Capítulo 7(Nitroglicerina.)

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Habían pasado varias horas cuando al fin Tony despertó, la medicación del doctor Banner había surtido efecto en él, y la fiebre había abandonado por completo su cuerpo. Recordaba varios sueños, pero no sabía cuáles eran sólo sueños y cuales tal vez formaban parte de la realidad.

Se encontró a sí mismo en una cama desconocida, pero grande y cálida, bien arropado con las sábanas y sin su ropa. Por tan sólo un momento se preguntó cómo había acabado allí, aunque en situaciones más raras se había visto en otras ocasiones, gracias a su apego al Whisky, y a su afición por coquetear con mujeres bonitas; pero en seguida le vino a la mente el recuerdo de sus últimos momentos con consciencia. Aquellos en los que sentado en el suelo y formando un círculo con los demás, miraba embobado la sonrisa perfecta y dulce de cierto Sheriff, mientras aquel hablaba.

- ¡Mierda! - Aquella maldición fue lo primero que salió por su boca, para después rápidamente taparse la cara con ambas manos. Recordó que debía haber salido de esa casa justo en ese momento. No, en realidad debió haberla abandonado la mañana anterior, antes de tropezarse con el pequeño Peter; pero no lo había hecho, y eso significaba que había infringido su única ley autoimpuesta hacía mucho tiempo. Él que siempre se había reído de las normas de sus padres, de las normas de la sociedad, simplemente porque todo el mundo le recordaba que no era capaz de seguirlas y ahora, sólo se puso una, y se convenció a sí mismo de que sería fácil, pero tenían razón, tampoco había sido capaz de cumplirla.

Miró su cuerpo, olía a jabón y estaba limpio. Tal vez aquello tenía sentido al recordar algunas de las sensaciones que sintió mientras dormía. Su garganta estaba seca y dolorida, así que bebió un gran trago de agua de un vaso que se encontraba perfectamente acomodado a su lado, y se hizo una clara imagen mental de un amable rubio cuidando de él; lo imaginó despojándole de su ropa y lavando su cuerpo. Tan sólo aquella imagen mental hizo que se le erizara toda la piel; también le imaginó arropándole y dándole un tierno beso en la frente, que casi pudo sentir haciéndole involuntariamente llevar las puntas de sus dedos hacia esa zona, para así rozarla con ellos .

Ante estos pensamientos se asustó, no como se había asustado Steve, era otro tipo de miedo, uno ya conocido para él, pero no por eso menos intenso. Salió de la cama lo más rápido que pudo y comenzó a buscar su ropa, pero no la encontró por ningún lado. Ni corto, ni perezoso, se dijo a sí mismo que nada de eso le iba a detener esta vez, así que abrió el armario del rubio, buscó las prendas más pequeñas que vio, y se las puso remangando sus camales y mangas. Aprovechando la ocasión, para ya llegado a ese punto, detenerse por un breve instante a oler el aroma que tanto le había gustado en aquellos ropajes.

Despacio y lo más silencioso que pudo, abrió la puerta del dormitorio esperando encontrar al Sheriff dormido por algún otro lugar de la casa, pues esa no era hora para otra cosa, ya que el alba estaba cerca, pero aún no había amanecido.

Al no encontrarle se extrañó, pero pensó más en su suerte que en la razón de aquella ausencia; así que salió de la casa en busca de Edith, su Yegua. Corrió hacia el establo y abrió la barrera que él mismo había construido hacía dos noches. Edith relinchó de alegría al verle, y el castaño se abrazó a su cuerpo sintiendo el calor del animal.

- Ya estoy aquí hermosa, me alegra ver que me echaste de menos. - Besó el espacio entre sus ojos. - ¿Doger no es buena compañía? Debe ser un aburrido como su dueño. - Doger resopló justo en ese momento, y Edith volvió a relinchar de alegría. - Lo siento muchacho, pero me llevo a Edith. Dile a tu amo que muchas gracias por todo, y que te saque más a menudo a pasear, aún no le vi montar, ni lo veré, pues aquí se separan nuestros caminos.

Aún estaba oscuro, sólo una tenue luz naranja asomaba en el horizonte, cuando Tony comenzó a cabalgar para alejarse lo antes posible de aquel pueblo.

El Forastero Sin Estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora