SERVICIO COMUNITARIO

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Taylor

No tuve contacto con Carmen después del fin de semana que estuvo en mi casa. Las palabras de su padre y su actitud indiferente me jodieron tanto que simplemente me dolía verla y saber que su padre tenía razón.

Ella había comenzado... o al menos intentado comenzar una relación y su actitud condescendiente sólo me hacía soñar con tenerla, hasta que su actitud de reina del hielo me mandaba a la miseria.

La única manera para no enloquecer y matarme la cabeza pensando en ella con el idiota que tiene por novio es mantenerme ocupado. Así que me dedique esta última semana a buscar un lugar para terminar mis horas de servicio a la comunidad. He buscado en distintas partes y hasta a las fuera de Santa Mónica sin ningún resultado. Hoy es mi séptimo intento y si soy sincero estoy hasta la mierda de no encontrar nada. Si no hay cupo aquí me tendré que aguantar la tortura de Carmen por unos días.

El lugar en el que pienso presentarme es una clínica para jóvenes con diferentes enfermedades que van desde el cáncer hasta enfermedades huérfanas. La idea de estar rodeado de niños enfermos y tristes no me motiva lo suficiente como para imaginarme quedarme aquí hasta cumplir las horas que necesito. Pero la madre de Madison me recomendó y al ser mi último intento y con recomendación, mi única opción es presentarme.

El lugar queda cerca de las playas de Malibu. Está rodeado de gran vegetación y tiene una hermosa vista. Ha puesto a que el lugar de este hospital lo está persiguiendo cada perro rabioso ambicioso de Malibu.

En la entrada me recibe un portero que se encarga de registrarme en el control de invitados y me acompaña hasta la recepción y me dice que espere a la doctora Mady. El lugar por dentro no es tan blanco y frío como lo imagine cuando venía en la motocicleta. - en ocasiones Cole me la presta- Las paredes son de un azul pálido y los sofás son modernos hasta tienen un tipo de afiche de un grafiti en una esquina.

- ¿Taylor Jordan? - La voz pertenece a una mujer pequeña y rubia de sonrisa amable. Me recuerda a la hermana de mi padre. Hace años no hablo con ella.

- Si. ¿Doctora Mady?

- Esa soy yo.

Nos damos un apretón de mano y me invita a seguirla por una puerta que guía a un especia de jardín y luego a dos edificios.

- Cuéntame ¿Por qué necesitas esas horas de servicio a la comunidad?

- Estuve en algunos inconvenientes algo graves con la policía. Ayude a capturar tipos pero aún tenía una deuda con la justicia y la pago de este modo.

- Comprendo. ¿A cuántos lugares has ido a pedir estas horas?

Mierda. - Bueno... Este es el séptimo.

Sé ríe y me dice que tomemos asiento en una banca.

- No te culpo por ser tu última opción. Por lo general a los jóvenes y la mayoría de la gente no les gustan los hospitales. Y menos cuando se pintan con niños y adolescentes enfermos. Se puede llegar a imaginar como un infierno.

- No lo veo como un infierno, pero reconozco que no me hace pensar en cosas muy alegres. - La doctora de nuevo se ríe.

- Hagamos algo. Puedes venir dos días para probar que tal te sientes. Si en definitiva no puedes o simplemente no quieres. No dudes en decirlo.

- Suena bien. ¿Mañana?

- Si, mañana está bien. Creo que podrías estar un día con los jóvenes y otro con los niños. No ponemos a los ayudantes por clasificación de edades puede que te necesitemos un día con los más pequeños y en otros con jóvenes iguales o mayores que tú. Si los conoces a ambos ya sabes a que te estás enfrentando.

ME CANSÉ DE ESPERAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora