Temo observó a la pantalla y notó que el vuelo de Diego estaba retrasado. Temo le envió un mensaje a Pepe diciéndole que había llegado pero que esperaría a Diego y a sus padres para regresar a casa. Caminó hacia el Starbucks más cercano para descansar un poco.
Había aprendido muchísimo en ese vieja, había vivido tanto, en tan poco tiempo. Realmente se sentía diferente, tal vez, más decidido que antes.
Tuvo la oportunidad de conocer gente muy interesante, conocer otras realidades y puntos de vista. Conocer a... Gonzalo. Tal vez, en él, se podía sintetizar todo lo que había vivido durante el viaje. El clic con él había sido casi instantáneo.
En el primer día en el curso habían hablado sobre los estereotipos y su instructor en particular había resaltado uno que se estaba formando cada vez con mayor fuerza: el adolescente promiscuo. Que sin importar su orientación sexual, poco se preocupaba por las enfermedades de transmisión sexual, porque existían los antibióticos y los antiretrovirales. El instructor preguntó cuántos de ellos eran sexualmente activos, no le sorprendió ver que todos levantaran la mano. La siguiente pregunta fue, cuántos de ellos se habían realizado por lo menos una prueba rápida de detección de HIV, las manos elevadas se redujeron a la mitad.
Al día siguiente, Temo se levantó muy temprano, fue al laboratorio del campus y solicitó una ELISA. De antemano sabía el resultado. Diego y él habían sido más inmaculados que la Rosa de Guadalupe antes de empezar con su relación y, después de terminar con Diego, Temo no había tenido tiempo de pensar si quiera en tener otra relación. Estaba más preocupado por pasar su semestre.
Así que, no era el resultado de la ELISA lo que le tenía nervioso, era en sí, el hecho de la prueba. Llenar los formularios, tener que marcar las opciones, todo el proceso era abrumador. Aunque, estaba seguro, en México hubiera sido mucho peor pues, además del papeleo, habría que tenido que soportar las miradas suspicaces y uno que otro juicio adelantado.
Estaba esperando su recibo de pago cuando vio a Gonzalo salir de uno de los cubículos donde se tomaban las muestras de sangre. Para ese momento, sólo habían intercambiado un par de saludos al inició de las clases, así que, el encuentro se tornó levemente incómodo por unos segundos. Temo decidió quitarle el hierro al asunto haciendo una broma sobre que era un buen día para descartar una ETS. Gonzalo se había reído de buena gana y lo terminó invitando por un café.
La conversación había fluido con extrema facilidad. A Temo le gustaba escuchar y a Gonzalo le encantaba hablar. Así fue como se enteró del motivo por el cuál Gonzalo se había decidido hacerse la prueba.
Gonzalo sólo había tenido un novio y su relación había terminado ocho meses antes del viaje por una infidelidad de parte de su ex novio. Habían tenido relaciones en un par de ocasiones, siempre con preservativo, así que, por la mente de Gonzalo, nunca pasó hacerse ningún tipo de examen. Fue hasta que llegó al curso y que hablaron de la estadística de contagio por infidelidad que se encendieron sus alarmas ¿qué le aseguraba a él que su ex siempre hubiera usado preservativo con su otra pareja?
Así que con ese pensamiento en mente, se levantó dispuesto a hacerse la prueba y recriminarse por haber sido tan imbécil.
Con esa conversación y ese café inició todo, a partir de ese día se volvieron inseparables. Fueron juntos a recoger los resultados, evidentemente, Gonzalo más nervioso que él, dibujo una mueca de total alivio cuando leyó que todo había salido negativo.
Gonzalo no era un tipo particularmente atractivo, sin embargo, sus ojos negros ejercieron en Temo un magnetismo increíble desde el primer momento. En retrospectiva, tal vez había sido el viaje, encontrarse fuera de su elemento o el tiempo limitado en que estarían juntos. Pero todo con Gonzalo resultó rápido e intenso. Por las mañanas iban al curso, por las tardes se la pasaban compartiendo sus pasatiempos, el de Gonzalo incluía ver películas del cine clásico, esa era una peculiaridad que Temo amó de él.
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Tal vez construir...
RandomDespués que Ari le dijera que no puede corresponder a sus sentimientos, que la decepción en los ojos de Julio se volviera cada vez más dolorosa, Temo decide irse a Toluca, poniendo tiempo y distancia. Durante tres años, tanto Ari como Temo, rehacen...