25 | La verdad de Ally.

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Estaba mordiendo los pellejitos de mis dedos y al dejar de hacerlo recordé a Natalie, ella suele hacer eso la mayoría del tiempo. Toda ésta situación no me dejó dormir bien, por ende, tengo grandes ojeras debajo de mis ojos.

Ally se encuentra sentada a mi lado retorciendo sus dedos sobre su regazo, ella solía hacer eso cuando estaba nerviosa. La inspecciono, está más delgada de lo que suele ser ella, tiene ojeras y se ve cansada, de hecho, ese brillo que tenían sus ojos ya no estaba, se había esfumado. Ella era la misma chica de la que me enamoré, pero a la vez era alguien completamente diferente.

—Creo que deberíamos empezar, tengo que ir al hospital. —rompo el silencio.

Ella resopla y luego infla una de sus mejillas para centrar su atención en mí.

—Dos palabras Aiden, sólo dos, "insuficiencia renal"

Frunzo el ceño ante lo que acaba de decir, ¿de qué está hablando?

Prosigue.
—Es una afección que provoca que los riñones pierdan la capacidad de eliminar los desechos y equilibrar los fluidos.

Ella acaba de confesarme que está padeciendo de esa enfermedad, he escuchado sobre la insuficiencia renal, pero no sé mucho sobre ello.

—¿Desde cuándo? —pregunto.

Suspira y sonríe con tristeza.

—Desde el día que rompí tu corazón, ¿sabes? Fui una cobarde, me alejé queriendo lo mejor para ti y sé muy bien que no fue la mejor decisión. Cada día, cada noche, me arrepentí de lo que había hecho, te dejé a un lado cuando más nos necesitábamos.

Un peso cayó sobre mí y me sentí mal. Mal porque ella ha sufrido sola todo éste tiempo, justo ahora el hecho de que ella me haya roto en mil pedazos se borraba del mapa, ahora sólo hubiese querido que las cosas fueran de otra manera. Pero ya nada podía ser diferente, ahora sólo me queda brindarle mi apoyo como amigo.

—¿Y por qué me lo dices justo ahora?

—Porque no sé cuándo tiempo me queda de vida, antes de morir quería saber de ti, asegurarme de que fueras feliz y contarte que me sucedía. No pretendía decir el por qué me fui, sólo decir que moriría en algún momento, pero no sería justo, ambos sabemos que merecías saber todo. —relame sus labios. —Es muy estúpido decirlo ahora, pero te quiero, como siempre he sabido hacerlo y me pone feliz que hayas encontrado a alguien. Te quiero pedir que luches por esa chica, lucha por lo que sientes.

Sus palabras removían todo en mi interior, Ally estaba frente a mí y dentro de no sé cuánto tiempo no la volvería a ver, y ésta vez sería para siempre, ésta vez ella dejaría de existir.

—Mira, tal vez digas que no quieres que vuelvan a romper tu corazón, pero eso sería absurdo, a mi me gustaría poder vivir un poco más, que rompieran mi corazón un sin fin de veces, eso significaría que seguiría viva, sería genial. —limpia una lágrima que se escapa de sus ojos.

No sabía qué decir, ¿qué se supone que debería decirle en este momento?

La acerqué a mí y la aprieto contra mi cuerpo, ella lloró, lloró como nunca la había visto llorar. Besé su cabeza y acaricié su corto cabello.

—Voy a estar aquí, hasta el último día.—susurré.

***

Georgia seguía en mal estado, de hecho, las cosas eran más serias de lo que pensábamos: necesitaba un nuevo órgano.

Transplante de corazón, me aterraba escuchar eso y pensar en las pocas posibilidades de encontrar un donante y que funcionara.

Pasé toda la mañana en el hospital junto a Ally, Jael, Jessica, Denisse y su mamá. Sólo había desesperación y preocupación en cada uno de nosotros, hasta en Ally. No sabíamos nada de Natalie todavía y yo estaba desesperado y atemorizado.

Horas después Tobías y Logan se unieron a nosotros, no sabían mucho de la situación así que los puse al tanto de todo, incluso, les conté sobre la chica de cabellos cortos que se encontraba con nosotros. Hacía mucho que no hablaba con ellos ni les contaba mis cosas, también les conté lo de mamá. Ellos me pidieron que no los volviera a dejar de lado y les prometí que no lo haría de nuevo. Y cumpliré con mi palabra.

A eso de las cuatro de la tarde nuestros estómagos rugían de hambre, así que decidimos ir a un local de comida rápida que quedaba cerca, fuimos todos los chicos menos Denisse que ya había comido y se quedó acompañando a su madre y a Jessica.

Mientras comíamos intenté concentrarme en la conversación que entablaban los chicos con Jael, pero era imposible, Natalie no salía de mi cabeza. Recordar cada palabra cuando mamá narraba su pasado hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, pensar que ella puede estar pasando por algo parecido o incluso peor me aterraba, me hacía hervir la sangre por no poder hacer nada.

Necesitaba encontrarla, tener alguna pista, si tan sólo no hubiese reaccionado como lo hice la última vez que estuvimos juntos quizá sabría su última ubicación, o tuviera una estúpida pista. Pero no, no sabía dónde estaba y no tenía la mínima idea de dónde ir a buscarla.

Todo esto me estaba carcomiendo la cabeza, me estaba matando lentamente. La echo tanto de menos, daría todo por tenerla entre mis brazos mientras la hago reir y mis oídos se llenan de esa dulce melodía; su risa. Esa risa que tanto me encanta, ahora que lo pienso, esto que siento por ella es demasiado fuerte, más fuerte que lo que pude haber sentido antes.

Ahora no se trata de la chica que intenta sacarme del abismo, ahora es la chica que llegó a sumergirse en él para luego salir a flote juntos.

Necesito que la encuentren, necesito decirle que quiero estar con ella, que quiero ser su primer y último pensamiento, quizá suene demasiado cursi, pero es lo que siento. Necesito que ella lo sepa, nunca sabemos cuánto tiempo nos queda en esta vida y Ally ha sido el vivo ejemplo de ello.

Sus palabras martillean en mi cabeza, ella morirá pronto, ella me quiere, ella quiere que sea feliz con la persona que yo quiero.

Ally es más fuerte de lo que imaginé y me arrepiento de todas las veces que la juzgué sin saber el por qué de sus acciones. Es una mujer valiente y la admiro muchísimo.

^^

¡Nuevo capítulo! Voten y comenten.

Xoxo.

Cicatrices | 2 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora