Capítulo 29: Derek y Will

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Estaba en la cafetería de la editorial junto a Derek, sentados en una mesa solos. Era la hora del almmuerzo y él comía una ensalada, se notaba que cuidaba su cuerpo, pero yo había decidido no comer porque no tenía hambre, lo que sí tenía eran nervios por la noche que me esperaba. Volvería a ver a todos los George otra vez. 

-¿Cómo va todo en Nueva York?- preguntó, sacándome de mis pensamientos. Lo miré. 

-Bien, igual que siempre. Las cosas no han cambiado demasiado- me encogí de hombros. Sabía que a Derek le gustaba trabajar en Vancouver, él mismo me lo había dicho antes de que comenzara a comer su ensalda, pero también sabía que extrañaba algo en Nueva York que allí no tenía-. ¿La extrañas?- pregunté directamente. 

-Sí- aceptó, sin vueltas-. Pensé que extrañaría la ciudad, a Dylan, a Jennifer, a mis amigos... Pero no es así. La extraño a ella, más que a nada. 

-¿Piensas regresar? Digo, a visitar...

-No lo sé, tal vez. No creo que sea lo mejor pero una parte de mí lo pide a gritos: ir y verla, aunque sea por cinco minutos. ¿Cómo está ella? ¿Bien?

-No voy a mentirte, la he notado más deprimida de lo normal- sonrió un poco-. ¿Qué pasó entre ustedes, Derek?- pregunté. Me había dicho que lo había arruinado todo, pero nunca supe qué había pasado exactamente. Me sentía un tanto mal por meterme en su vida, pero pensé que le haría bien hablarlo conmigo. Lo consideraba como un amigo. 

-Hubo una época- comenzó-, en que las cosas no eran lo mismo. Ella estaba distante, siempre haciendo cosas, siempre afuera... Pensé que me estaba engañando. Entonces una noche salí con un grupo de amigos a un pub y me acosté con la mesera. Estaba borracho pero lo recuerdo todo. No le dije nada al respecto, me dije a mi mismo: Si ella te está jodiendo con otro, tú puedes hacerle lo mismo.- suspiró- Pasó el tiempo, dos semanas después llegó mi cumpleaños. Ella me había organizado una fiesta sorpresa con todos mis amigos y mis familiares de Latinoamérica que viven allí hace muchos años- miró hacia afuera por la ventana de la cafetería-. Por eso estaba distante, porque se estaba encargando de todos los preparativos en secreto para que yo no lo supiera. La culpa me visitaba todos los días, todas las noches, y tuve que contarle la verdad. Jamás olvidaré su rostro, sus lágrimas... Fue el peor momento de mi vida- volvió a mirarme-. Y, ahora, haría cualquier cosa por remediarlo y volver a su lado. La necesito. Pero sé que fui una mierda y no lo merezco, no la merezco. 

-Yo... Jamás pensé que...- no sabía qué decir. 

-Descuida, no tienes que decir nada. Soy un idiota- se encogió de hombros-. ¿Qué hay de ti?

-¿Qué?- pregunté, fingiendo que no sabía a lo que se refería. En ese momento, dos chicas que entraban a la cafetería me miraron con cara de pocos amigos y se dijeron algo en susurros. Fruncí el ceño pero decidí ignorarlas, tal vez estaban interesadas en Derek y al verme allí pensaron que yo era su novia. 

-Oh, vamos- dijo y volví a mirarlo-. No me creeré esa historia de que estás aquí por trabajo, por esta editorial. ¿Qué sucede entre el pelado y tú?- reí al escuchar cómo se refería a Max- ¿Te has decidido por él?

-No, no me he decidido por nadie. 

-Pero estás aquí- levantó las cejas-, eso quiere decir que lo quieres.

-Sí, lo quiero. 

-¿Y Connor?

-Él sí piensa que estoy aquí por trabajo- hice una mueca de disgusto ante la mentira-. Me siento un tanto mal por eso. 

