Always Together - You and I 2 (Max George)

Capítulo 30: Reencuentro

-¿Señorita Morrison?- escuché la voz de la chica que atendía la secretaría a la entrada del hotel- Aquí hay un hombre que, según dice, ha venido a buscarla. Su nombre es Maximilian George. ¿Está habilitado a subir o quiere que...?

-Bajo en un segundo- la interrumpí, respondiéndole a su pregunta a medias. Colgué el teléfono, agarré mi abrigo, corroboré mi apariencia en el espejo de la entrada y que todo el maquillaje estuviera en el lugar indicado. Todo bien. Me fui, abandonando mi habitación del hotel, y me dirigí al elevador. La música dentro de éste me volvía loca y aumentaba mis nervios. ¡Estaba a punto de ver a la familia de Max otra vez! Y era una sorpresa. ¿Cómo reaccionarían al verme? Cuando las puertas del elevador se abrieron, me encontré con un Max de traje negro apoyado en una columna y mirando su reloj. Se veía tan bien, robaba todas las miradas femeninas del lugar. Cuando me acerqué, el ruido de mis tacones negros me delataron y levantó la mirada-. Hola- dije cuando estuve frente a él de una buena vez por todas. Max me miró de arriba abajo-. No sé si esto está bien- hablé refiriéndome al vestido color marrón claro que había elegido y a mi abrigo color negro- pero pensé que iba a ser adecuado, ya sabes...

-Es perfecto- dijo en voz baja, ronca, como si estuviera pensando cosas que jamás diría. Mis mejillas se pusieron rojas, lo sentí, y él carraspeó antes de hablar-. Estás perfecta- se corrigió-. Vamos, el jeep está afuera- salimos juntos pero sin tocarnos, no nos habíamos tocado para nada. Sentía la necesidad de entrelazar su mano con la mía, de agarrarlo del brazo, de abrazarlo allí mismo en el medio de la calle... Pero no podía y debía contenerme. Después de todo, no éramos nada, ni siquiera nos habíamos besado en todo el tiempo que llevábamos ''juntos'' otra vez, y esa noche estaba dedicada a conocer a su familia. Por eso no permetí que Max subiera a la habitación del hotel-. Me gusta tu cabello así- habló cuando ya estábamos dentro de su auto.

-Gracias- respondí simplemente. Mi cabello había cambiado un poco desde la última vez. Ahora estaba lacio, completamente lacio, gracias a un tratamiento que me había hecho y estaba más oscuro que antes. El largo no pasaba la mitad de la espalda pero no recordaba qué tan largo lo tenía cuando vi a Max por última vez-. Me gusta tu traje- dije dudando en qué decir cuando ya estábamos en el centro de Vancouver-. Quiero decir... te queda bien, eso- cerré los ojos y arrugué la nariz. Mi intento por ser amable con él estaba fallando. Max rió.

-Gracias, supongo- dijo divertido, había notado que mi torpeza era demasiada. Suspiró-. ¿Eres consciente de que volverás a ver a mis padres, verdad?

-Claro- dije sin comprender. Max se quedó en silencio-. ¿Nervioso?

-Sí, algo- aceptó. No pude evitar sonreír, parecía un adolescente que lleva a su novia a su casa por primera vez para conocer a sus padres-. Esto es raro- continuó-. La última vez que les presenté a una chica fue Penélope, mucho tiempo atrás, son recuerdos demasiado lejanos. Y cientos de veces imaginé un nuevo día en el que les presentara otra chica a mis padres, el día en el que volviera a entrar en esa casa con una mujer a la que amara a mi lado... Jamás imaginé que fueras tú, después de tanto tiempo, parecía imposible- hablaba pero era como si estuviera hablando solo.

-También es raro para mí. Ya los conozco, pero siento que estoy a punto de conocerlos por primera vez- Max rió-. ¿Qué?- dije divertida.

-Te refieres a un reencuentro.

***

Parecía extraño estar frente a esa casa otra vez, ubicada en un country privado lejos de la ciudad. Los grandes ventanales siguen allí, al igual que la puerta de madera enorme. Sin embargo, el color amarillo claro que recordaba se había convertido en un blanco normal y ahora había flores alrededor de un camino que llegaba hasta la entrada. Mis manos temblaban al igual que mis piernas y mi corazón latía rápidamente. Me hubiera gustado el apoyo de Max con palabras como "todo saldrá bien, descuida" pero él estaba más nervioso que yo, si es que eso era posible, así que no podía ni siquiera hablar.