14 | Te lo advertí.

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Natalie.

—Entonces, besaste al hermano del chiquitín. —dice Denisse.

Apenas llegué a casa la llamé y le pedí que viniera lo más pronto posible, ella tenía un montón de cosas que hacer y decidí ayudarla, así que mientras la ponía al tanto de toda mi locura le teñí el cabello de un morado un poco más oscuro del que llevaba.

Denisse termina de secar su cabello y lo peina un poco.

—Perfecto, me encanta. —suelta para luego fijar su atención en mí. Yo estaba sentada en mi cama mordisqueando mis dedos. —Nat, ¿no me dirás nada? No me digas que también te avergüenza hablarlo conmigo.

—¡Es una completa locura Deniss! —exclamo levantándome. —Besé a Aiden, al hermano de... —me callo y mi amiga frunce el ceño.

—¿De? —cruza los brazos. — Natalie Rose, será mejor que me cuentes eso que tienes escondidillo porque no entiendo nada. Lo besaste —rueda los ojos. —, sólo fue un beso en medio de una borrachera. Espera, ¿te gusta Aiden? —pone los ojos como platos.

—¡No! —chillo.

—Entonces ya sueltalo porque no entiendo nada y ya me estoy aburriendo.

—¡Estoy enamorada de Jael! —suelto con los ojos cerrados conteniendo la respiración.

—¿Qué? —grita. —¿Tú enamorada del chiquitín? Dios mío Nat, ¿hablas en serio? —asiento. —No puedo creer que no me hayas contado algo tan importante, ¿te das cuenta que fuimos nosotras quienes le conseguimos novia al chiquitín?

Me siento en mi cama indignada, todo es una completa locura, ahora mismo siento que mi mundo está patas arriba. Jessica está viviendo en casa y me irrita cada que me dice hija, los medicamentos de mamá cada vez aumentan más de precio, besé a Aiden, estoy enamorada de Jael, tiene novia y jamás se fijará en mí.

—Deniss, que te hubiese contado antes no cambiaría nada. Jael toda su vida me ha visto como su hermana, jamás me miraría con otros ojos. ¿Sabes que es lo peor? —la miro con mis ojos empapados. —, que ya ni siquiera hablamos, es como si hubiese hecho algo tan grave como para perder a mi mejor amigo.

Denisse se sienta a mi lado y acaricia mi cabello.

—Sabes que siempre soy sincera, por lo tanto déjame decirte que no tengo la mínima idea de como te sientes, pero imagino que no debe ser fácil. En cuanto a Jael, ese chiquitín es un completo idiota, te juro que a veces quiero golpearlo.

—Hasta yo. —reímos.

—Y por Aiden no te preocupes, sabe que estabas ebria y que jamás te atreverías a tomar la iniciativa para dar un beso. —la miro con el entrecejo arrugado. —No me mires así, sabes que es cierto.

Suspiro;
—Voy a evitar a ese chico hasta que olvide por completo lo sucedido.

Dos golpes se escuchan en la puerta y antes de contestar Jessica asoma su cabeza por la puerta.

—Perdón que las interrumpa chicas —dice. —, Nat necesito hablar contigo, ¿puedes bajar un momento? Denisse te puede esperar aquí arriba.

No es como si tuviera otra opción, cuando Jessica dice algo quiere que se cumpla sí o sí. Le digo a mi amiga que subiré pronto y bajo a la sala con la mujer que me abandonó durante toda mi vida y dice estar arrepentida y que me ama más que a nadie.

Me siento en el sofá y empiezo a mover las piernas y mordisquear mi labio inferior, Jessica se sienta frente a mí y sonríe.

—Nat, desde que llegué he estado esperando el día en el que me pidas explicaciones, pero ese día no lo veo llegar. Creo que es el momento.

Cicatrices | 2 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora