El dolor de cabeza de Ari estaba empezando a molestarle en serio. Cruzó a puerta del departamento pensando si tenían algún analgésico que pudiera calmarle el malestar.
Después de que regresara a la mesa junto con su novio y la familia de éste, las cosas fueron de mal en peor con Julio. El hermano menor de Temo no se había cansado de machacarle el orgullo en más de un sentido. Ari sabía que eran celos de hermano pero, aún así, no podía evitar sentirse mal, Julio había tocado fibras muy sensibles en él.
Temo había intentado mediar las cosas, después de todo se acaba de reconciliar con Julio, sin embargo, no por eso dejó que Julio hiciera lo que quisiera pero... aún así, Ari tenía muy delgada la piel cuando se trataba de esos temas de dinero y la falta de éste.
—Te ves de la verga —le dijo Yolo que le tendió un vaso con agua y una caja de aspirinas.
—Me siento de la verga —Ari se tomó la pastilla y luego se dejó caer en el sofá sin ningún cuidado. Temo y Diego se habían quedado en el estacionamiento del edificio esperando a que el encargado les diera los recibos del pago de los servicios. Conociendo a Sansón, eso le llevaría mínimo una hora, así que Ari tenía tiempo para intentar sobreponerse a su dolor de cabeza y sonreírle a Temo. Aunque estaba seguro que su novio iba a querer hablar de todo lo ocurrido.
—Julio López te dio la verguiza de tu vida ¿verdad? —Ari no dijo nada. Se limitó a cerrar los ojos e intentar no pensar en su cuñadito y... en Mateo y sus intenciones con Temo. Ese era el otro tema espinoso del día —. Güey tienes que empezar por dejar de ser tan pinche ofendido.
—No le dije nada —Ari se había bancado velados comentarios de Julio sobre cómo se pagaba la renta, cómo le hacía para invitar a salir a Temo; si también estudiaba para ser político, si tenía coche o andaba en metro, entre otras cosas que le habían puesto de ese particular humor.
Claro, Temo intervino diciéndole a su hermano que, Ari trabajaba y estudiaba, que no cualquiera podía hacer eso y un montón de cosas que hicieron que Pancho López lo aprobara, no sin antes decirle que chiflando y aplaudiendo, cosa que ya no iba a poder cumplir. Pero ni la aprobación de Pancho, logró que Julio le bajará su intensidad a los celos.
—Obviamente no y tampoco te ibas a agarrar a madrazos con un morrito de doce años por mucho que dijera que no tenías ni para invitar a tu novio al cine.
—¿Y sabes qué es lo peor? Que el morrito tiene razón. La única salida que he tenido con Temo ha sido por unos esquites y cada quien pagó lo suyo porque yo acababa de pagar la renta.
—A Temo no le importa eso. Lo sabes —Ari rió un poco.
—Sí, y eso lo hace un príncipe. Pero no quita para nada que yo sea un muerto de hambre.
—Eres tan patéticamente dramático —Yolo le dijo con fastidio.
—Puede ser. Y puede que no deje de preguntarme si Temo algún día se va a fastidiar de que yo no valga verga...
—Tal vez de lo que se terminará fastidiando es de que seas tan pinche pesimista. Desde que Temo te conoció vio cosas en ti que otros no. Te hizo sentir único y, después se fue, te dejó con tu familia que no valía madre. Tal vez pasaste mucho tiempo con ellos y te fueron envenenando poco a poco. Pero puede que Temo y el amor que sienten el uno por el otro sea el antídoto que necesitas. Piénsalo y, por favor, deja de ser tan pinche dramático.
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Tal vez construir...
RandomDespués que Ari le dijera que no puede corresponder a sus sentimientos, que la decepción en los ojos de Julio se volviera cada vez más dolorosa, Temo decide irse a Toluca, poniendo tiempo y distancia. Durante tres años, tanto Ari como Temo, rehacen...