XXII.Descurbimientos y viejos comienzos

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-¡Newt!

Al ver la cara de sorpresa de Newt, se me olvidó todo lo que había pasado semana y media atrás. Durante mi estancia en la celda lo único en lo que podía pensar era en cómo iba a vengarme de todos, incluído él. Pero ahora... Ahora sólo podía pensar en lo muchísimo que le había echado de menos. Así que sin pensarlo mucho eché a correr hacia él y nos abrazamos. Nos abrazamos como si nunca lo hubiésemos hecho, como si intentásemos recontruirnos mutuamente. Graves pasó por nuestro lado y con un tono de voz frío dijo:

-Os dejaré sólos. He conseguido media hora, no más- iba a salir por la puerta pero, sin dejar de abrazar a Newt, le cogí del brazo.

-Percival- se detuvo aunque no se giró-. Gracias. De verdad- le solté y se fue sin decir nada más, cerrando la puerta tras él.

Cerré los ojos y apoyé mi cabeza en su hombro. Él apoyó la suya en mi cabeza. Estuvimos así un rato más hasta que dijo:

-Adara, y-yo...- me separó para poder mirarme a los ojos. En ellos vi que estaba realmente destrozado y cansado-. N-no sé qué decirte a parte de lo siento. Lo siento tanto. Me equivoqué del todo. Fui un estúpido y...- hablaba atropelladamente y le detuve.

-Me da igual- negué frenéticamente con la cabeza-. Me da igual lo que hicieses. Lo que me importa es que estás aquí- se me hizo un nudo en la garganta y se me acuaron los ojos-. Aquí, ahora y conmigo.

Nos miramos intensamente unos segundos más hasta que a él se le resbaló una lágrima por la mejilla. Me partió el corazón verle así y volví a abrazarle con fuerza, pasando mis brazos por su cuello y él por la cintura.

-Yo también lo hice mal- comencé a decir en un susurro-. Debí de haber confiado en ti.

-En el momento en el que te fuiste por la puerta supe que había cometido el mayor error de mi vida: te había dejado ir. No volveré a hacerlo- tras decir eso comencé a llorar de forma silenciosa. Nos separamos, pero no demasiado, y me secó las lágrimas con sus pulgares-. ¿Estás bien? ¿Te han hecho daño?- bajé mi mirada-. ¿Qué te han hecho?

-No tiene importancia- tampoco quería alimentar su culpa. Deslizó su mano derecha hasta mi barbilla con mucho cuidado y dejando caricias y me obligó a mirarle. Me sorprendió que actuase así; él solía ser más tímido. De todas formas me gustó este cambio.

-Claro que tiene importancia. Tienes grandes ojeras y estoy seguro de que algo más ha pasado- no pude evitar acariciarme el brazo izquierdo. Fue una especie de reflejo, aunque él lo notó-. ¿Te ha pasado algo en el brazo?

-Sí...- un fulgor de espanto se cruzó por sus ojos-. ¡Pero no te preocupes! Percival me ha curado ya.

-Algo es algo. Además, a parte del cansancio no parece que te hayan tratado demasiado mal, ¿no? Es decir, no has adelgazado extremadamente, te dejan asearte y te mantienes por tu propio pie. Menos mal que te encontraron, ¿verdad?

¿Cómo? Algo en sus palabras me hizo eco. ¿Por qué habían dejado de tratarme mal, me habían aumentado la comida en los últimos dos días y me habían dejado ducharme? ¿Acaso había sido por la promesa de Percival o había un motivo oculto? Entrecerré los ojos y Newt me miró confuso.

-¿Por qué has venido a verme?- al parecer la pregunta le chocó.

-¿Qué quieres decir? He venido porque me importas- respondió con obviedad.

-Sí. No, es decir, ¿por qué has venido hoy?- ladeé un poco mi cabeza, pensativa.

-He recibido una llamada del MACUSA y me han dicho que podía venir a verte. En cuanto recibí el mensaje salí de casa y vine- ambos nos quedamos en silencio unos segundos-. ¿Por qué lo preguntas?- estuve hilando teorías mirando al suelo-. ¿Adara?

PHOENIX• Animales Fantásticos [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora