Capítulo 36

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- ¡Ya estoy aquí! - digo cuando veo a Isco con Lucas y Sergio y en el pasillo.
- Por fin hija. Cuanto has tardado en venir.
- No me lo digas a mi. Díselo a tu querída novia. Que si yo tardo en vestirme por culpa de este barrigón y en ponerme las zapatillas más aún ella tarda más y eso que la embarazada soy yo.
- Bueno, ya estás aquí. Tranquilidad ¿vale? - me dice Sergio.
- Si me pides tranquilidad me pongo más nerviosa. ¿Donde está? ¿En esa habitación? - digo señalando una puerta.
- Está en la de al lado pero no nos dejan entrar todavía - dice Lucas.
- Pues yo voy a ir igualmente - digo yendo hacia la puerta.

Soy muy borrijona y más estando embarazada. Si los médicos me dicen que no entre les voy a montar un pollo, lo tengo clarisimo.
Les pondré la excusa de que llevo mucho tiempo sin verle y que tengo antojo de verle. Fácil.
Voy abriendo la puerta poco a poco por si hay algún médico dentro pero cuando veo que no la termino de abrir de golpe haciendo que Marco se asuste.

- Joder que susto Claudia.
- El susto el que me he llevado yo bonito.
- Estoy bien mi amor.
- Tienes una brecha en la cabeza.
- Pero estoy bien. Es lo importante ¿no?
- Si, claro. Pero me has asustado mucho. No me ha dado un ataque de ansiedad pues no se ni como encima Sara ha tardado media hora en venir a por mi.
- Estaría dormida y no todo el mundo es igual de rápido que tu cuando te levantas cariño.
- ¿Puedo darte un abrazo?
- Eso no se pregunta - dice abriendo los brazos.
- Me has pegado un buen susto Marco. Solo pensaba en sí Adara iba a conocer a su padre y en cómo se lo iba a decir al tuyo - digo abrandole.
- Que dramática eres cariño. Ha sido un golpecito de nada.
- Pues para ser un golpecito de nada estás tumbado en una camilla de hospital con una brecha en la cabeza.
- Pero no te tienes que preocupar por nada. Estoy bien y ya está. Tranquila. Adara va a conocer a su padre y no le tienes que decir nada a mi padre - dice abrazándome otra vez y riendo.
- No te rías capullo, que lo he pasado muy mal.
- ¿Me das un beso ya o qué? - dice y yo me lanzó a besarle con ganas.
- Eh, perdona, no puede estar aquí - dice una enfermera.
- ¿Por qué no puedo estar aquí?
- Todavía no les hemos dado paso a los familiares. No pueden pasar todavía asique salga fuera por favor.
- No.
- Claudia... - dice Marco.
- Salgase fuera por favor. No puede estar aquí. Dentro de un rato podrá pasar.
- No me voy a salir. Esta bien ya pueden pasar los demás. No los hagas esperar más que están asustados.
- No pueden entrar todavía. Señorita salgase o llamo al de seguridad.
- Pues le vas a tener que llamar porque no me voy a ir.
- No me haga de llamarle por favor.
- Claudia sal fuera con los demás. Ya has visto que estoy bien, estate tranquila y salte. Ahora entras cuando te diga la enfermera - me dice Marco.
- Solo le vamos a cambiar de ropa y cambiarle el medicamento y podrá entrar.
- Ah entonces puedo estar aquí. No hace falta que se la cambie usted puedo yo. Tú cambiale la medicación que eso yo no se hacerlo.
- Señorita salga.
- Pero si le vas a cambiar de ropa no hace falta que salga, ya le he visto desnudo, ¿cómo cree que tengo un bebé dentro?
- Vale, quédese pero siéntese en aquella silla de allí por favor. No nos entorpezca.
- Vale - digo contenta por haberme salido con la mía y Marco me mira con cara de no puede ser - No me mires así mi amor. Sabes que yo siempre me tengo que salir con la mía. Y es una tontería salir de la habitación para que te cambies.
- Eres caso aparte.

Por fin sale Marco del hospital. No sé para que le han tenido tanto tiempo ahí. Desde las 2:00 de la mañana que llevaba ahí hasta las 15:00 de la tarde.
Solo por una brecha y por tenerle enganchado a la máquina del medicamento que era un ibuprofeno.
El coche ha quedado como una puta mierda. Bastante poco se ha hecho Marco para como está el coche. Y luego decía que no fuese dramática por pensar que me quedaba sin novio y mi hija sin padre y el coche tal y como esta piensas que se ha matado.

- Marco - le llamo según cierra la puerta de casa.
- Que si que ahora me voy al sofá a coger reposo - dice soltando las llaves de casa en el cuenco del mueble de la entrada.
- No es eso - digo mirando el charco que se ha formado en el suelo haciendo que él lo mire también.
- ¿Te has meado? Voy a por la fregona vete a cambiarte.
- ¡He roto aguas, no me he meado!

Lo mejor que ha pasado ~ Marco Asensio ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora