-¡Damas y caballeros, sean bienvenidos al Circo Arcanus! Aquí tendrán la oportunidad de observar a las criaturas más extrañas de nuestro mundo. Hoy tenemos entre nosotros a la única... la inigualable... la preciosa y única... ¡PHOENIX!
Esa era la señal para que hiciese mi parte. No quería, me sentía expuesta y como un objeto, pero no me podía negar; si lo hacía, después recibiría mi castigo. Sólo de pensarlo un escalofrío me recorrió la columna vertebral.
El domador, al ver que no reaccionaba, azotó los barrotes entre los que estaba encerrada. El estruendo me hizo volver a la realidad y actuar.
Me quité el manto negro que me cubría entera y dejé ver todo mi ser, excepto por una pequeña sábana que me cubría lo justo. Extendí mis alas y provoqué un pequeño fuego en mi mano, con el cual empecé a hacer figuras que se movían por todo el circo. Me fijé en un niño pequeño y me metí en su mente para descubrir cuál era su animal favorito; el thestral.
Formé un caballo que corría al rededor del niño mientras con la otra mano creaba una pequeña manada de lobos del mundo muggle, que correteaban cerca de una familia. Lo único que me mantenía sana mentalmente a pesar de los malos tratos, era ver la expresión de felicidad de los niños y de algunas personas.
Seguí haciendo varios trucos, pero se me fue de las manos. Un hombre de los que estaba ahí pensó en un thunderbird, y no tuve más remedio que "satisfacer" sus deseos. Creé el thunderbird, y este voló alto, rozando el techo. Intenté controlarlo pero ya estaba demasiado cansada y se pegó al techo incendiando la carpa.
Todo el mundo salió gritando del lugar y lo último que vi antes de desmayarme, fue a un hombre con muchas pecas y ojos marrones que me miraba con preocupación desde su sitio.
◃───────────▹
Ese pequeño desliz, que no quedó en más que un susto gracias a la rápida intervención de algunos magos, supuso diez latigazos en mi espalda.
-¡Para que aprendas a controlarte!- gritaba el domador mientras llevaba a cabo mi castigo
Aacabé sollozando en el suelo, destrozada y agotada. Pero me tenía que reponer rápido, porque en menos de una hora empezaba el siguiente número.
Y así transcurrió casi un mes, en el que todo era igual, excepto un expectador; el de las pecas y ojos marrones, quien venía a todos mis números, pero sólo a los míos.
El último día que pasé en aquel infierno llegó pronto; fue igual que el accidente del thunderbird. Perdí el control con una criatura que nunca había invocado, un dragón. ¿Adivináis de qué mente saqué el animal? Exacto, del hombre de las pecas.
Lo único que recordé fueron las llamas que me abrazaban, cálidas, el humo que se metía en mis pulmones, y unos brazos que me sacaban de ahí.
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PHOENIX• Animales Fantásticos [COMPLETADA]
FanfictionLas Phoenix son unas de las criaturas más poderosas que pueden existir. Con su belleza engatusan, con su telepatía modifican las emociones a través de los recuerdos y con su fuego abrasan a sus enemigos. Estas criaturas se creían extintas. Hasta aho...