Naruto había estado más que feliz cuando recibió la noticia de que sería padre, un cumpleaños que no olvidaría en mucho tiempo, ahora veía a su esposa y... No sabía que hacer...
De entrada había ido a rogarle a Kakashi que suspendiera las misiones para Hinata, cosa que el Hokague se encargó de decirle que aún era muy pronto para suspender las misiones de Hinata, relegando a la ojiperla a misiones mucho más sencillas de rango C o incluso clase D., básicamente.
Luego de dejar de atosigar a Kakashi y a Shikamaru, venía entonces el reto, hablar con su mujer.
Hinata era la mujer más dulce y amable que conoció jamás... cuando estaba de buenas.
Las 8 semanas de embarazo comenzaron a hacerse notorias en varias cosas, sensibilidad, carácter, antojos, náuseas...
Hinata quien estaba en la cocina cuando Naruto le dio la buena nueva acerca de la idea de sus nuevas misiones, ella lo tomo con gran amabilidad mientras activaba su byakugan y lo seguía por el departamento, Naruto alcanzó a salir corriendo poniéndose cada vez más lejos del alcance de su hermosa y dulce Hinata, lo difícil era hacer que ella no se reforzará de más (?), ella arremetía mientras le hacía mención acerca de que el siempre creía que era muy débil e indefensa, mientras el alzaba las manos a modo de disculpa pidiendo que pensara en el bebé.
Así avanzaron por la aldea hasta llegar al parque, ya que Naruto la había guiado hasta allí, usando el jutsu multi clones de sombra fue que pudo detener a su amable esposa, quien al verse rodeada comenzó a ponerse roja e inflo sus mejillas, a la vez que sus ojos se volvían a la normalidad, Naruto no tenía idea de lo que pasaba... hasta que ella se soltó a llorar...
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- No... Hinata no llores... - suplicaba ahora el rubio- perdóname...
-Tu... aún crees que no sirvo para nada...- sollozaba mientras se dejaba caer en el césped cerca de el mirador del parque- Naruto kun... todavía no confías en mí...
- No... Hinata, no te pongas así... calmate piensa en el bebé- le decía miéntras los clones desaparecían.
-QUE LE HICISTE BAKAAA!- Sakura que regresaba a su casa y vio la escena, corrió a darle un coscorron.- que no sabes que debe estar tranquila!!
-Sakura chan- se sobaba aún agachado por el golpe- no es...
-Sa... Sakura san- se levantó Hinata volviendo a poner su cara sería - te agradecería que no volviera a golpear a mi esposo- luego de decir esto activo su byakugan.
- Hinata...- Sakura la miro sorprendida por el cambio repentino.
- Hinata... por favor estoy bien mirame...- Naruto la tomó de los hombros- vamos no te preocupes por favor ... mira... este que te parece si te invito un tazón de ramen...
-Ah?!- Sakura no creyó que los cambios de Hinata fueran tan drásticos- si bueno... Hinata, mañana tienes una revisión, y sabes las vitaminas especiales para el embarazo ya están listas.
- Si Sakura san - le sonrió amable como siempre- gracias por preocuparte.
- Si bueno, nos vemos Sakura- Naruto abrazo a Hinata por la cintura y así se la llevó mientras Sakura los veía irse.
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Para evitar que Hinata se alterará, le iba describiendo como imaginaba que sería el futuro bebé, que tal vez tuviera el cabello de ella y sus ojos o quizás heredaria el cabello rojo de Kushina, quizás hasta heredaria el byakugan o ambos.
Hinata se dejaba abrazar y se imaginaba las combinaciones posibles que le describía Naruto.
De cuando en cuando se detenían lo suficiente para que el rubio le robara un Casto beso en los labios.
Al llegar a Ichiraku, antes de entrar miro a su esposo amablemente.
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- Naruto kun- le sonrió de forma angelical- por favor, no vuelvas a decidir acerca de las misiones que me encomienden sin hablarlo conmigo mi amor.
-Si- se puso firme en su lugar, y luego se relajó y ambos entraron.
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Para su mala suerte se encontraron con que ya habían terminado y estaban por cerrar.
Fue entonces que decidieron regresar a casa, a preparar ramen instantáneos.
Luego de prepararlos ambos se sentaron a disfrutar un momento.
Naruto miraba a su esposa, no podía creer aún todo lo que estaba viviendo, aunque no lo cambiaba por nada en este mundo...
Hinata lo miraba tranquila y feliz... miro sus ojos, delineo su rostro con la mirada, miro sus manos...
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-Creo que debí advertir a ese par que en algunos casos, las mujeres embarazadas sienten un mayor deseo sexual que otras- reflexionaba Sakura en su casa miéntras comía su plato favorito- bueno, de cualquier forma, dudo mucho que ese sea el caso.
Después de todo, Hinata era una mujer tranquila...
