NO PODRE DORMIR

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Taylor

Aún no me lo puedo creer. Llevo todo el viaje en el autobús tratando de procesar quién va a mi lado y aún sigo igual de impresionado que hace ayer. Impresionado no es la palabra concreta, estoy malditamente aterrado y confundido.

¿Cómo se supone que voy a tener la capacidad de ayudar, y de estar con un tipo que odio con toda mis fuerzas? Agregando que necesita de mi apoyo y atención en este viaje porque tiene lupus. Si, lupus. Como acaban de oír el novio de Carmen tiene una enfermedad que por lo que sé no tiene cura, o eso me acabo de enterar en internet un momento después de que la doctora Mady nos presentará el día de ayer. Quedé tan confundido con la situación que solo me encerré en mi cuarto hasta que amaneció y tuve que venir aquí.

Fue tan extraño que ni si quiera tuve tiempo de reaccionar y decirle que lo conocía, apuesto a que actúe como un total estúpido. El por el contrario asumió una actitud amable y de niño decente que siempre le he conocido.

Nunca me habia visto en una situación tan incomoda como esta. Hace menos de una semana estaba con Carmen en mis brazos y queriendo gritarle en la cara a este imbécil que ella jamás lo podría querer como me quiere a mí. Y ahora sé que el tipo está enfermo. Que puta mierda he hecho en mi vida para estar viviendo esto. Bueno... He hecho millones de mierdas pero no creo que tan jodidas como para merecer ese tipo de castigo.

- Jóvenes en unos pocos minutos llegaremos al parque nacional de las secuoyas. Antes de bajar les quiero informar algunas de las reglas que deben tener claras para poder disfrutar del parque sin inconvenientes. La primera regla, es no dejar ningún tipo de desecho o empaque de alimentos porque como saben este territorio aunque es muy seguro cuenta con la presencia de osos y si alguno llegara a percibir un olor que le parezca agradable no dudará es acercarse. Segundo, durante todo el viaje no se separen de su acompañante, la pareja que desobedezca esta orden será excluido de todas las actividades durante el viaje ¿Está claro?

Todos contestan que sí. Hasta Samuel. Se que suena un poco idiota pero desde que sé que esta grave de salud no me sale decirle algún insulto para referirme a él.

- Bueno ya que tienen conocimiento de las reglas. No creo que necesitemos otra interrupción para entrar. - El conductor retoma el camino y luego de un rato estamos entrando al parque, un guía nos dice que somos libres de explorar sin necesidad de estar en el grupo. Como mi "compañero" no pronuncia ninguna palabra yo solo tomo mi maleta y me aleje del grupo.

- Oye quiero ir con todos. - Bueno, al fin hablo.

- Pero yo no. Estaremos bien. - Por favor, que no me dé la oportunidad para empezar una pelea. Sería patético el motivo pero mentiría si no digo que me alegra molestarlo.

- Ok. - Toma su mochila sin ninguna protesta y me sigue. Su condescendía me saca un poco de base hasta me hace enfurecer.

- ¿Siempre eres así de dócil?- Pregunto mientras caminamos.

Sé ríe al escuchar mi comentario. - Niño, no es que sea dócil. Es que simplemente no quiero desgastar mi tiempo peleando con un niñato. Si no te de volví el golpe cuando me rompiste la nariz... ¿Por qué crees que ahora lo haré?

Como suponía don educado no se dejará doblegar.

- No creo que lo hagas. Eres un simple pijo universitario no tienes las agallas. - Sigo caminando y me arrepiento de la escena que acabo de formar. Quedé como tonto de sexto grado.

El resto del camino caminamos en silencio por el bosque. Realmente es impresionante, no tenía mucho conocimiento de las Secuoyas. Sabía que eran pero nunca había venido al parque. Bueno hace años no venía a un parque natural. Desde primaria creo...Despues de cumplir los 14 solo quería estar en fiestas y si iba a la playa era porque alguna se celebraba allí.

ME CANSÉ DE ESPERAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora