Lo mejor que ha pasado ~ Marco Asensio ~

Capítulo 22

Cuelgo por enésima vez a Marco y vuelvo a acariciar la espalda a mi hermano que está dormido encima mía.
Después de todo no le voy a coger el teléfono, que lo hubiese pensado antes.
¿Qué ha hecho? Ponerme los cuernos, así de sencillo. Al principio no me lo quería creer pero ya me mandaron fotos y tuve que creérmelo porque era el con otra tía pero es que encima me decía que no, que era mentira. La llamada era para quedar pero yo evidentemente se lo dije y me dijo que era mentira y eso fue la gota que llenó el vaso.
Desde hace tres semanas no veo a Marco, vino a mi casa ese mismo día a explicarmelo pero no le deje, le cerré la puerta en la cara, en ese momento no le quería ver ni en pintura. Ahora... ahora le echo de menos pero no le voy a perdonar tan fácilmente.
Todos los días me llama como unas diez veces hay algún que otro día que se lo he cogido para mandarle a tomar por culo y otro para decirle que al final le bloqueo hasta en las llamadas, le tengo bloqueado en todo menos en las llamadas pero al final le voy a bloquear. Diréis si solo son unos cuernos, ya pero es que a mi me dolió muchísimo y encima me llama todos los días, me agobia a veces.

- Marco quieres dejar de llamarme ya por favor - digo cogiendosele y hablando en bajo para no despertar a mi hermano.
- ¿Estás bien?
- Como quieres que esté después de todo, no puedo desconectar ni seis horas seguidas porque me llamas ochenta veces al día.
- Lo siento por agobiarte mi amor, pero es que quiero que estemos bien, quiero volver.
- No me llames mi amor, Marco, yo ya no soy tu amor. Estaríamos bien si no hubieses decidido ponerme los cuernos y encima ocultarmelo cuando sabías que ya te había pillado.
- Lo siento ¿vale? ¿Te crees que yo no lo estoy pasando mal? Todo el mundo me está diciendo que porque lo hice, que que coño he hecho con mi vida, mi padre me echó una regañina que tela, llevo tres semanas fatal,me machacan.
- Te lo buscaste tu sólito, que quieres que te diga ahora.
- Pues ahora mismo, exactamente quiero que me digas que me perdonas y que vuelves conmigo.
- Marco, ten en cuenta que si vuelvo contigo esto va a seguir estando ahí.
- Bueno pero por lo menos vuelves conmigo.
- No te hagas ilusiones Marco, no se si volveremos, de momento ya te digo que no.
- Bueno, lo siento por no se cuanta vez, perdoname. Te quiero, no me olvides por favor.
- No te puedo olvidar Marco, si me estás llamando cada cinco horas.
- Lo siento si te agobio, Claudia pero, ¿qué puedo hacer sino para que me perdones y vuelvas conmigo?
- Pues dejarme en paz.
- Así te olvidas de mi.
- No me olvido de ti, es difícil.
- Bueno, no te molesto más, gracias por dejarme hablar contigo aunque no lleguemos sacado nada claro he mantenido una conversación contigo.
- Si, adiós Marco.
- Adiós Claudia, te quiero - dice y cuelgo.
- Tata - mierda, se ha despertado - ¿Con quién hablabas? Me has despertado.
- Con Marco.
- ¡Llámale otra vez! Quiero hablar con él, por fi tata por fi.
- No puedo, esta ocupado.
- Se que no está ocupado - tan pequeño y tan listo.
- Vale, no, no está ocupado.
- Llámale por fi.
- No puedo.
- Si que puedes, ¿lo hago yo?
- No, ya le llamo yo pesado - digo cogiendo mi móvil de sus manos.
- Claudia, ¿cómo que me llamas? ¿Ha pasado algo? ¿Tengo que ir a tu casa?
- No ha pasado nada Marco, si tuvieses que venir a mi casa a salvarme cuando llegases ya me habría muerto y no hubiese recurrido a ti especialmente.
- Ah - dice triste - Entonces que quieres.
- Mi hermano, que se ha enterado que estaba hablando contigo y quiere hablar él contigo.
- Ah, pasamele.
- Hola Marco. ¿Cuando vienes a Sevilla?
- Hola renacuajo, no voy a ir a Sevilla.
- ¿Por qué? Ahora no juegas partidos.
- Porque no puedo.
- ¿Mi tata se ha enfadado contigo?
- Un poquito.
- ¿Quieres que te ayude a que te perdone?
- Es difícil que le perdone cariño - digo yo.
- Ojalá no fuese difícil - dice Marco.
- Te ayudo ¿vale Marco?
- Vale enanin. Cuando lo consigas llamame.
- Vale, adiós que tengo que hacer que te perdone la tata.
- Adiós enano. Adiós Claudia, te quiero.
- Adiós Marco - digo colgando.

Por supuesto que mi hermano desde que ha tenido esta tarde esa conversación con Marco no ha parado de decirme que le perdone por lo que sea que a el mis padres le enseñan a perdonar y yo también tengo que perdonar, así lleva toda la tarde.

- Tata, mañana te tengo una sorpresa - dice antes de irse corriendo a la cama a dormir.
- ¿Qué sorpresa me tienes enano?
- Es una sorpresa, no te lo puedo decir.
- Mamá, ¿tu sabes algo?
- Si que lo sabe, pero no te va decir nada. Es una sorpresa tata, no la chafes
- Vale, vale, porque es tu sorpresa sino la chafaba.
- Buenas noches tata, te quiero.
- Yo si que te quiero.
- ¿Sabes una cosa?
- Que cosa se.
- Que Marco me ha dicho que te diga que el también te quiere - me muero.
- Te lo ha dicho Marco o te lo estás inventando - le digo ya que en la llamada que le hemos hecho antes no le ha dicho nada de eso.
- Uy creo que esta llamando el pez - dice y se va corriendo.
- Pero y este niño, para tener tres años tiene mucha variedad en su habla - la digo a mi madre.
- El logopeda, le llevamos porque no hablaba y ahora no se calla.
- Ya lo veo que no se calla.
- ¡Deja de hablar de mi! - le escucho desde la planta de arriba ya que yo ya he llegado a la de abajo.