-No debes hacerlo, yo creo que está bien. Estás buscando tu felicidad y se nota a kilómetros de distancia en dónde está: al lado de Max. Tu rostro cambia por completo cuando estás a su lado- sonreí al escucharlo-. Debes aceptar lo que tu corazón te dice, Sam. Tú quieres a ese tipo. Connor puede ser un gran muchacho, pero si lo eliges a él llegará un momento en el que serás tan infeliz que no querrás salir de la cama. Llegará un momento en el que ya no llorarás porque no te quedarán lágrimas. Te arrepentirás y lo sabes. 

-Es complicado- suspiré-, ya sabes, no quiero que nadie salga lastimado. 

-Todos salimos lastimados tarde o temprano y, si no tomas una decisión, la única que saldrá lastima eres tú. Creo que ya has sufrido lo suficiente como para merecer más sufrimiento, ¿no lo crees?

(Narra Max)

-Aún no entiendo por qué no me dijiste nada acerca de esto. Te he visto llorar tantas veces por ella... Sabes que te apoyo, sabes que quiero lo mejor para ti, por eso no entiendo cómo guardaste el secreto de que por fin habías encontrado a Sam. Yo te habría apoyado, no habría hecho lo mismo que hizo Jack- me dijo Will. Lo había citado en un restaurant del centro a la hora del almuerzo y le había contado absolutamente todo-. Pero te perdono- sonrió. 

-Sabía que ibas a hacerlo- dije fingiendo superioridad, él rió-. Estoy muy feliz de haberla encontrado. Pero el imbécil de Chad...

-Oh, ¿su noviecito? Descuida, es obvio que lo dejará. 

-¿Cómo estás tan seguro de eso?- dije frunciendo el ceño. Will bebió lo poco que le quedaba de vino y suspiró como si fuera un viejo sabio. 

-Porque está aquí- dijo sin más. 

Era verdad, Samantha estaba en Vancouver otra vez y por mí. Podía decir que era por su propia decisión, pero ambos sabíamos que no. Además, ella misma me lo había dicho: estaba dudando. Me hacía tan feliz, pero a la vez me hacía sentir molesto. Molesto porque Chad seguía en su vida. Quería que lo dejara, que se olvidara de él, que no volviera a hablarle nunca más en su vida. Quería que Sam tomara una decisión y que esa decisión sea yo. 

Luego de terminar de almorzar con William cada uno se fue por su lado: él a la editorial y yo a la empresa. Sabía que Sam seguramente estaba en la editorial y quería ir a verla, pero Nina me estaba esperando para unas reuniones y no podía dejarlo todo, esperaría para verla a las ocho, como le había dicho. Estaba ansioso por verla pero nervioso porque la llevaría a casa, con mis padres. No sabía si Jack, Caroline y Albert estarían allí ya que solo le había dicho a mi madre que organizara una cena, pero seguramente iban a estar y temía que todo saliera mal. Temía que Jack perdiera el control y comenzara a gritarme o a gritarle a Samantha o a ambos. Sabía que Jack quería a Samantha, él le había tomado mucho cariño en el tiempo que duró nuestra relación, pero estaba enojado conmigo porque no podía olvidarla, enojado con ella por lo que causaba en mí, enojado con ella por haberme dejado, enojado conmigo por seguir buscando su amor, enojado con ambos por todo. Pero no podía culparlo, después de todo él era mi hermano y solo quería lo mejor para mí, solo debía entender que lo mejor era ella, por mucho que costara.

Nunca se obtiene un final feliz sin un poco de sufrimiento y sacrificio. 

(Narra Sam)

Cuando salí de la editorial, me encontré con William que justo estaba entrando. Al verme abrió los ojos y se acercó a abrazarme por unos segundos. 

-Adivina de dónde vengo- dijo sonriendo. 

-¿De estar con Max?- pregunté, adivinando. Asintió- ¿Lo perdonaste?- rió. 

-Sí, me contó toda la historia y no pude decirle que no- se encogió de hombros. Las personas pasaban en la calle a nuestro lado-. ¿Quieres sentarte a hablar?

-No puedo, lo siento. Debo regresar al hotel- William asintió-. ¿Te parece mañana?

-Claro, si es que mi amigo te deja libre un rato- bromeó. Reí. 

-Adiós, Will. 

-Adiós, Sam. Buena suerte esta noche- al parecer, Max le había contado que visitaría a su familia. 

No respondí, pero sabía que la iba a necesitar. 

Always Together - You and I 2 (Max George)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora