VII. Peces

1.8K 174 7
                                    

Antes de empezar, me gustaría que leyeseis esta parte don la canción de multimedia. Es "Waves" del maravilloso Dean Lewis. Ahora sí, ¡que disfruteis!


-Ven a mí- me extendió la mano con la palma hacia arriba

No sabía muy bien qué hacer. Por un lado tenía la enorme tentación y me sentía terriblemente llamada a coger la mano, pero por otro lado, algo me decía que tenía que despertar, que no cogiese la mano. Que despertase.

-Adara, ¡despierta!- Newt estaba de pie a mi lado mientras intentaba defenderese- ¿Qué ocurre?

-La verdad, Newt, es que no lo sé

En un segundo nos dejaron de atacar y se reunieron en una fila. El que estaba al cargo me miró y dijo:

-Ya ha recibido el mensaje. Podemos irnos- se teletransportaron y se fueron

¿Qué acaba de ocurrir?

Graves se acercó rápido a nosotros esquivando a los heridos que había en el suelo y con exigencia y urgencia me preguntó:

-¿Qué mensaje? ¿A qué se referían?

-Yo... No lo sé...-estaba muy aturdida ¿quién era ese hombre?

-Necesito que responda. A no ser...- la mirada le cambió por completo a una amenazante- ¿No será seguidora de Grindelwald, no?- sacó la varita apuntándonos, y junto a él el resto de agentes

-¡Eso es una locura, señor Graves!- se indignó Newt- ¿No ve que está igual de confusa que nosotros?- hubo un momento de silencio cargado de tensión que decidí romper:

-Hace menos de dos horas usted me ofrecía información y protección. Ahora no tengo claro de quién necesito protegerme- me quité rápidamente al abrigo de Newt, se lo di, expandí las alas y me fui volando

Me alejé lo más rápido que pude de ahí. Ya no sabía en quién podía confiar; sólo Newt me ha demostrado claramente que sus únicas intenciones son ayudarme. Sobrevolé la enorme ciudad a gran velocidad y me detuve en un lago. Descendí y me senté en la orilla. Me quité los zapatos y metí los pies en el agua, moviendo las piernas y relajándome con el sonido. Esto me llevó a un flash-back.

-Mamá, ¡mira qué de peces!- la niña levantó la cabeza para ver a una hermosa mujer adulta, que la miraba con una ternura desmesurada en sus ojos

-Sí cielo, son preciosos. Pero no te acerques mucho o te ahogarás en el agua, ¿vale?- me acarició la cabeza y me dio un beso en la nuca

-¡Vale!- el reflejo me devolvía la imagen de una niña pequeña, de aproximandamente cinco años y muy parecida a mí, pero sin los extraños rombos en las mejillas y con el pelo más corto. Movía los pies, haciendo que los peces se alejasen- Oye, no os vayáis, que no os quiero hacer daño

La niña sacó los pies del agua y se puso de rodillas en la orilla, inclinándose hacia el agua. Levantó una mano y formó un pequeño pez de fuego que, al entrar en contacto con el agua, se evaporó. La niña no entendía por qué su pez no podía entrar en el río y el resto sí, así que lo volvió a intentar. Pero no funcionó. Estuvo intentándolo durante mucho tiempo, tanto que su madre la llamó a comer.

-¡Adara! ¡A comer!

-¡Voy, mami!-antes de que la niña se levantase de la orilla, miró la superficie una última vez, sin llegar a comprender del todo por qué su pez no había podido reunirse con los suyos. La imagen se empezó a difuminar y las voces se tornaron en nada más allá de ecos ruidosos

Cuando los recuerdos dejaron de pasar por mi mente me di cuenta de que un montón de lágrimas caían por mis mejillas. Acababa de ver a mi madre por primera vez en mucho tiempo. La soledad me envolvió, rodeando mi corazón de pequeños pinchos que se clavaban con velocidad, dejando que mi alma se desangrase de dolor. ¿Por qúe me había separado de mi familia? ¿Qué les había pasado? ¿Estarían vivos? Y, si fuese así... ¿me estarían esperando?

Siguiendo el ejemplo de mi recuerdo, creé un pequeño pez de fuego y lo intenté introducir en el agua, pero obviamente se evaporó. Lo seguí intentando, hasta que me frustré y comencé a llorar más.

-¡Niña tonta! ¡Obviamente tu pez no es como los demás! ¡Tu pez está destinado a estar alejado del resto de los peces sólo porque es diferente!- le grité al reflejo del agua, que me mostraba a una yo con la cara roja por la frustración y empapada de lágrimas. No pude aguantar más ver mi reflejo y golpeé el agua. Un acto estúpido, lo sé, pero en ese momento necesitaba desahogarme. Le di con tanta fuerza que fui de cabeza al lago.

Por un momento dejé que me rodease la oscuridad y la tranquilidad de lo profundo del lago, consiguiendo calmar mis atormentados pensamientos, que, riónicamente, me estaban ahogando más que la ausencia del aire.

Choqué mi espalda con el fondo y observé cómo los pocos peces que quedaban se alejaban de mí, nadando a toda prisa con miedo. Y, por mucho que lo intentase, sabía que no podría nadar al mismo ritmo que ellos. Los sucesos del día en el que se basaba mi recuerdo pasaron a muchísima velocidad por mi cabeza, como una película. Sólo podía ver imágenes, pero pasaban tan rápido que no pude distinguir nada. Estiré la mano en un intento absurdo de atrapar algún recuerdo para poder analizarlo y que no pereciese en el abismo de mi dañada memoria. Obivamente no fue posible.

Cuando el aire me empezó a faltar demasiado salí a la superficie, aspirando aire con necesidad y llenando mis pulmones. Me subí a la orilla y me tumbé derrotada en el césped con los ojos cerrados, imaginando, por un solo momento, que nadaba junto a un gran banco de peces.

...

¡Hola! Sé que es un capítulo un poco más corto de lo habitual, pero creo que no hacía falta alargarlo más. Hemos conocido un poquito más la historia de Adara y su pasado. Cuando lo estaba escribiendo la verdad es que me metía en la piel de nuestra Phoenix y me daba muchísima pena. En fin... ¡espero que os esté gustando!

PHOENIX• Animales Fantásticos [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora