12 | Refrescos y palomitas.

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Otra semana de clases, había sido demasiado agotadora para mi gusto, muchos exámenes y Marggie aún no sale de mi cabeza, ha sido demasiado difícil centrarme a estudiar, de hecho, no me fue demasiado bien que digamos.

—Es viernes, semana de exámenes culminada. —dice Tobías soltando un suspiro.

—No me ha ido nada mal, ¿qué tal a ustedes? —pregunta Logan.

—No me quejo —responde Tob y encoge los hombros. —, ¿a ti cómo te fue? —me pregunta.

—Fatal, los pasé todos pero con muy baja nota. Margs aún no sale de mi cabeza, no puedo concentrarme en nada. De paso, también he pensado mucho en mamá y toda la situación con Natalie.

Había puesto al tanto de todo a los chicos, después de todo son mis mejores amigos y los únicos que están conmigo ahora.

Estoy intentando sobrellevar el vacío que siento en mi pecho desde aquella ruptura, no ha sido fácil, he fumado uno que otro cigarrillo, pero nada de alcohol. Es una avance ¿No?

—Creo que debes hacer algo que te distraiga —comenta Logan. —, ¿has pensando en trabajar?

—Tengo pensado algo para hoy, y no, no he pensado en eso. —digo.

—Deberías considerarlo.

—Por cierto, ¿qué es eso en lo que estás pensando? —pregunta Tobías.

—Iré al cine esta noche.

—¿Para qué? —pregunta mi amigo frunciendo el ceño.

—Allí trabaja Nat, necesito hablar con ella.

Logan rueda los ojos;
—Deberías dejar las cosas así, dijiste que su mamá le hizo daño a la tuya en el pasado. ¿Por qué insistes en remover cosas que ya son historia?

Suspiro;
—Si fueran "historia" —hago comillas con mis dedos. — como tú dices, mamá no se hubiese puesto tan mal cuando vió a esa mujer.

—No lo sé, sólo digo, ya tú verás que harás. De todas formas, sabes que cuentas con nosotros.

Al culminar las clases me fui directo a tomar el autobús, después del accidente mi coche quedó muy dañado y para poder arreglarlo tengo que hacerlo por mi cuenta. Creo que sólo fue una excusa de mamá para que no volviera a conducir.

Pasé toda la tarde en mi habitación, caminando de un lado a otro o recorriendo toda la cama, no hallaba qué hacer mientras esperaba la hora de irme al cine. Cuando al fin faltaba poco me di una ducha, me vestí, me peiné y me eché un poco de perfume. Suspiré y fui en busca de papá quien se encontraba sentado en uno de los taburetes de la cocina.

—Papá. —llamo su atención.

—¿Sí? —fija su vista en mí.

—Necesito que por favor me prestes el auto, sé que por los momentos tengo prohibido conducir, pero es algo muy importante. De verdad.

—¿Qué tan importante es? —cruza los brazos.

—Necesito arreglar algo con una chica.

—¿Natalie?

¿Cómo es posible que lo supiera?

—¿Qué? —pregunto fuera de lugar.

—Después de como trataste a Marggie en el hospital no creo que sea a ella a quien vas a ver. Además, tu mamá me puso al tanto de todo.

Ruedo los ojos;
—Papá no quiero hablar de lo que sucedió en casa de Nat. Son... temas de nosotros.

Ríe;
—Tranquilo, sólo ten cuidado y por favor Aiden, se paciente con tu mamá.

Cicatrices | 2 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora