ME CANSÉ DE ESPERAR

CHARLA CON KENDAL

Carmen

- Ya llego. - Grita mi hermana desde la ventana de la sala.

- Gracias. - Me levanto de la mesa y le doy un beso cuando pasó por su lado antes de que abra la puerta habla.

- ¿Cuánto crees que se demore mamá en la citación en la comisaría? - Se ve asusta y muy nerviosa.

- No creo que sea mucho tiempo. - La abrazo para tranquilizarla un poco, pero el claxon del auto de Taylor empieza a sonar. - Mira, lo importante es que después de hoy el asunto estará cerrado y solo depende de ti que no se repita. Te adoro. - Me mira muy sorprendida y me abraza más fuerte.

- Yo también. - Sonríe y su actitud más calmada me deja tranquila para salir.

Taylor esta recostado en el capo del auto y mira su celular con una expresión que me da terror, esta tan inmerso en la pantalla que no nota que estoy frente a él.

- ¿Qué estás viendo? - Preguntó en un tono suave para no alarmarlo.

- La peor jodida cosa que he visto en mi vida. - Contesta sin quitar la mirada de la pantalla.

- ¿Y eso es...? - Trato de mirar pero levanta el teléfono al nivel de sus ojos.

- Pensé que solo imaginar que existía era una mierda... Pero pensar que tu tuviste que ver esto... - Las venas en sus manos se empiezan a brotar por la fuerza que le está aplicando. Sin pensarlo en un movimiento rápido se lo quito y me encuentro con el peor cuadro de imágenes que he visto y que los últimos días me han atormentado. De nuevo, el video de Taylor con Kendal, pero no duró más de un segundo torturándome porque el me quita el teléfono.

- Por favor, no veamos más esto. Me encargaré de solucionar esta mierda y que no nos atormenten más. - Tira el teléfono dentro de su auto y puedo ver como la rabia se convierte en algo más en su mirada... Es vergüenza. - Siento tanto haber sido tan imbécil. Ya es suficiente con que lo hayas visto una vez.

- Yo... No lo he visto una vez. - Digo casi en susurro.

Eso hace que su atención se concentre en mí y no en el video, que seguro está repitiendo una y otra vez en su cabeza. A mí me paso por meses.

- ¿Qué? - Su cara deja la vergüenza y ahora se ve más preocupado.

- Los últimos días un número desconocido ha enviado una y otra vez el video junto con mensajes.

- ¿Por qué no me dijiste? ¿Ya habíamos pasado por esto de los secretos, no? - Se toca la cara con preocupación y me mira algo triste, eso me destruye.

- No pienses eso. Yo no te conté porque pasó hace poco, el día que habíamos discutido. No pensé que fuera algo importante, pensé que pararía, que solo era una broma de mal gusto.-Eso hace que su cara triste se borre un poco.

- Ok. - Respira profundo y me arrastra su cuerpo colocando sus manos en mi cintura. Reposo mi cabeza en su pecho y escucho como su corazón acelerado retoma su marcha suave.

- No es tanto tiempo. El imbécil que está haciendo esto no sólo trata de hacerme quedar mal a mí, intenta que pierda el control. No se trata de una broma, es una jugada sucia para jodernos. Es como si el remitente supiera exactamente que decirme para que pierda el jodido control. - Eso me hace retirarme de su cuerpo y ver sus ojos castaños claro llenos de rabia.

- ¿Por qué dices eso? - Acarició su mejilla, toma mi mano y le da un beso.

- El video llegó con un mensaje que cada vez que lo leo me hace querer golpear algo. No puedo ni repetirlo. - Me doy cuenta en sus ojos que su atención se va de mí y no quiero eso.