Quien fuera que estuviese tocando a la puerta, más bien parecía que la quisiera tirar abajo. Eran a penas las ocho de la mañana, y la noche anterior había sido larga, por lo que los dos ocupantes de la cabaña aún seguían dormidos.
El rubio no tardó en darse cuenta de que algo pasaba, tenía el sueño ligero y medio confundido se incorporó para volver a escuchar aquel ruido. Ya se estaba acostumbrando a que cualquier miembro de aquella comunidad, tocara a su puerta para que le ayudara con sus problemas, pero lo de aquella mañana le pareció exagerado.
"¿Es que nadie va a esperar a que llegue a comisaría?" Pensó por primera vez desde que heredó el puesto de sheriff. Salió disparado de su habitación con la intención de abrir la puerta, mientras se colocaba los pantalones vaqueros sobre su ropa interior. Sólo que al pasar por el salón que hacía las veces de recibidor y parte central de la casa, no advirtió el bulto sobre la alfombra, por lo que tropezó con él y cayó de bruces sobre este.
— ¡Cielos! No me acordaba de que te puse aquí —. Exclamó Steve más para sí mismo que para el hombre que yacía sobre la alfombra, pues este, pese a los golpes en la puerta y el peso del rubio sobre él, aún seguía profundamente dormido. Se le quedó mirando justo a unos centímetros de su cara y lo zarandeó. — ¡Antonio! ¡Tony! ¡Despierte de una buena vez! — El castaño se revolvió y Steve dio un bote hacia atrás, hubiera sido raro que el hombre se despertara y lo viera así de cerca, pero Tony sólo se giró para seguir durmiendo. Iba a tocar con cuidado sus mejillas, pues estas lucían realmente sonrojadas, pero los golpes en la puerta volvieron a sonar, y el rubio decidió desistir en su idea de despertar al forastero.
Al fin terminó de colocarse los pantalones, y abrió para encontrar a una furiosa Carol tras la puerta.— ¿Se puede saber si estás sordo? ¡Llevo más de quince minutos golpeando este trozo de madera! — La chica se veía roja y fatigada por el esfuerzo.
— La verdad, nunca habría imaginado que se trataba de ti, casi me tiras la puerta abajo.
— ¿No está mal para ser una chica verdad? ¿Quisiste decir eso? A que sí. — Preguntó la rubia con gesto de orgullo.
— No empieces con eso Carol, no es una competencia. — Steve sabía que Carol siempre trataba de hacer todo mejor que cualquier hombre del pueblo. Ella era firme defensora de los derechos de la mujer, y eso le parecía admirable, sobre todo en aquella época y justamente en un lugar como Timely, pero a veces sentía que no era necesaria tanta demostración.
— Lo que tú digas, pero toqué bien fuerte. — Sonrió la chica de medio lado —. ¿Y eso que hay ahí? ¿Tienes a un tipo durmiendo en mitad de tu salón? — Miró curiosa por encima del hombro del rubio.
— ¡Oh! Eso... ¡Sí! Lo traje desde la cantina anoche, me pareció que así no molestaría a Nat, y pensaba echarlo de casa esta mañana temprano, pero aún no despierta.
— No puedes ir recogiendo a todos los borrachos de la cantina para que no molesten a Nat, ella sabe cuidarse sola, y conociéndola no creo que quiera que te conviertas en su ángel guardián.
— Lo sé, pero ya está hecho. Que quieres que te diga.
— Pues que tendrás que dejarlo aquí, porque la presa se ha roto a causa de la tormenta y el alcalde Fisk, está obligando a todo el mundo a que eche una mano para arreglar el estropicio, por lo que si no te ve pronto allí, olvídate de que te pague el sueldo de este mes.
— Ya sabes lo que pienso de esa presa Carol, si se ha roto es porque nunca debió construirse. Dios ha hecho justicia.
—Ya sabes que ese hombre te tiene entre ojos, no le des más razones. Además, deberías hacerlo al menos por ayudar a los hombres a los que ha obligado a trabajar en la reconstrucción. Eres el Sheriff, deberías dar ejemplo.
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El Forastero Sin Estrella.
Fanfiction* Stony 1872, (earth-51920.) * Yaoi. * +18. * Historia inspirada en los personajes y el ambiente que se muestran en la serie de cómics de Marvel, 1872. (Secret Wars). * Esta es una historia de amor verdadero, en tiempos de homofobia e ignorancia.