4 | Llamada.

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El fin de semana se había ido volando, pero he de admitir que disfruté cada segundo junto a mis amigos y la chica que amo. Marggie es una mujer maravillosa, estoy tan agradecido porque ella haya llegado a mi vida, siempre ha estado allí apoyándome sin juzgarme; ayudando a cerrar muchas heridas.

—¿Todo bien, amor? —pregunta Margs sacándome de mis pensamientos.

—Claro que sí, sólo pensaba en una chica guapa. —digo sonriendo.

Marggie me abraza por el cuello y me besa con suma ternura, me encanta todo de ella, me hace sentir tan feliz con tan sólo su presencia.

—Es hora de irnos, besucones. —nos dice mi hermano y Margs ríe.

—¿Dónde está pelusa? —pregunta Tobías refiriéndose a Natalie, mientras mira a todos lados.

—Aquí estoy —habla ella cargando su pesado bolso. —, y no me digas pelusa, ven aquí y ayúdame.

—Es lamentable Nat, pero cuando Tob da un apodo, así te llamará siempre. —dice Logan.

El viaje de regreso fue tranquilo y agradable, hablamos de muchas cosas, a excepción de Natalie, sólo hablaba cuando era debido y no paraba de sonreír. Margs le preguntó que cómo la había pasado y ella dijo que el viaje fue toda una maravilla y que quisiera repetirlo.

Cinco horas más tarde habíamos llegado primero a mi casa, mamá nos recibió con un cálido abrazo al igual que papá, nos recordó la cena familiar,  mamá suele hacer eso cuando tenemos algo realmente importante para que no nos comprometamos en otra cosa.

—Hola —habla Natalie contestando su celular. Los chicos ya se habían ido, las amigas de Marggie eran quienes habían venido a recogerla así que no tendría que llevarla. —Denisse, ¿qué ocurrió? ¿cómo está ella? Ya voy para allá. —corta y su respiración se encuentra acelerada.

—¿Está todo bien? —pregunto acercándome a ella.

—Necesito ir a casa. —lleva su mano a su pecho e intenta calmar su respiración.

—Puedo llevarte, deja que le avisé a Jael que... —interrumpe.

—¡No hay tiempo! —exclama y clava sus ojos en mí. —Por favor, llévame a casa de inmediato, Aiden.

Tomo las llaves de mi coche y el bolso de Natalie, lo tiro en la parte trasera y me subo al coche, ella repite la misma acción. Su semblante está más pálido que de costumbre y preocupado, no sé que haya sucedido pero estoy seguro que no es algo bueno. Estaciono frente a la casa de Nat, ella corre hacia dentro dejando la puerta abierta, yo saco su bolso y me dispongo a entrar, no hay rastros de nadie por ningún lado. Coloco el bolso en un rincón y me siento en el sofá a esperar.

—¿Aiden, no? —escucho.

Giro mi rostro y me encuentro a una chica de cabello morado oscuro, bastante alta, casi de mi altura.

Asiento.

—Soy Denisse, la mejor amiga de Nat. Ella está arriba, pensó que ya te habías ido.

—¿Está todo bien? —pregunto.

Ella muerde su labio inferior;
—Puedes subir si quieres, yo debo ir a comprar unos medicamentos. La habitación de Georgia es la que tiene la puerta abierta.

Le agradezco y subo las escaleras rápidamente, me freno al estar cerca de la puerta. Asomo mi cabeza y veo a Georgia acostada en una cama, desde aquí puedo notar su rostro cansado. Natalie está a su lado y limpia sus lágrimas.

—Vas a ponerte bien mamá, lo prometo. Buscaré otro trabajo y me portaré bien para que no me echen. —decía ella.

—Aiden, me alegra que estés aquí. —suelta Georgia al notar mi presencia.

Cicatrices | 2 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora