Always Together - You and I 2 (Max George)

Capítulo 41: Miedos

Luego de que Charlotte se fuera, Caroline entró con Albert al local de comida rápida. Simplemente lo dejó con nosotros y se marchó. Albert me había saludado algo distante, lo entendía ya que la última vez había sido aquella vez en la casa de los padres de Max, Jack estaba demasiado enojado, hubo gritos y una fuerte pelea.

Pedimos la comida y nos sentamos con nuestros pedidos: Max y yo de un lado, Albert y Caitlin del otro. Max no hablaba acerca de nosotros sino que hablaba de temas tontos sin importancia. Tal vez él solo quería pasar el día con ellos y no hablar acerca de nuestra relación. Me parecía una buena idea, hasta que habló.

-¿Alguno de ustedes recuerda a Samantha?- preguntó repentinamente, Albert me miró como si estuviera ordenando sus pensamientos, Caitlin parecía confundida ya que no paraba de mirarme a mi y luego a su padre repetidas veces.

-La conocí en Nueva York, claro- dijo la niña como si fuera lo más obvio del mundo ya que no había pasado demasiado tiempo desde ese momento.

-Estaba en la casa de los abuelos la otra vez- comentó Albert como quien no quiere la cosa y se encogió de hombros restandole importancia.

-No me refiero a eso- les respondió Max-. Hablo acerca del pasado, hace mucho tiempo atrás.

-Yo la recuerdo- dijo Albert-. Recuerdo haberla visto pero los recuerdos no son recientes, no los puedo ordenar correctamente- se expresó.

-Yo no- habló Caitlin aún más confundida-. La conocí en Nueva York- repitió-, ¿o no?- murmuró la pregunta algo sorprendida, mirándome directamente a los ojos.

-No- le respondí en un susurro-. Nosotros ya nos conocíamos, todos- expliqué mirando a Albert.

-Papá, dijiste que ella es una vieja amiga. ¿Conocimos a Sam cuando... Bueno, cuando era tu amiga?- preguntó frunciendo el ceño, al hacerlo se parecía mucho más a Charlotte que a Max.

-Samantha y yo... Estuvimos en una relación durante unos meses- Max tiró la bomba finalmente, ambos se sorprendieron-. No lo recuerdan porque eran muy pequeños, Caitlin solo tenía cinco y tú Albert seis.

-Claro- dijo el niño más que sorprendido-, te recuerdo en el hospital- mencionó mirándome. Recordé que escuchaba su voz a pesar de que no podía moverme ni hablar.

-¿Hospital? ¿Qué?- preguntó Caitlin mirando a su padre- ¿De qué mierda están hablando?

-Caitlin cuida tu vocabulario- regañó Max.

-No, claro que no lo haré- sonó decidida-. ¿Samantha fue tu novia?- hablaba como si yo no estuviera allí, Max asintió, yo solo me quedé inmóvil observando todo, no sentía que debía meterme- ¿Y ahora lo dices?- sonó enojada.

-Caitlin, no era el momento adecuado para hacerlo en Nueva York. Samantha tiene una vida, una vida a la cual tenía que organizar antes de regresar.

-¿Regresar?- Caitlin me miró- Ya entiendo, están juntos otra vez- dijo con la mirada perdida en la nada-. Lo entiendo todo.

-Hija...- comenzó Max pero tuvo que detenerse cuando Caitlin se levantó de su silla y salió corriendo del local de comida rápida- ¡Caitlin!- exclamó Max también levantándose pero ella no giró para verlo- Mierda- golpeó la mesa con su pie de una patada, las personas nos miraban, Albert no pronunciaba palabra alguna-. Iré a buscarla- nos avisó-, permanezcan aquí.

Observé como Max salía corriendo del Burger King. Recordé porqué me había marchado ocho años atrás: porque temía que algo así sucediera, porque la felicidad de la hija de un hombre viene antes que la felicidad de su novia. Caitlin estaba enojada con su padre y seguramente también lo estaba conmigo, y era obvio que no aprobaba nuestra relación.