Capítulo XVI

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Ari no recordaba exactamente dónde pero en algún lugar había leído que la adolescencia de las personas homosexuales solía empezar a los veintidós años. 

En un principio se le hizo una exageración pero, después, se dio cuenta que tal vez era más real de lo que él quería admitir. Y es que, él tenía dieciocho años y, le había costado lo suyo hacerse de algo de experiencia en ese terreno.

Durante esos tres años, el mejor acercamiento que había tenido al sexo gay había sido en los  vídeos de Pornhub que tenía guardados como favoritos.

Sin embargo, eso había cambiado cuando Temo López termino cayendo en sus garras. Temo no sólo daba los besos más espectaculares del universo, no sólo daba las mamadas más exquisitas de la galaxia y no sólo era un dios para eso de tocarlo y llevarlo al punto máximo de excitación. Resultaba que Temo López también era muy bueno instruyendo en cuanto todo aquello que implicaba el sexo.

Ari pensó que se sentiría sumamente incómodo hablando de preparativos y cuidados. Pero Temo lo hizo todo simple, sencillo y, sobre todo, completamente amoroso. Temo y sus bonitos ojos marrones, Temo y sus dulces palabras, Temo y sus abrazos cálidos, lo hacían todo mejor.

Ari, definitivamente estaba feliz de tenerlo en su vida y de compartir con él cada parte de su intimidad.

Ari se miró al espejo y tomó una gran bocanada de aire que luego dejó escapar lentamente en un intento de calamar su emoción. Temo había sugerido muchos lugares; su casa en Toluca, un hotel, una casa en Valle de Bravo pero Ari había rechazado todas las opciones. Él quería que su primera vez fuera en el departamento y en la cama que compartían diariamente. Tal vez era tonto, tal vez era demasiado romántico pero Ari quería conservar ese recuerdo intacto en su mente y rememorarlo cada mañana que despertará en vuelto en el cuerpo de Temo.

Claro que encontrar el departamento solo había sido casi una proeza; más desde que, a la dinámica de la casa, se había unido la incómoda presencia de Mateo Symanski. El muy cabrón tenía prácticamente dos semanas viviendo con ellos y a Ari le seguía crispando los nervios que constantemente buscara la atención de Temo. Aunque, por más que lo hiciera, se jodía porque, al final del día, era Ari quién terminaba en la cama con Temo. Así que, punto para el ridículo provinciano.

Para tranquilidad de su libido, Soledad llamó a Diego para pedirle que los visitara. De alguna manera que no le había querido decir, Temo había terminado convenciendo a Diego que llevará a Yolo y a Mateo con él. Así fue que por fin tuvieron el departamento para ellos durante un tiempo decente.

Ari pensó en colocarse la camiseta pero luego lo descartó. El punto de todo aquello era estar desnudo. Salió de la ducha y con cautela caminó hacia la habitación. Abrió la puerta lentamente y se quedó congelado por un momento. Temo había decorado todo el maldito lugar con unas hermosas luces que hacían parecer como si estuvieran bajo un glorioso cielo estrellado.

Al fondo de la habitación se encontró con la hermosa figura de su novio. Ari sintió que su garganta se secó al verlo caminar hacia él. Temo estaba usado un frac... se veía impresionante, parecía un jodido príncipe que lo estaba devorando con la mirada. Ari pensó en lo ridículo que seguro se veía sólo con sus pantalones del pijama de vulgar algodón pero poco le importó. Prácticamente se tragó con la mirada a su novio. Temo sabía lo que ponía verlo vestido así y Ari no iba disimular para nada su excitación.

Temo por fin llegó hasta él y le tomó de las manos. Sus hermosos ojos resplandecían con un brillo que lo hizo estremecer. Temo le estaba dando una mirada de adoración mezclada con lujuria que le estaba haciendo temblar las piernas.

Tal vez construir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora