Naruto no era el tipo de los que se preocupan por cosas triviales... siempre le había parecido un tipo raro, torpe, boca floja y muy exasperante, a los ojos de Kiba Inuzuka, Naruto Uzumaki era un tipo raro que había trabajado duro, claro eso no lo negaría, su ex compañero de academia era un ejemplo de superación... aunque estaba mucho... demasiado para alguien como Hinata.
Su amiga era una chica amable, atenta y considerada, siempre la vio como una especie de hermana menor... y algo enojona aveces, era divertido cuando se ponia nerviosa, más eso era parte de ella. Simplemente era alguien a la quien no se le podía negar apoyo, no cuando ella lo apoyaba y daba consejos y alentaba a ser mejor. Por eso al verla cabizbaja en aquella banca en el parque supo que algo no andaba bien.
Luego de regresar a la aldea y entregar su informe al sexto, cada uno de los integrantes del equipo 8 volvieron a sus vidas regulares, hacía 5 días que no había visto a ninguno de sus compañeros, así que decidió dar una caminata por la aldea con Akamaru.
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Todo estaba tranquilo y el Inuzuka corría y jugaba con su compañero canino, había sido una excelente tarde hasta que la vio, se acercó a saludar cuando vio resbalar una lágrima en su mejilla, eso lo hizo dudar un poco, pero ella al sentirse observada levantó la mirada encontrándose con la mirada confundida del castaño.
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- Kiba...- rápidamente trato de formar una de esas sonrisas amables - Que gusto, saliste a correr con Akamaru?
-Ehh sí así es- le respondió acariciando al can, que avanzó hasta poner su cabeza en las rodillas de la chica - y tú estás esperando a alguien?
- No... - le volvió a sonreír- sólo vine a pensar un poco es todo.
-A pensar o a lamentarte- la atajó rápido, ella lo miro sorprendida - estabas llorando cierto?
- No... estoy bien- respondió nerviosamente- de verdad...
-A mi no me engañas - la miro serio - tu algo tienes, verdad Akamaru?- el aludido ladro- además ya hacía tiempo que no te veía así.
- No es nada Kiba- insistió ella - en verdad...
-Así? - la miro suspicaz.
-Si- susurró.
-Te creeré, supongo que no querrás decir que te pasa ya que no soy una mujer y tal ve, tampoco te entienda pero - se levantó- eso no quita que sea tu amigo, así que vamos por unos dangos, que te parece?- Akamaru ladro emocionado.
- Si gracias Kiba.
- No hay de que.
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Camino a la casa de té de la aldea, había bastantes chicas que la miraban un tanto recelosas, una que otra murmuraba en un pequeño grupo mientras caminaba al lado de su compañero con Akamaru flanqueando a su otro costado, casi como custodiandola.
