28 | Saldremos de aquí.

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Los chicos estaban sentados en la alfombra en forma de círculo, jugaban uno. Yo estaba con el cuerpo recargado en el marco de la puerta de la cocina, Ally ya se había ido, su mamá la vino a recoger hace un rato.

Aproveché que ellos estaban sumergido en el juego y les murmuré un 'ya vuelvo' y salí de casa. El frío azotó contra mi rostro y me estremecí, tenía media hora para llegar a la dirección, estaba algo alejada. Me coloqué los auriculares y puse mi play list, caminaría hasta ese lugar.

La adrenalina recorría mi cuerpo, iba a ver a Natalie y a los imbéciles que la tenían. Había ideado un plan, pero no estaba seguro de si funcionaría, esperaba que sí.

Decido empezar a correr, así me ejercito un poco y bajo la presión de toda ésta situación. En treinta minutos exactos estoy en el lugar, es una calle larga y un callejón, demasiado oscuro, se nota que aquí viven personas de muy bajos recursos. Ya había oscurecido y las farolas no alumbraban mucho, era tenebroso.

Siento un ruido y veo tres sombras aparecer entre las tinieblas del callejón, son tres hombres corpulentos, cuando la opaca luz se refleja en sus rostros no logro reconocerlos, nunca los he visto en mi vida. Era obvio que Lorenzo no vendría, era muy posible que trajera a la policía.

—¿Dónde está Natalie?—espeto cuando ellos se acercan y me rodean.

Uno de ellos sonríe mostrando sus asquerosos dientes. El más alto se abalanza sobre mí y me sostiene los brazos desde la parte trasera, todo sucede rápido, primero siento un golpe en el estómago que me deja sin aire y luego otro en la mandíbula, uno más por mi cuello y pierdo el conocimiento.

Pestañeo varias veces intentando enfocar el lugar, giro mi cabeza y veo una pequeña cama, hay alguien allí. Froto mis ojos y luego enfoco a Natalie, corro hacia ella e intento abrazarla pero se aleja.

—No me toques. —escupe con asco.

Está lastimada, esos imbéciles la golpearon. Ella me mira con dolor, con decepción y no entiendo por qué.

—¿Qué sucede? —pregunto.

Ella me tira un sobre y luego se levanta para alejarse de mí, no me mira, no quiere hacerlo y su actitud distante me duele. Abro el sobre y me encuentro con fotos mías junto a Ally.

—¿Dirás que es falso? —pregunta.

—No.

Su rostro se pone rojo de la furia y una lágrima escapa de sus ojos.

—Me das asco.

Arqueo una ceja.
—¿Ni siquiera preguntarás quién es?

Me molesta el hecho de que me juzgue sin siquiera preguntarme o pedirme una explicación, sin embargo, intento ponerme en su lugar.

—¿Para qué quiero que me lastimes más, Aiden?

Froto mi cara con frustración.
—Es Ally, la primera chica que rompió mi corazón, pero no es lo que crees, volvió para decirme que no tiene mucho tiempo de vida.

—Bien, ¿para qué viniste? Debiste quedarte junto a ella disfrutando el poco tiempo que le queda, ¿no crees?

Sé que todo lo que dice es por enojo, he estado en esa posición un millón de veces, por lo tanto, estoy seguro que se arrepiente de todo lo que dice luego de soltarlo.

Sonrío.
—Estoy dónde debo estar y con la chica que quiero estar, ella es parte de mi pasado, los sentimientos hacia ella se fueron hace mucho tiempo. Ahora estás tú y por eso estoy aquí, vine a sacarte de éste lugar.

—¿Cómo se supone que lo haremos?

—Tengo un plan Nat, te prometo que saldremos de aquí.

Ella suspira y corre hacia mis brazos, dejo que la calidez de su cuerpo me cubra, la echaba tanto de menos. Acuno su rostro y saboreo sus labios, ahora más que nunca sé dónde quiero quedarme toda la vida, con ella no me hace falta nada. Quiero ir lento y hacer las cosas bien; quiero y haré que funcione.

Cicatrices | 2 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora