeña, que ya no era tan pequeña pero no podía evitar verla así. Charlotte no se sorprendió cuando la saludé amigablemente, supuse que ella ya sabía que su hija y yo nos conocíamos.

-Hola, Sam- saludó. Quise abrazarla pero no creía que el momento fuera el mejor para hacerlo.

-Bien, Albert no tardará en llegar. Luego llevaré a Caitlin a tu casa- le dijo Max a su ex mujer.

-Genial, espero que pasen una buena tarde- nos sonrió y, como si fuera un plan, Max tomó a su hija de la mano y se la llevó dejándome sola con Charlotte, la miré confundida-. Yo... Siempre quise hablar contigo durante todo este tiempo- comenzó, noté que le costaba mucho expresarse-. No volví a verte desde aquella vez en el hospital- recordé sus palabras cuando yo aún no había despertado pero era capaz de escuchar y sentir cosas: ella me pedía perdón y creía que todo lo sucedido era su culpa- y nunca pude dejar de sentirme culpable por cómo terminó tu relación con Max- suspiró, miré hacia la mesa en la que Caitlin jugaba con su teléfono celular y Max nos miraba con atención, volví a mirar a la pelirroja frente a mí-. Solo quiero que sepas que estoy feliz de esta nueva oportunidad, después de todo no me siento tan culpable al ver que tu relación con Max definitivamente no terminó- sonreí pensando en mi infinito con él-, pero sí lo siento mucho,

incluso después de todos estos años.

-No eres la única culpable aquí, todos hicimos las cosas mal- dije expresando mis pensamientos de minutos atrás-. Han pasado ocho años, y dado que mi relación con Max no ha terminado, creo que deberías dejar de sentirte culpable- ella hizo una mueca de disgusto-. Si te sirve de algo, te perdono- hablé desde lo más profundo de mi corazón, ella me miró sorprendida-. No creo que podamos ser las mejores amigas- aclaré-, pero Caitlin es la hija del hombre que amo y también es tu hija, creo que debemos tener respeto la una por la otra y funcionará- ella asintió comprensivamente-. No pretendo ser una madre para Caitlin, solo alguien de confianza. Sé cuál es mi lugar y sé cuál es el tuyo y lo respeto.

-Es increíble que solo tengas veinticinco años- dijo sorprendida, yo reí-. Gracias, Samantha. También te respeto. No hay nada más para decir.

-Eso creo- me encogí de hombros-. Te veo luego.

-Claro, buena suerte.

Volví a la mesa con Max, quien ahora estaba solo ya que Caitlin estaba mirando las hamburguesas que aparecían detrás del mostrador, pero una nueva duda había surgido en mi cabeza.

-¿Cuándo le contaste a Charlotte que Caitlin y yo nos habíamos conocido en Nueva York?- le pregunté ignorando que de seguro él tenía preguntas que hacerme.

-Esta mañana, por teléfono- confesó avergonzado.

-¿Se lo tomó bien?- Max asintió.

-Mejor que nunca- asentí, Charlotte en verdad quería tener una buena relación conmigo-. ¿Qué hablaron?- preguntó finalmente.

-Solo olvidamos el pasado- dije como quien no quiere la cosa-.

Está todo aclarado- le sonreí.

-Eres la mejor- dijo orgulloso-. Gracias.

-¿Por tener una buena relación con Charlotte?- pregunté sin comprender. Me miró poniendo los ojos en blanco y yo reí.

-Por tener una buena relación con la madre de mi hija- aclaró-. Es importante para mí.

-Lo sé- giré mi cabeza para ver a la niña que venía hacia nosotros-. Solo quiero que esto funcione- dije casi en un susurro, no sabía cómo llegaría a tomarse Caitlin la idea de que su padre saliera conmigo, otra vez.

Always Together - You and I 2 (Max George)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora