¿QUÉ PASA?

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Carmen

Quieres salir?

Amber 3:00 pm

Claro ¿ A dónde?

Carmen 3:00 pm

- Sin celular en la mesa. -Me dice mi hermana apenas nota que miro mi teléfono.

- Lo sé. Pero Amber pocas veces me manda mensajes, puede ser algo urgente. - Me defiendo. Y es totalmente verdad, Amber hace meses no me mandaba un mensaje y menos para salir.

Aunque... También verifiqué el teléfono porque pensé que era Taylor. Dijo que me hablaría apenas hablara con Ashton, me preocupa lo que los dos puedan decir o que al estar tan ofendidos puedan hacer algo que empeore todo. Me dolió tanto verlo tan destrozado por la traición de su amigo, sabía que estaba muy ofendido pero pude ver lo mucho que le duele y porque se sentido obligado a ocultarlo, fue una jugada asquerosa y más cuando fue hecha por quien consideraba como su hermano.

Mi mamá se sienta en la mesa con nosotras pero mira su celular por un momento.

- Las reglas son para todas. - Me sonríe de forma maliciosa y mira a mi mamá. - ¿Cierto mamá?

Mamá bloquea su teléfono y asiente

- Es cierto. Solo miraba una alerta del teléfono, estoy buscando trabajo así que su tío me dijo que cuando tuviera respuesta de algo en el área de secretaria me diría. Por una época trabajé en ese puesto y me fue muy bien. Sin embargo, volviendo al tema de la nueva regla en la mesa, sería bueno que recordemos porque motivo la pusimos. - Mira a mi hermana seria pero a mí me guiña el ojo.

- Pará qué yo exclusivamente dejé el celular. - Pronuncia con algo de molestia.

- Exacto. Así que como todos los teléfonos están fuera de servicio, comamos. - Sonríe y comienza a comer la pasta, mi hermana la mira con los ojos entrecerrados como cuando era pequeña y la regañaban, pero comienza a comer.

- Mamá es genial que estés buscando trabajo, ojalá aparezca algo rápido. - Hace años no trabaja, creo que desde que nací y que lo esté buscando ahora y se vea tan feliz haciéndolo me hace sentir más relajada respecto a todo lo que vivimos hace un par de semanas.

- Si, es genial. - Confirma mi hermana.

- Les diré apenas tenga algo. - Nos guiña el ojo.

La pasta esta increíble como cualquier comida que hace mi mamá. En varios momentos el celular de Adriana suena desde su bolsillo y puedo ver la discusión interna que tiene consigo misma entre seguir comiendo o levantarse con alguna excusa para contestar a quien sea que le esté hablando. Supongo que es una amiga y no el niñito que mete a su cuarto, porque si fuera así seguro se hubiera inventado algo para contestar. En medio de todo el almuerzo veo como se muere de ansias por ver el teléfono y juego a fastidiarla riéndome cada vez que ve la pantalla a lo que me responde con una mala cara.

- Acabe. - Mi hermana anuncia con exageración apenas come el último bocado. Antes de que pueda coger el teléfono mi mamá lo toma.

- Antes de contestar los cientos de mensajes que recibiste, sería bueno que nos colaboraras lavando los platos. - Mi mamá la mira de forma amable pero Adriana lanza fuego con los ojos.

- Ok. - Nos mira a las dos como lo peor y recoge los platos de las tres y va a la cocina.

- Por un momento pensé que no lo haría. - Confieso cuando oigo el agua caer en el lavaplatos.

- Yo también. - Ambas soltamos una carcajada.

-¿Puedo? - Señaló mi teléfono que vibra de nuevo.

- Claro hija. - Se ríe. - Subiré a descansar un rato, estuve toda la mañana hablando con tu tío y viendo ofertas en el computador.

ME CANSÉ DE ESPERAR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora